• ☂️ • Cinco

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Tres meses.


Exactamente Tres meses habían pasado desde que su alfa lo declaró como su lindo omega y este aún lo ha invitado a su casa ni para hacer trabajos.

Aún no logra pensar un porqué, tampoco tiene una razón si San desde un principio le había indicado que se estaba tomando en serio su relación. San sigue siendo igual de arisco de siempre, no ha cambiado nada, la pequeña diferencia son los besos en su frente y las caricias en su cabello cuando está concentrado en la clase.

Le gusta mucho ese contacto, es tierno... Pero quisiera más que unas simples caricias, besos y que le acompañe hasta su propia casa.
Como ir a la casa de su alfa, obvio.

Wooyoung suspiró aburrido, había terminado de anotar lo que el profesor había colocado en la pizarra y a su lado estaba su alfa, esa mañana lo había recibido con unos buenos días y en beso cariñoso en la frente, aunque poco después fue castigado a mitad de la hora de asignatura como siempre por responder de mala manera y no prestar atención.

Lo vió dejar el salón, justo cuando Choi le tiró una última mirada y después desaparecer por los pasillos.

Le frustraba un poco la idea de quedarse sólo mientras su alfa iba a cumplir su castigo por ser tan problemático, sentía un poco de vergüenza también cuando todos le miraban sin ningún disimulo después.

Pero le gustaba tanto su alfa, no sería capaz de cambiarlo por nada.

En el resto de la clase trataba de responderse muchas dudas sobre San, por algún motivo en él crecía una necesidad de conocer más al chico malo del instituto. Algo en su corazoncito le grita que descubra todo sobre Choi San.

Ya era hora de irse, se apresuró a recoger sus cosas y salir dando pasitos rápidos hasta la salida y así encontrarse con su alfa, este lo estaba esperando en el portón del lugar para acompañarle hasta la puerta de su casa, pero esta vez no quería llegar a la suya, sino a la de Choi.

-¡Sannie!-agarró su mano, logrando llamar más la atención del alfa, quién lo miró con ojos brillantes. A Wooyoung le gusta eso, siempre pasaba cuando le miraba -¿Puedo... Ir a tu casa a pasar el rato contigo?- sonrió tratando de calmar sus propios nervios.

San mordió su labio y evitó su mirada,volviendo a dar la vuelta para irse. Wooyoung le siguió el paso hasta colocarse a su lado.

-Te he dicho que no, Woo.

El corazón del moreno se apretó en su pecho... ¿Por qué lo evitaba así tan de repente?

-¿Pero por qué?— su voz sonó trémula. Aunque no faltaba mucho para que empezara a llorar por sentirse ignorado.

El azabache miró por sobre su hombro, dando media vuelta para encarar mejor al menor y detener su paso frente a él. Su respiración se cortó al ver su expresión triste y se sentía un completo idiota por comportarse así con su pequeño omega.

-¿Te da vergüenza que yo vaya a tu casa? ¿O que conozca a tus padres?- sus ojos habían empezado a acumular lágrimitas -Si vives bajo un puente, no me importa ¿Pero por qué no puedo pasar tiempo contigo?- San seguía igual de quieto sin decir nada, mordió sus labios tratando de retener más tiempo las gotitas saladas en sus ojitos -C-creo que voy a llorar...

Eso pareció hacer efecto en San porque se acercó a pasos rápidos y pasó sus dedos por las esquinas de sus orbes.

Wooyoung se calmó un poco oliendo el aroma que desprendía el más alto y acepto aún enojado el abrazo que le brindó este.

Escuchó su suspiró y como sus manos se aferraron a su espalda.

-Perdón por hacerte sentir mal. Enserio, lo siento- sus palabras salieron tan sinceras que se sintió un poco culpable por hacerlo pedir disculpas -¿Quieres helado de fresa?

Mi Bad Boy y sus peluches   |     Woosan     |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora