issei the gamer (issei con un sistema de juego)

Capítulo: "El Círculo Infinito"

Ayame despertó de un sobresalto, su respiración agitada mientras su cuerpo temblaba ligeramente. No sabía exactamente por qué, pero una sensación de desesperación y pérdida llenaba cada rincón de su ser. Miró a su alrededor, encontrándose nuevamente en el bosque, en el mismo claro donde había visto a Issei y Pikachu entrenando. Sin embargo, algo no estaba bien. Había una sensación pesada en el aire, algo que no podía entender completamente, pero que sentía profundamente.

Caminó en silencio, como si sus pasos estuvieran guiados por un instinto más allá de su control consciente. A medida que se adentraba más en el bosque, una serie de imágenes parpadeaban en su mente: Issei sonriendo, entrenando con Pikachu, el aire chispeante con energía... y luego oscuridad. Algo había salido mal, algo que la había obligado a estar de vuelta en este lugar.

Cada vez que intentaba concentrarse, sus recuerdos se volvían nebulosos, borrosos. Había piezas faltantes en el rompecabezas de su mente, pero la sensación persistente de haber vivido este momento antes era inconfundible. Era como si su cuerpo recordara lo que su mente había perdido.

Llegó a una pequeña cabaña en el borde del bosque, un lugar que, de alguna manera, le resultaba dolorosamente familiar. Aunque no recordaba haber estado allí antes, una sensación de déjà vu la abrumaba. La puerta estaba entreabierta, y algo en su interior le instaba a entrar.

Cuando cruzó el umbral, un mareo la golpeó con fuerza. Su visión se volvió borrosa, y de repente, todo cambió.

***

Ayame estaba en su habitación, en una casa que ya no existía, al menos en el tiempo actual. Miró alrededor, reconociendo el lugar como si fuera su hogar, aunque no recordaba cuándo había llegado allí. Caminó hacia un espejo en la esquina, y mientras se miraba en el reflejo, una ola de recuerdos la invadió.

Una imagen fugaz apareció: Issei, una y otra vez, muriendo de diferentes maneras. Un accidente, un ataque de enemigos desconocidos, una traición. Cada vez que sucedía, Ayame sentía un dolor indescriptible, como si estuviera conectada a él de una manera que no podía explicar. Y entonces, el tiempo retrocedía. Todo comenzaba de nuevo.

“¿Cuántas veces ha sucedido esto?”, se preguntó en voz baja, pero la respuesta se le escapaba. Su memoria estaba llena de fragmentos, recuerdos desordenados de una vida que parecía repetirse en un bucle interminable.

Cada vez que Issei moría, ella volvía a este momento, a este punto en el tiempo, con solo una vaga noción de lo que había sucedido. Sus recuerdos eran como humo, imposibles de atrapar del todo. Sabía que algo estaba mal, que no era normal que el tiempo se doblara de esta manera, pero la repetición había desgastado su mente.

Caminó hacia su escritorio, donde una pequeña caja de madera descansaba. La había encontrado en este mismo lugar en cada iteración, aunque nunca recordaba lo que contenía hasta que la abría de nuevo. Dentro, había un colgante de cristal, una pequeña joya que, de alguna manera, estaba conectada con el ciclo interminable en el que estaba atrapada.

Tomó el colgante en sus manos, y al tocarlo, una sensación cálida recorrió su cuerpo. Entonces, lo recordó: el poder que tenía para retroceder en el tiempo, la habilidad que, sin querer, había activado al ver morir a Issei por primera vez. No era un don, era una maldición. Una que la obligaba a revivir su muerte una y otra vez, sin importar lo que intentara cambiar.

"Cada vez que lo intento... siempre sucede lo mismo", susurró, con lágrimas llenando sus ojos. La frustración y el dolor de no poder salvarlo se acumulaban con cada intento fallido. No importaba cuántas veces tratara de protegerlo, el resultado siempre era el mismo: la muerte de Issei.

Pero esta vez, había algo diferente. Esta vez, sentía que estaba más cerca de encontrar una solución. Había una razón por la que había terminado en ese bosque, por la que había sentido la necesidad de acercarse a él en su entrenamiento. Quizás, esta vez, las piezas del rompecabezas encajarían de alguna manera.