¡Tengo la mala suerte de conocerte durante ocho vidas! /// GL

Capítulo 1



Después de conducir con cuidado por 17 o 18 curvas en la oscuridad, maldije a Jade por enésima vez: ¿Por qué tienes que vivir en un vecindario en mal estado con pocas farolas si no eres realmente pobre?

Me detengo y apago el motor con un bolso en una mano y un pastel en la otra, ¿y rosas? Sin manos, solo déjalas acostadas en el auto. La lluvia parecía caer como si fuera el fin del mundo. Mientras cerraba el auto y usaba mi nueva bolsa Ferrara para bloquear la lluvia. Me apresuré a meterme bajo la lluvia y de repente me quedé helada...

Pisé un charco.

"¡OH, MIERDA!", en ese momento inconscientemente sostuve el pastel sobre mi cabeza y no pude evitar estallar con un comentario grosero.

Mis nuevas botas de piel de cordero joy&peace....

Se suponía que iba a ser una noche de San Valentín romántica y agradable, pero ya olía mal. Y esta premonición se estaba haciendo cada vez más probable que se hiciera realidad después de que había estado tocando el timbre hasta la muerte durante más de cinco minutos.

Sabía que ella estaba dentro. Temblando, marqué el número con dificultad, pensando que si no había respuesta más de ocho veces, apuñalaría la ventana con el recogedor fuera de la puerta.

Escuché su voz vaga en el decimotercer timbre, y luego se abrió la puerta: apenas estaba de pie con el marco de la puerta, su camiseta arrugada como pepinillos, su flequillo prácticamente cayendo sobre sus ojos luchados.

"¿Laure? Qué... ¿Qué haces aquí?

Resistiendo la tentación de golpearla en la cabeza con un recogedor, respiro hondo y luego otro: "Me llamaste tú mismo hace 48 minutos, ¿quieres que te muestre los registros telefónicos?"

Su rostro adquirió una expresión infinitamente atónita, y el resultado final de su pensamiento fue un hipo y un abundante olor a alcohol.

Cerré la puerta, tiré la bolsa y coloqué con cuidado el pastel sobre la mesa. La agarré por la parte posterior del cuello y la empujé al baño, ajustando la temperatura del agua y empapándola con mis manos.

"Oye..." Ella murmura inarticuladamente, luchando débilmente.

El aire apestaba a moho, las cortinas estaban cerradas, la cama estaba llena de almohadas, mantas y botellas. La funda del sofá manchada de vino se había deslizado completamente hasta el suelo, el suelo estaba lleno de basura y medio plato de fideos instantáneos estaba expuesto debajo de la cama.

Las habitaciones que habían sido robadas eran todas mejores que esta.

Antes de que saliera del baño, había apretado los dientes y puesto todo en orden: no tenía ninguna obligación de lavar su ropa, por supuesto, así que tiré a la basura todo lo que no se veía bien.

"¡Oye! ¡Eso era de ella!" Parecía estar un poco despierta después de la ducha y corrió para tratar de rescatar a la Sra. Sofa Cover.

Cerré con calma el tazón de fideos instantáneos y até la bolsa con fuerza, "Solo un recordatorio: ya te ha dejado".

Una gran bolsa de basura fue empacada y formada instantáneamente, y aplaudí con una sensación de logro.

Ella bajó la cabeza con frustración y solo después de mucho tiempo comenzó a hablar: "Lamento interrumpir tu cita, ¿verdad?"

"Saber que interrumpiría, ¿no es igual de intrusivo?"

"No es que lo hiciera a propósito, estaba tan borracha hace un momento que ni siquiera recuerdo haberte llamado..." Jugó la carta del pícaro con las manos.

"Tengo muy mala suerte de conocerte". La miré sin mirarla bien, "Lo están tirando, ¿no? ¿Cuántos días llevas en casa? ¿A la empresa ni siquiera le importa?"

-¿Compañía? Ella agitó la mano al azar, "¡Renuncié hace mucho tiempo!"

