•.¸✧°Narrador°✧¸.•
— ¡Mira, Tritón! Unos pequeños nos estan viendo. —Dijo Neptuno, observaba con ternura a unos asteroides que se agrupaban cerca a él.
— Ah... Neptuno, allí no hay nadie y ¡Tritón se fue hace rato! —Exclamo uno de sus satélites, Nereida vió con preocupación a su planeta.— Me parece que se está tardando.
— Oh, es verdad ¡Debe estar haciendo más amigos! Quizás por eso se esté demorando tan...
Fue interrumpido por un asteroide que impacto contra ojo, dejandolo adolorido. Busco con la mirada al responsable sin la intención de reprender, se notaba en su sonrisa que reconocía al causante de la agresión.
— Ya quisieras, con ustedes tengo suficiente. —Dijo Tritón.— Ah... Vamos, Neptuno. Un pequeño asteroide no pudo dejarte mudo.
— ¡Estás en lo correcto! —Neptuno contempló la figura de Tritón, fijando su vista en sus lentes oscuros.— Tritón ¿Esos lentes son nuevos? O ¿Por qué tienen esa marca de beso?
— ¡Los hizo su novia! —Exclamaron al unisono las lunas.
La luna rebelde se avergonzó por las conclusiones tan apresuradas, con prisa procedió a retirar y limpiar sus gafas de las marcas de labial. Ante su acción, las risas burlonas no tardaron en llegar.
Después de lo acontecido Tritón susurro a su planeta una propuesta de Urano, dejando a Neptuno confundido por el guiño que hizo su luna. Pareciera que tratara de insinuar algo, aunque para él no había nada de malo con ello.
— Entonces ¿Tengo que...
— ¡Ya te dije lo que me dijo su ano... —carraspeó en corrección— Perdón, Urano. Urano quería, decirte algo importante en ese lugar... A solas.
Las burlas, que antes fueron dirigidas a Tritón. Ahora se volvieron silbidos y monosílabos con tonos sugerentes a Neptuno.
— ¡Neptuno tendrá una cita! —Gritaron la mayoría de damas.
— ¿Qué es una cita? —Dijo Proteo, miró expectante la situación a la espera de una explicación.
Mientras para Neptuno todo era risas y armonía, su amigo de celeste no corría con la misma suerte de una convivencia sana entre sus lunas.
Estaba nervioso, incluso la palabra quedaba corta para describir la sensación de vacío y revoltijo en su interior.
Quería vomitar, pero no tenía que soltar. Deseaba llorar, saltar y gritar.
¡Aunque no tuviera corazón, anhelaba amar con gran pasión!Sabía que no era poeta, de hecho ni siquiera podía hacer una oración completa. Ese planeta, ese planeta lo ponía mal, cada que lo ganaban sus nervios se ponía sentimental.
Admirando a la distancia a su mejor amigo, aquel dueño de sus suspiros. Se dió cuenta de un detalle que en si no era importante, tal vez lo terminara atendiendo más tarde.
Sonreía con esperanza de ser correspondido, la ilusión de una burbuja.
— Urano, esto no puede seguir así. —Dijo Tiranía con reproche.— Llevas mucho, sin exagerar, mucho tiempo evitando hasta mirarnos.
La luna grisácea tenía razón, llevaba hundido en su mente ciertos pensamientos y desde hacía mucho no les hablaba. Con pena, desvío sus ojos a algún rincón del espacio.
— Perdón, no es culpa de ustedes que...
— ¡Eso lo sé! —Interrumpió.— Ahora, yo no te pido que lo hagas con todos nosotros... Solo deseo que ellos. —Miro a las otras lunas.— No se sientan culpables, ni atemorizados, tampoco tristes solo porque no tienes la suficiente competencia como para dirigirte a ellos.
El planeta, a pesar de no observar directamente al pequeño satélite. Pudo notar que su voz se quebraba, sentía su reproche y enojo, tan claros como sus ojos que contenían las lágrimas.
Ganimedes escapaba de la voz que lo atormentaba, esa voz que lo arruinó, el protagonista de la obra cuyo final desconocía. Lanzaba los asteroides, sabiendo que él los esquivaba.
— ¡Ganimedes! —Gritó, buscando llamar su atención.
No obtenía respuesta, mientras era golpeado por los cuerpos rocosos sin vida ni formas lo seguía.
— ¡Ganimedes, Ganimedes! —Sentia su garganta arder ante los esfuerzos de gritar.— ¡Ganimedes!
![](https://img.wattpad.com/cover/357444240-288-k556227.jpg)