Ángeles de hombros

73 7 2
                                    

Ángeles de hombros

Hogar ruidoso, primera hora del día

La mayoría de sus habitantes aún dormían o apenas se estaban levantando, las mujeres de la casa que pasaron la noche allí se dirigieron a la cocina por un café para tomar energía y despertar del todo, una vez hecho eso se coordinaron con Liena para preparar el desayuno, mientras Lyra organizaba la mesa.

Un ligero cambio a la rutina matutina habitual, Lincoln usualmente se encargaba del desayuno con ayuda de alguna de sus hijas o esposas, sin embargo, el hombre había tenido un par de semanas agitadas en el trabajo que lo mantenían despierto hasta altas horas de la noche, debido a eso, las mujeres de la casa y las hijas mayores se turnaban para realizar ese trabajo durante esos días de la semana.

Lyra había terminado de poner la mesa y tenía ganas de cooperar un poco más, pero sabía que no le permitirían ayudar en la cocina y prefirió centrar sus esfuerzos en despertar al resto de sus hermanas.

Para algunos esto fue algo sencillo, las hijas gemelas de Lynn despertaron con un toque en la mejilla como si fuera un interruptor, aunque Lynn III sintió que estaba siendo atacada a traición y casi conectó un contraataque contra Lyra, pero la joven aspirante a Caballero reconoció la voz de su hermana mayor y detuvo el golpe, poniéndose sus gafas para evitar otro posible incidente similar.

Otras hermanas le dieron algunos problemas, Leia y Loan, la primera quería dormir más para preservar su belleza natural, la segunda necesitaba dormir un poco más, admitiendo que dormía demasiado tarde porque estaba en un juego en línea.

Uno a uno los más jóvenes de la casa se levantaron, formaron fila para lavarse y luego bajaron a desayunar. Lyra decidió que no bajaría hasta que todos los del segundo piso se hubieran levantado, lo que tardó un poco porque las hermanas se resistieron, pero finalmente accedieron y la mayoría ya estaban en el comedor, o formaban fila para lavarse en el baño, quedando solo una persona faltante, su padre.

Lyra había optado por despertarlo al último y, de ser posible, cuando ya no hubiera una larga fila en el baño para darle los minutos de sueño que necesitaba, sin embargo, al parecer el cansancio de su padre era igual a que el hombre fuera un dormilón, ya que desde hacía un par de días sus tías habían manifestado tener dificultad para despertarlo. Siendo ese el caso, decidió que lo mejor era comenzar el proceso para que el hombre estuviera despierto cuando ya no hubiera una larga fila para poder asearse a gusto.

Con un gesto decidido, Lyra se dijo a sí misma que ese era su deber como futura madre de la casa, un título que aún estaba en debate y que no le sería fácil obtener, pero estaba decidida a que así fuera algún día. La joven de cabello castaño caminó con paso firme hacia la sala principal, sin percatarse de que estaba siendo observada por una pequeña figura que acababa de terminar su rutina de limpieza matutina.

La puerta se abrió con cautela para no hacer ruido, un acto de mera costumbre que contradecía el objetivo principal de Lyra, y ella misma se dio cuenta de lo sin sentido de sus acciones justo antes de cerrar la puerta, dejándola entreabierta, solo pudo reír suavemente ante ese desliz, producto de su actitud respetuosa ante el sueño ajeno.

Tal como lo esperaba, su padre seguía dormido del lado izquierdo de la cama, inclinado hacia la derecha con un brazo extendido por debajo de la sábana, algo que despertó la curiosidad de Lyra, su padre suele dormir erguido y boca arriba si tiene que compartir cama con dos de sus tías, o alguna combinación de sus hermanas, lo que le hizo entender que solo durmió con una mujer la noche anterior, provocando un ligero toque de celos que la motivó a intentar adivinar de quién se trataba.

Lyra dio unos pasos más cerca del borde derecho de la cama, agudizó su nariz y trató de centrar su atención lo más que pudo, no detectó el fuerte perfume característico de su tía Lola, ni el olor a lavanda que tenía el cabello de su tía Leni, esto podría parecer imposible, pero Lyra compartió tanto con Leni en su infancia que lo memorizó de manera inconsciente.

La bóvedaWhere stories live. Discover now