"¡Qué! ¿Estás loca? ¿Dice que no lo va a hacer en un momento de crisis financiera? Y salir en un momento como este... ¿Recibiste tu bono de fin de año?"

"No hay reclamo". Ella dijo simplemente: "¡De todos modos, no puedo trabajar un día en esa maldita empresa! ¡Es solo cuestión de tiempo antes de que me vuelva loca estando a cargo de alguien que no sabe una mierda!"

¡Dios mío! Me quedé completamente sin palabras y me quedé mirándola fijamente.

Originalmente, una mujer sobresaliente como yo, que es diligente, estudiosa y exitosa en su carrera, no debería salir con una mujer mayor de edad, ociosa y ocupada como ella. Sin embargo, Dios no perdonó y nos obligó a estar en la misma clase desde la escuela primaria hasta la secundaria. Más tarde, aunque finalmente ingresamos a diferentes universidades, esta persona poco confiable desde la infancia tomó una decisión más impactante en este momento crítico. --Mientras crecía y se convertía en una hermosa niña, se enamoró de las niñas del mismo sexo.

Desgraciadamente, cuando me dijo, muy sola, desamparada y desdichada: "No me volverás a hablar, estoy a punto de ser abandonada por el mundo...", mi simpatía muy vergonzosa se desbordó y me llevó a hacer una promesa de la que me arrepentiría por el resto de mi vida.

Las consecuencias de esto son difíciles de resumir en tres palabras, incluido el hecho de que en una noche de San Valentín tan infinitamente romántica, tuve que renunciar a mi vino y música ligera, aunque no estaba demasiado interesada en el hombre, pero era mejor que correr a este infierno para ser su madre de todos modos.

"Está bien, no hables de eso. Vamos a comer pastel". No podía continuar la discusión con ella sobre el trabajo porque sabía que podría enojarme con ella.

-¿Qué pastel? Levantó la tapa y miró: "¿Pastel de mousse de chocolate? ¡Se ve muy bien! ¿Un regalo especial de San Valentín para mí?" "¿Eres estúpida?" La miré con los ojos entrecerrados, "Tienes suerte de tener las sobras empacadas esta noche".

"Oh, realmente generosa. ¡Comer ocho porciones para dos es genial! ¡Generoso!"

Abrió el paquete y miré dentro: se había cortado un círculo completo en un ángulo de 90 grados, revelando así una capa interna y una textura delicada que era atractiva a la vista.

Teníamos una pieza cada uno. El rico olor a chocolate negro se infiltró de repente en la pequeña habitación, que de repente olía un poco a San Valentín.

Al final del día, me preguntó si quería recuperar la mitad restante, y fui extremadamente generoso y le dije que no, "te lo daré".

"¿De verdad me lo daras? Entonces tienes que pensarlo, regalar chocolates a alguien para el Día de San Valentín tiene un significado especial y me estaré imaginando cosas". Entrecerró los ojos ligeramente mientras decía esto, su flequillo ligeramente mojado la ensombrecía, y era mala y hermosa. Realmente fascinante.

"No me importaría ser caritativo si pensar de esa manera te diera un poco de consuelo a tu corazón que ha sido abandonado tantas veces". Le sonreí muy dulcemente, "Tengo una cita mañana, tengo que volver a mi sueño reparador, adiós".

Era pasada la medianoche cuando llegué a casa, y todavía había parejas aferradas en las esquinas del vecindario despidiéndose. Me esforcé por sostener un gran ramo de rosas, listo para cerrar el auto, pero alcance a vislumbrar el pastel casi olvidado en el asiento trasero. Así que me di la vuelta, pero no pude conseguirlo. Finalmente, tiré las flores en el auto sin cuidado y me llevé el pastel.

Es una lástima que sea un ramo tan grande. Definitivamente valió una fortuna.

Pero este pastel vale cada centavo, es delicioso. Mañana tomaré un trozo de tarta para desayunar y un trozo de té por la tarde. Decidí engordar y morir.

Negué con la cabeza al recordar lo feliz que se veía cuando se comió el pastel. De repente, me sentí un poco molesta, pero no pude evitar sonreír.