• ☂️ • Cuatro

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-A detención, Joven Choi

Una vez más el alfa de hebras azabaches debía visitar la desagradable detención,en plena clase, odiaba ser castigado en plena clase, pero no por las miradas de desprecio de sus compañeros debido a su manera tan estoica de ser, sino porque era castigado frente a su omega.

Wooyoung le miró de forma comprensiva y dulce, a pesar de estar triste en su interior.

-Te veo después.

Fue lo que le dijo cerca de su oído mientras recogía sus cosas, dando pasos pesados con sus botas y así retirarse del salón con altanería. El profesor continuó con la clase mientras Wooyoung suspiraba bajito, mirando su cuaderno sin interés.

No le agradaba para nada estar sólo, sin su alfa. Había pasado un cuarto de hora y ya sentía que lo extrañaba, su lobo estaba inquieto. Aunque debía entender que su novio era algo problemático e indominable ante los demás.

Bueno... él logra domarlo.

No le interesaba para nada la clase de ese viejo alfa, lo malo de cuando Choi se va a detención era que no se podía concentrar realmente y empieza a vagar en su propiamente inundada de recuerdos junto con su alfa.

Choi tenía demasiado tiempo sin aparecer y eso lo estaba preocupando demasiado.

Claro, podía estar en detención un par de horas y luego él lo volvería a ver, pero eso es lo que pensaría él si no hubiera pasado varios días desde que no aparece en ningún lado.

En varias ocasiones, cuando tenía libre o estudiando junto con Yeosang lo llamaba, pero su celular no daba con su localización y lo intentaba más tarde, hasta que volvía a repetir lo mismo aquella operadora.

-Lunas... ¿Dónde caramba estás, alfa?

Miraba el nombre de su pareja en la pantalla de su celular, cuarenta intentos de llamada y ya sentía su pecho apretarse por la angustia. Si algo le pasó a su novio... no sabría qué hacer.

Llorar y hacerse bolita era una opción bastante tentadora.

-Aparece Sannie, aunque sea dame una señal de humo o algo...- puchereó.

Su celular casi cae de sus manos estrepitosamente cuando sonó, sobresaltandolo en su lugar. Inmediatamente lo llevó a su oído sin siquiera mirar quién era.

-¿H-Hola?

-Hola, bebé...

Quería chillar en ese momento, sus ojitos se llenaron de lagrimitas al oír la voz grave decir el apodo que lo derrite tanto.

-A-alfa... ¡Me tenías muy preocupado!

Suspiró -Por favor, deja de llorar. Perdón por no
responder tus mensajes y llamadas, no sabía qué hacer...

-¿Por qué no vienes a clases? ¿Te pasa algo? ¿Estas enfermito? ¿Te duele algo?

Tantas preguntas dejaron un poco aturdido a Choi, pero sonrió al imaginarse el pucherito que posiblemente tenga su pequeñito omega, con su ceñito fruncido.

-Primero, tú tranquilo. Yo... estoy bien.

-No lo estás-interpeló seguro. Muy en el fondo sabía que San no estaba bien, además que cuando tarda en una frase, está mintiendo-¡Ay, Lunitas! ¿Qué pasó?

-Amor, calmate- le pidió de forma dulce y tranquila.

-Es que...-sorbió por la nariz, con las lágrimas amenazando por brotar se sus ojitos aguados -Estoy preocupado y te extraño mucho.

San sintió un peso comprimir su pecho al
escucharle. Nunca nadie más que Wooyoung y su Tía se habían preocupado tanto con él. Y debía decir que ama tanto a ese omega tan tierno.

Mi Bad Boy y sus peluches   |     Woosan     |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora