capitulo 2

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La luz del sol apenas alcanzaba a filtrarse entre las nubes grises que cubrían New Orleans, como si la ciudad estuviera atrapada en una niebla de desesperanza. Lute había pasado la noche sin dormir, inmersa en los pensamientos que siempre la perseguían. Después de su cita con Alastor, la sensación de inquietud había crecido en su interior, transformándose en una opresión casi palpable. La imagen del último cadáver y la charla en el despacho del psiquiatra la atormentaban.

Despertó en su pequeño apartamento, el aire estaba impregnado del olor a café que había dejado corriendo en la cafetera antes de cerrar los ojos. Lute se arrastró hacia la cocina y se sirvió una taza, sus manos empezaron a temblar ligeramente mientras intentaba apaciguar los ecos del pasado que resonaban en su mente.

A medida que sorbía el café caliente, sus pensamientos vagaban hacia su infancia, un tiempo en que el mundo era más simple y lleno de sueños. Se acordó de su madre, una mujer fuerte que había luchado contra la adversidad, y su padre, un hombre que había abandonado a la familia, dejando cicatrices profundas que todavía dolían y que jamás sanaron, provocando que ella siempre aleje a cualquier persona. Esa historia de abandono siempre la había perseguido, como un fantasma que se negaba a dejarla en paz.

El sonido de su teléfono la sacó de su ensueño. Era Adam, su supervisor en el departamento de policía.

-Lute, necesitamos que vengas a la comisaría. Ha habido otro asesinato

El estómago de Lute se encogió. El Demonio de la Radio había vuelto a atacar. - Estoy en camino - respondió, dejando la taza medio llena sobre la mesa y saliendo apresuradamente de su apartamento.

El trayecto hacia la comisaría fue un blur de luces rojas y amarillas que parecían borrosas a través de su ventana. La mente de Lute estaba recordando cada detalle de las escenas anteriores. ¿Por qué no podía resolver este caso? Había algo que la mantenía alejada de la verdad.

Al llegar a la comisaría, los agentes se movían de un lado a otro, y el murmullo de voces la envolvió como un manto pesado de sábanas. Se dirigió al área de investigación, donde Adam la esperaba con el rostro pálido.

- Es en un barrio al otro lado del río. Parece que el asesino ha cambiado de lugar - dijo Adam mientras revisaba algunos documentos.

- Muchas veces los asesinos en serie no son aleatorios. Cada crimen tiene un significado, una razón.

- Eso es lo que esperamos que tú descubras. Vamos. - dijo señalando la salida, pero lute se detuvo algo nerviosa

- hoy no puedo, y-yo debo ver a alastor - mintió tartamudo, saliendo apresurada de la comisaría, aunque debía ir a la escena del crimen, no podía al sentir tanto miedo y pánico por ver otro cadaver de aquel asesino.

Decidió alejarse un poco, buscando un rincón tranquilo donde pudiera respirar y pensar. Encontró un pequeño parque, desierto, con bancos de madera y árboles que se alzaban como guardianes silenciosos.

Se sentó en un banco, dejando que el aire fresco la envolviera. Cerró los ojos y tomó una profunda respiración, intentando apaciguar la tormenta en su interior. Recordó a su madre, su voz llena de amor y consuelo, y se preguntó si hubiera estado orgullosa de ella. La imagen de su madre la instaba a seguir adelante, a luchar por lo que era correcto.

Mientras estaba sumida en sus pensamientos, una sombra se proyectó sobre ella. Abrió los ojos y se encontró frente a Alastor.

- Lute -saludó con su voz suave, como un susurro de viento. - ¿Te sientes bien?

-No, Alastor. No estoy bien -respondió ella con franqueza. - Este caso me está matando.

Alastor se sentó a su lado

-Puedo entender lo que sientes. Este asesino es un desafío, pero también una oportunidad para crecer.

-¿Oportunidad para qué? -preguntó, llena de incredulidad. - No puedo entender la mente de un monstruo.

-Si no entiendes su mente, es posible que nunca logres detenerlo. Debes profundizar en tu propia oscuridad para comprender la de él.

-¿Y tú qué sabes de oscuridad...Qué demonios sabes de lo que significa cargar con el peso de la culpa y el fracaso?

-¿Y tú qué sabes de la lucha de ser humano? - pregunto desafiante - Todos llevamos nuestras propias batallas. Solo depende de cómo decidimos enfrentarlas querida...

-Quizá tengas razón...

En un elegante salón decorado con luces tenues, Charlie Morningstar se preparaba para su primera actuación como cantante en un pequeño club, un sueño que había acariciado durante mucho tiempo.

A pesar de ser la hija de Lucifer, Charlie siempre había anhelado ser reconocida por su talento y no solo por su linaje. La presión de su apellido era abrumadora, pero esa noche, frente a un pequeño público, sentía que podía ser simplemente Charlie, una joven artista con una pasión ardiente por la música.

Su corazon empezó a latir con fuerza, y Charlie se asomó al escenario. Vestía un vestido blanco que brillaba suavemente bajo las luces del escenario, su cabello dorado caía en suaves ondas sobre sus hombros. Tomó un profundo respiro y se preparó para cantar.

-¡Vamos, Charlie! -gritó una de sus amigas desde la multitud, brindándole ánimo.

Las primeras notas de su canción resonaron en el aire, y Charlie se sumergió en la melodía. La música fluyó de su ser, cada nota liberando una parte de su alma. Se sentía libre, completamente inmersa en su arte, y por un momento, todo lo demás se desvaneció.

Sin embargo, a medida que cantaba, no podía evitar sentir que alguien la observaba. La sensación de ser el centro de atención era abrumadora, y aunque la música la llenaba de energía, la ansiedad comenzaba a apoderarse de ella. ¿Era su padre? ¿Era Alastor? La idea de que alguien la estuviera evaluando la incomodaba.

Al final de su actuación, la multitud estalló en aplausos, y Charlie se sintió aliviada y emocionada. Pero cuando el aplauso disminuyó y comenzó a saludar a sus amigos, un escalofrío recorrió su espalda.

Detrás de la multitud, una figura familiar la observaba, Era Alastor.

-Increíble actuación, Charlotte -dijo Alastor, acercándose a ella

-Gracias -respondió Charlie, sonrojada un poco de las mejillas, al recibir cierto reconocimiento por parte del castaño - No esperaba que vinieras.

-No puedo perderme tu debut -dijo él, su tono de voz era suave, pero había un matiz de seriedad que le hizo fruncir el ceño.

-¿Cómo está Lute? -preguntó, intentando desviar la conversación - acaso ella ya sabe tu...

- por supuesto que no sabe mi secreto cariño, pero aun esta lidiando con sus propios demonios -respondió Alastor, dejando caer el comentario como si fuera una verdad universal.

-oh, entiendo...Pero me preocupa

- tranquila, ella estará bien

-no me refería a ella...era a ti, si te descubren y encierran seria un problema que terminarás en el hospital hazbin

-Siempre te preocupas por los demás, Charlie. Es admirable...Pero no olvides cuidar de ti misma. A veces, eres la única que ve la bondad en las personas que no pueden ser salvadas.

Charlie sintió que las palabras de Alastor se instalaban en su corazón. ¿Era posible que él estuviera interesado en su bienestar genuinamente? ¿O había algo más? El silencio entre ellos se alargó, y en ese momento, ella se dio cuenta de que Alastor estaba empezando a sentir una atracción fascinante hacia la detective, a pesar de ser su cómplice, no toleraba la idea de involucrar a la detective en esto y que la reemplazará.

-Gracias -respondió, sintiendo que las barreras que había construido comenzaban a desmoronarse - ¿Que te parece si buscamos algo de comida? - pregunto, señalando a los invitados que vinieron a escucharla.

Alastor asintió con la cabeza, sin decir una palabra, a pesar de ser el asesino que buscan no puede evitar sentir su instinto canibal para comer junto a su acompañante una presa que pudiera satisfacerlos a ambos.

                             Fin del cap 2

Polos Diferentes - [Alastor x Lute]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora