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El alfa y el omega iban tomados de la mano, mientras caminaban animadamente por las calles de la hermosa ciudad de Seúl.

- ¿Te gustó la cita, pequeño? - Preguntó el alfa, apretando ligeramente la mano del omega.

- Claro que sí, alfa, me encantó demasiado - Dijo Changbin, mostrando su perfecta sonrisa.

- Está bien, por último iremos a comer un helado y luego te llevaré a casa - Dijo Bangchan, sonriendo para el pelinegro.

- Está bien, cariño, tú sí sabes las cosas que me gustan - Dijo Bin, apretando las mejillas del alfa.

Tanto Changbin, como Bangchan, soltaron una pequeña risita, ambos se amaban demasiado, ambos querían un futuro juntos.

Changbin no era tonto, cada vez que se despistaba un poco lograba ver cómo el alfa se acercaba lentamente y con precaución a su cuello, sabía lo que quería el rubio.

Bangchan ya quería marcar a Changbin como suyo, quería mostrarle a la sociedad que él sí podía conseguir un omega, que su actitud, personalidad y gustos no tenían nada que ver en su vida amorosa.

El menor ya lo tenía planeado, así que solamente sonrió y echó su cuello a un lado. Bangchan sólo miraba a Changbin atentamente.

- Hazlo, alfa, esto es lo que has estado queriendo hacer en todo el día, y yo también, yo también quiero sentir tu marca en mi cuello - Dijo Chang, acariciando su cuello, tentándolo.

- P-pequeño, no quiero que te sientas obligado a esto - Dijo el mayor haciendo un puchero.

- Channie, mi lindo alfa, yo no me siento obligado a hacer esto, quiero tu marca, quiero mostrarle al mundo que yo, Seo Changbin, soy el omega más orgulloso del mundo, teniendo la marca de Christopher Bang, el alfa más adorable y tierno del mundo - Dijo el menor acariciando más y más su cuello.

Bang veía atento la mano de Changbin subir y bajar con delicadeza por su cuello, lamió sus labios y se acercó lentamente al cuello del pelinegro.

- Mi amor, quiero disculparme si me dejo llevar por mis instintos más primitivos al poner mi marca en tú cuello, bebé, quiero ser gentil y delicado contigo, mi pequeña bolita de amor - Dijo Christopher, acercándose aún más.

Seo sintió un escalofrío al sentir el aliento y la respiración de Bangchan chocar en su cuello, necesitaba la marca de ese hermoso alfa.

- Alfa, no me importa en lo absoluto, ponga su marca en mi cuello y seré el omega más feliz del mundo, el dolor no importará - Dijo Binnie, chocando contra la pared de un callejón.

Previamente habían entrado a un callejón, una marca era algo importante, pero era mejor hacerla en privado, ya que a veces el alfa podía ponerse un poco agresivo.

- Alfa, déjele a todos los demás alfas en claro quien es el que consiguió el corazón de este omega - Dijo Changbin, sonrojado.

Y con eso, los ojos de Christopher se tornaron rojos y clavó sus dientes en el cuello del omega, Binnie jadeó un poco por el hecho que estaba siendo mordido, pero una mordida que valía la pena.

Christopher se aferraba más y más al cuello de Changbin, este no decía nada, mientras, el alfa estaba concentrado en poner su marca lo más notoriamente posible.

Después de diez minutos, Bangchan por fin se separó del cuello de Changbin, ahora pasaba lentamente su lengua por la marca del omega, limpiando todo rastro de sangre, a la par, daba pequeños besos para que el omega dejara de sentir tanto dolor.

- Eres mío, ahora eres del Alfa Christopher Bang - Dijo el rubio usando su voz de mando.

- Soy tuyo, mí príncipe. Gracias, gracias por darme tu marca y mostrarle al mundo que yo soy tu omega - Dijo Changbin, volteando y tomando las mejillas del alfa entre sus manos.

El omega bajó la altura de la cabeza de Bangchan hasta la suya, dónde comenzó a repartir pequeños y dulces besos en las mejillas, labios y nariz de este.

No sólo hacía eso por el simple hecho que amaba al alfa, también necesitaba demostrarle que era suyo y que nadie iba a apartarlo de su lado. Además, necesitaba calmar al alfa.

- Vamos Channie, hay que ir a casa, debes tranquilizarte un poco poco más - Dijo Bin, dando un último beso en los labios de Christopher.

- Está bien, mi omega - Dijo el alfa, cerrando sus ojos y sintiendo las dulces feromonas del omega volar por el aire.

Ambos ya se tenían el uno al otro, aunque demostraran que ellos ya tenían algo sin la necesidad de una marca, de todas formas Changbin la quería.

Quería portar la marca de Christopher y presumirla, quería que todos los alfas que intentaban algo con él vieran que Seo Changbin ya tiene alfa.

Y nada más ni nada menos que aquel alfa el cual todos decían que jamás conseguiría un omega por su personalidad.

Vió como los ojos de Bangchan volvían a su color natural, hermosos ojos color café que Changbin tanto amaba.

- Ven alfa, vámonos de aquí - Changbin tomó la mano de Bangchan y salieron del callejón.

Ambos estaban sonrojados y tomados de la mano, ambos ya no querían seguir ocultando lo que tenían.

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°•✦𝑺𝒘𝒆𝒆𝒕 𝑨𝒍𝒑𝒉𝒂✦•° 《ℂ𝕙𝕒𝕟ℂ𝕙𝕒𝕟𝕘》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora