4. Envidia de la... ¿buena?

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Matthew siempre se había considerado a sí mismo alguien paciente y educado, al menos esos eran los adjetivos que la gente mayor solía poner sobre sus hombros. Porque todos adoraban al niño bueno de excelentes calificaciones, un ejemplo de estudiante, amigo y ciudadano aunque no estaba convencido de que todo aquello fuese cierto, sabía cómo ajustarse a lo que los demás decían. Y no le molestaba, era cansado, pero al menos tenía amigos con los que podía ser él mismo.

Siempre se aseguraba de seguir las reglas, no pintar fuera de las líneas, como dicen, siempre había recibido elogios por ser el chico bueno. Nunca había pedido algo que no fuese suyo o que no le correspondiese, incluso su amigo Taerae llegaba a decirle que ser egoísta no tenía nada de malo, porque algunas veces era necesario. Quizá si conocía el sentimiento, pero no se había manifestado en gran medida como en los últimos días.

Llevaba mucho tiempo planeando cada movimiento, cada detalle, su mente siempre funcionaba de una forma que sólo él podía comprender porque tenía en la cabeza que las cosas bien planeadas podían acabar de la mejor manera. ¿y ahora venía este chico nuevo y su amigo? logrando todo lo que él no había, en tan solo unas semanas... no se creía merecedor de todo, pero debía de admitir que su ego había sido atacado de diferentes formas como nunca antes había sucedido. Y tener el ego herido era mucho peor que tener el corazón roto, sobretodo para él.

— No lo había visto tan molesto desde que perdió el certámen de deletreo. — Taerae suelta una risa después de lo dicho por Junhyeon, lo cual era verdad, pero podría decirse que esta vez habían desbloqueado una nueva faceta de su querido amigo que siempre parecía querer entregar abrazos a todo el mundo.

Como ejercicio para desquitar lo que sentía, Taerae recomendó golpear un saco de boxeo pero como no tenían aquello en la sala del club de teatro, que gracias a que Junhyeon era el líder y Taerae el actor estrella tenían completa libertad de poseer acceso a aquella. Después de ver a su amigo exhausto no vió otra salida que sacar el juego de dardos para él, que luego de una explicación rápida. Se sorprendió la rapidez con la que Matthew podía apuntar en el blanco, claro, después de cierta ayudadita que Junhyeon había dado después.

— ¿Por qué Matthew está lanzando dardos en la cara de Robert Pattinson? — habló Zhanghao al llegar a la sala, cerrando la puerta detrás de él, su expresión era un poema. Taerae y Junhyeon le hicieron una señal para que se callara, llamándole a sentarse con ellos sobre el sofá cómodo. — ¿Por qué tanto silencio? —murmuró con el ceño fruncido.

— No teníamos una foto de Kim Jiwoong así que Junhyeon pensó en Edward Cullen de Crepúsculo, ¿Has visto lo pálido que es el nuevo? — Taerae murmura manteniendo la vista brevemente sobre su amigo, que después de haber terminado con los dardos se acercó a sacarlos uno por uno para repetir el juego que habían improvisado luego de verlo tan tenso desde el día anterior. — ¿Ves? por eso es una pérdida de tiempo tener crush en la escuela.

— Hey, depende, yo estoy saliendo con Jinsoul y no me comporto así.  — Intervino Junhyeon ganándose que su amigo suspire.

— Como decía, esas cosas te vuelven tonto.

Zhanghao no pudo evitar reír, sus amigos a veces podían ser como el agua y el aceite.

— Taerae odia el amor, y es extraño ya que sabe actuar muy bien en las obras románticas. — esta vez fue Matthew, que después de estar más de veinte minutos sin decir palabra alguna se sentó junto a los muchachos. — ¿Y tú, Zhanghao? veo que recibiste más cupcakes de tu fan.

— ¿Heejin? no es mi fan, Heejin le hace cupcakes a todo el mundo. — el chino hace un ademán con la mano, algunas veces podía ser despistado o simplemente no quería ver las señales.

Blossom [MattWoong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora