Capítulo 3

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Aun pienso como he sido tan idiota y pensar que me robaban. Mis padres se están riendo aun. Estoy mas o menos enfadado. No entiendo que hacen aquí. Siempre tenían las vacaciones en septiembre, eso me contaban. Aun así eran unas tristes vacaciones, dormíamos. El paisaje es curioso, nunca he pasado por aquí. Se ve que mis padres sí. Saludan a todo el mundo. El coche que tenemos es de la empresa de mis padres. Es muy bonito por dentro aun que por fuera no. Siempre he adorado este coche. Mis padres me han contado que si me saco el carnet, que no creo porqué nadie lo tiene, no lo necesitamos, comprarían el coche a la empresa para mí. Es cálido, tiene los asientos de piel clara.

Le pregunto a mis padres donde vamos, pero no me lo quieren decir. Cada vez estamos más lejos de casa y más cerca de la puerta a la ciudad. Nunca la he visto. Mis amigos dicen que es muy grande y espectacular. Nunca le he dado importancia hasta ahora. Quiero saber como es. El mas allá está claro que tampoco lo he visto. Sé que hay los campos de fruta y verdura de la cual comemos nosotros pero y mas allá, escombros, eso es lo que hay?

El paisaje ha cambiado, ahora los edificios ya no son casas sino rascacielos. En uno de ellos trabajan mis padres. En su empresa controlan la economía de la ciudad. Dicen que algún día el dinero va a desaparecer, pero que aún falta mucho. Algún edificio aún está por terminar. Hay gente que cree que algún día se verán terminados pero no, no es así. Ya hay suficientes edificios en la ciudad como para hacer mas. Antes del apagón solar, en esta "ciudad" que es como le llamaban vivían más de tres millones de personas, ahora menos de cuarenta mil, todos los habitantes del planeta. Aunque la luz resplandece y la ciudad se ve bonita, siempre hay algo triste en ella. Quizás es la luz artificial, o, que las ánimas de más de mil millones de personas aun siguen por aquí. Recordando las vidas de antes.

Se me borra el pensamiento en ver la puerta principal,es enorme. Hay hombres vigilando por todas partes, van bien armados. La puertatiene todo de luces alrededor de ella. Es difícil pensar como la construyeron,es increíble. Mientras te vas acercando piensas que serás diferente al cruzarpero no, mi vida sigue igual. Pasar por allí te hace pensar que somos. Somoshumanos que hemos sobrevivido sin luz solar. Es fácil decirlo pero no pensarlo.Aun me acuerdo el primer aviso quetuvimos sobre ello. Estaba en mi antiguo pueblo, en casa merendando un zumo depiña con galletas de chocolate. Mi madre estaba limpiando la cocina y dejó elcanal de las noticias para que me estuviera quieto. Me gustaba ver lasnoticias, era el único. Quería saber que había pasado y lo que tenía queocurrir. Era el único de mi clase, pero me gustaba serlo. La cuestión es que degolpe avisaron que era muy importante escuchar así que mi madre dejo de limpiarpensando que venía un huracán, típico de mi zona. Estábamos sentados los dos enlas sillas del comedor. El presentador, nervioso por su noticia, entre sustremoledas, dijo que la vida se terminaría, el sol se apagará en tres semanas.Nuestras vidas cambiaron des de entonces. De lo poco que me acuerdo fue cogerun avión durante mucho rato entre mucha gente, hacía frío, el sol se apagó, yano calentaba. Nos decían que la humanidad desaparecería si no nos manteníamos unidos.Des de la ventana vimos que algunos jefes del estado que querían quemar laspoblaciones, decían que con el fuego la temperatura subiría. Y así fue durantelos cinco minutos que se quemaron ellos. Esa fue una de las peores imágenes quesiempre he tenido en mi mente. A los cinco años quería ser presidente, pero yano. El avión estuvo a punto de chocar con algún avión. Por suerte no nos pasónada a nosotros, a otros sí. Era el infierno aquello, vimos aviones caer congente a dentro muriendo. La tierra ardía, había fuego por todos lado. El mundose quemó sin sol, era todo muy irreal. Dormí, eso fue lo único bueno de la finsolar. Al despertar ya estaba en la casa que aún tenemos, me dijeron que estuvedos meses durmiendo des de aquel momento. Yo no me lo creí. Cambié de barrio,de gente, de colegio. Aquello me hizo cambiar, maduré. Era un niño de primariamuy diferente a los de antes, a los de la era solar.

Sueños de PlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora