• ☂️ • Tres

121 16 1
                                    

San llegó a su casa con una bolsa de regalo. En el interior de esta contenía chocolates caseros y demás. Hoy es 14 de febrero y un omega de hebras doradas y la sonrisa más hermosa que ha visto en su vida, fue quien le hizo esos chocolates.

Subió corriendo a su habitación, loco por contarle la novedad a sus peluches.

Entró con todo y abrió una enorme sonrisa revelando sus dientes frontales. Se quitó los zapatos con rapidez y se lanzó a su cama, sentándose en posición de índio, dándole vista a todos sus animales de felpa.

-¡Estoy en el cielo!

-Ah, ¿así que nuestro Sannie está feliz hoy?

San imaginó que su búho verde, Minki, le preguntó.

-¿Se dan cuenta que está feliz en el día que maldice a todas las parejas que existan?— imaginó que fue su oso grizlie, Winter.

-Uh... eso es cierto ¿San recibió regalo de día de San Valentín?- preguntó el pequeño lobo de felpa gris, Laion.

—Sí, miren ¡es del omega que se sienta conmigo!- levantó la bolsa en su cama y la abrió para comer un chocolate, con su sonrisa sin desaparecer de su rostro -Me comí uno en la escuela y vaya... están horribles, pero saben tan bien- dijo todo embobado viendo los chocolates quemados. Logró comerlos porque están amargos.

-El omega... ¿Wooyoung no?— su coneja, Coelhia preguntó.

San sonrió asintiendo al "oír" el nombre del bonito y tierno omega.

-Sí, ese mismo- susurró comiendo un chocolate. Le dolerá el estómago, pero valdrá la pena.

-¿Te gusta tanto?— su perrito café preguntó.

-Demasiado, Shibber -suspiró -Pero con absoluta certeza piensa que yo no, seguro me dio los chocolates porque me siento a su lado y no lo trato tan mal- estiró su brazo hacías atrás, buscando a su perrito suave, Bo-kyung para abrazar -No hay forma de que yo le guste, sólo mirenme- rió con ironía -Un alfa frío.

-Ay ajá y yo te respondo sí a base de tu imaginación fértil— el sarcasmo en la galleta, Shooky, era notorio -Sabes que no eres así, bueno, en parte lo eres pero no con algunos.

-De todos modos soy un asco- rodó los ojos -Saben que soy terrible en clases, desbedezco, peleo con muchos tipos... ¿qué demonios va a ver un omega en un alfa problemático como yo?

Los peluches se quedaron callados incomodando a San . Odiaba ese silencio, indicaba soledad.

Aunque, hablar sólo con peluches es más solitario ¿no?

-Eres más que eso. Nosotros lo sabemos- Uno de los peluches de su tía, habló, logrando calmarlo -Eres nuestro pequeño Sannie que sólo se siente sólo y quiere libertad en su juventud, ya que en la infancia no lo tuviste.

San sonrió con melancolía, pocas lagrimitas formándose en sus ojos oscuros.

-Gracias, Pooh- agradeció al oso amarillo de ropa roja. Ese osito está algo viejo -Pero nadie nunca me va a entender y mucho menos los va a entender a ustedes.

-Deberías darle un regalo― sugirió la perrita poddle, esposa de Laion.

-No lo sé... ¿le gustaría?- se cuestionó.

Por supuesto! Deberías invitarlo a salir también.

-Fluffy, eso sería demasiado-hizo mala cara con esa idea dada por el conejo blanco -Y lo más probable es que diga que no, seguro pensará que lo voy a matar.

Mi Bad Boy y sus peluches   |     Woosan     |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora