El omega más tierno y amable del Instituto, paseaba por los corredores a pasitos apresurados con las miradas de todos sobre él.
Su olor a naranjas se esparcía por sí solo, dejando a alfas, omegas y betas de muy buen humor esa mañana, muchos se quedaban babeando por su inigualable belleza; cabellos rubios súper lacio, sedosos y brillantes, sus labios rosados con una pinta en una comisura, sus ojos café claro con ciertos toques grisáceos y su piel levemente bronceada siendo admirada por quienes lo miraban.
Llegó a su clase y abrió una gran sonrisa al ver a su alfa sentado en su puesto con su camisa sin mangas negra, pantalón de cuero negro mostrando bien sus fuertes muslos y cinturón bien ajustado detallando su cintura, donde colgaban algunas cadenas. Botas militares con una gruesa plataforma. Todo eso negro hacía acentuar su piel tersa y pálida con lunares esparcidos.
Corrió hacía él y se sentó con todo exaltando al mayor de aparente 1,89 de altura.
Woo a su lado era tan solo un pequeñito cachorro.
-¡Hola, Sannie!- saludó entusiasmado, rodeando el cuello blanquecino mientras el otro hacía una mueca.
-Hola, bebé...— su voz gruesa estremeció a literalmente a todos los presentes en el salón, era muy extraño escuchar a Choi hablando,y aún más extraño ver cómo alguien como Wooyoung logre estar cerca de él y además, mantener una relación aparentemente estable. -Ya te he dicho que no me llames así -el fuerte olor de orégano rodeó al omega.
-P-pero me gusta-se excusó con voz aniñada y un puchero en sus labios.
Sintió su cintura ser tomada con fuerza, no dándole ningún tipo de miedo. Pues conoce muy bien a su alfa.
-Pero a mí no, bebé-besó sus labios con delicadeza, Wooyoung fue capaz de sentir el frío del piercing del pelinegro. No satisfecho, jaló de su labio inferior soltando una risita divertida.
-Sannie, ya dije que no hagas eso- susurró tocando su labio maltratado.
-Pero me gusta― respondió imitando la voz del otro, recibiendo un ligero golpe en su pecho.
-Alfa malo.
El alfa de Wooyoung no podría ser un alfa normal. No, su alfa es nada más ni nada menos que Choi San, el alfa rebelde con mala conducta, que no respeta nadie y se mete casi siempre en problemas. Todos le temen por su fama y su mirada seria que parece acuchillar a quien mire a su omega.
¿Cómo demonios personas tan diferentes pueden tener una relación sana? Se preguntaban siempre todos del colegio, hasta los profesores.
Bueno, ambos tienen tres reglas fundamentales en su relación que siguen fielmente... Pero empecemos con el día que se conocieron.
Flashback
Wooyoung simplemente se quedó sin puesto un día de invierno y el único lugar vacío era al lado de el alfa que le daba miedo. Ese día estuvo con el corazón a punto de salir por su boca cada vez que el estoico alfa se movía. Ninguno de los dos se decían algo.Al paso del tiempo,Wooyoung logró dirigirle la palabra, siendo respondido con desdén. De vez en cuando cambiaban palabras, el año pasó y el omega se sentía cada vez más atraído a su temible compañero. Al parecer la actitud rebelde y la ropa de cuero le atraen demasiado, además de la libertad que Choi manejaba.
El 14 de febrero fue el día que decidió darle chocolates hechos por él y el alfa lo aceptó con su típica expresión seria, dándole la mayor de las inseguridades al rubio. A final de cuentas... San es un alfa malo y frío, no le importaba que un omega le regalara algo como chocolates.
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Mi Bad Boy y sus peluches | Woosan |
De TodoDonde Jung Wooyoung es un omega dulce, cariñoso, adorable y pequeño que tiene un novio estoico, grosero y que vive metiéndose en problemas, llamado Choi San. Pero Wooyoung es el único que sabe lo que hay debajo de toda esa ropa negra de cuero y mira...