cuatro

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Naruto al igual que la mujer de ojos perlados, no pudo contener la excitación al llegar a su cuarto, al pensar en lo que acababa de hacer con ella, el chico se corrió casi sin tocarse al recordar la extasiada, excitada y dragada cara de la mujer Hyuga mientras él se corría en su garganta, el rubio quedo sentado de espaldas contra la puerta de su cuarto, mientras el sueño lo dominaba luego de la mejor mañana de su vida.

El chico pudo escuchar una suave pero aguda voz, llamándolo a la distancia, mientras sentía golpeteos en su espalda, y bastante frio en todo su cuerpo.

¡Naruto!... ¡Naruto! obasan dices que bajes a comer, hermanito, ¿estas hay?, dijo Naruko vistiendo unos minishorts y camisa corta.

Naruto por fin logro despertar, para ver el cielo oscurecido atreves de su ventana, y escuchar a su hermana gemela golpear la puerta tras él. Naruto se paró algo aturdido, sin darse cuenta que Naruko intentaba abrir la puerta, algo preocupada, el rubio fue arrojado a la cama por la puerta, sin apenas poder responder al subir la mirada y ver a su gemela rubia frente a él, completamente sonrojada.

oye.... Naruto ¿estás bien?, hermanito contéstame decía Naruko mientras presionaba la puerta algo preocupada.

Y mientras de repente pudo abrir la puerta sin mucho esfuerzo, ella apenas pudo balbucear palabra al ver a su gemelo, tirado sobre el borde de la cama semidesnudo con la toalla apenas cubriendo una de sus piernas, y su miembro completamente expuesto, la chica de coletas de un momento a otro se sintió sofocada, y su rostro caliente como una estufa.

Oye estas bien..... naruto....., fue apenas lo que Naruko pudo decir al encontrarse con aquella escena.

Pasados unos instantes de bloqueo de ambos gemelos uzumaki,

Naruto se tapó con una cobija, y Naruko se cubrió los ojos mientras se daba la vuelta, serrando la puerta detrás de ella, y ambos igualmente tratando de disculparse casi tartamudeando.

Perdón.... Naruko.... Perdona, yo no quería, dijo Naruto incluso más nervioso que en la mañana.

No, no te.... No es tu culpa, yo no sabía que estabas... ocupado, perdóname..... ¡Perdóname naruto! Grito Naruko antes de salir corriendo con la cara más tierna y sonrojada que Naruto había visto jamás.

Hinata vio a la rubia de coletas corriendo agitada hacia el comedor, con la cara completamente roja, la muchacha se sentó rápidamente poniendo sus manos sobre su rostro, y respirando profundamente, Hinata no pudo evitar interrogar a la rubia uzumaki.

¿Naruko-chan?... ¿estás bien? Pregunto Hinata algo intrigada, y algo preocupada, ya que no había visto al chico rubio desde el "incidente"

Si.... Estoy...., ahhhhhh bien obasan, estoy bien, contesto Naruko respirando profundamente, y sacudiendo un poco su cabeza.

Mmmm pero ¿y Naruto-kun?, ¿está bien?, pregunto Hinata aún más intrigada y nerviosa sin entender nada.

La cara de Naruko se puso roja de nuevo, la muchacha metió su rostro entre sus brazos cruzados y respondió a la mujer con una voz baja.

Sssss... si, Hinata-obasan...... el... si está bien, dijo la chica de coletas mientras se cubría la cara.

Hinata quedó aún más desconcertada con esta respuesta, pero, pensó que era mejor no molestarla más ya que parecía muy estresada.

Naruto bajo un par de minutos después, ya vestido y muy nervioso, la mujer de ojos perlados estaba poniendo los platos en la mesa,

Hinata volteo hacia el chico rubio, y sus miradas se encontraron por un segundo, ambos se sonrojaron y Hinata volteo su rostro rápidamente, pero aunque Naruto se sintió algo apenado, el ver el apretado y redondo culo de la Hyuga, en aquella faldita beige le llamo más la atención, mientras Naruko aún seguía con la cabeza entre los brazos, cuando de pronto el chillido rasposo de la plateada perilla, de la puerta principal, interrumpió la escena, llamando la atención de todos, al ver como se habría rapidamente la puerta, Toneri detrás de ella.

El jinchuriki y la HyugaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora