El cielo gris comenzaba a oscurecerse mientras Baji observaba a Natsumi correr por el parque. Las primeras gotas de lluvia aún no caían, pero la brisa fría y el sonido distante de truenos anunciaban que no tardaría mucho en llover. Baji se levantó de la banca, sacudiéndose el pantalón, y llamó a su hija.-¡Natsumi!-gritó, intentando que su voz alcanzara el bullicio del parque-¡Vamos, se está nublando!
Natsumi levantó la cabeza y, después de un momento, corrió hacia él, con una sonrisa en los labios. Baji le revolvió el cabello con cariño y juntos se dirigieron a casa, apresurando el paso para evitar la lluvia que pronto caería.
Cuando llegaron, la casa estaba cálida y acogedora, con el olor a comida llenando el aire. Baji escuchó las voces familiares de su madre y Kazutora desde la cocina. Natsumi, como siempre, corrió de inmediato hacia su abuela, abrazándola con fuerza y hablando rápidamente sobre lo que había hecho en el parque.
-¡Abu! Hice un dibujo en la tierra, ¿quieres verlo después?-dijo con entusiasmo.
Baji sonrió al ver la escena, sintiendo un momento de paz en medio de su caos interno. Caminó hacia la cocina, saludando a su madre primero con un beso en la mejilla.
-Hola, mamá-dijo con una sonrisa
Luego, se giró hacia Kazutora, dándole un rápido beso en los labios. Fue un gesto automático, pero en su interior sentía una punzada de culpabilidad que le hizo tensar los hombros. Kazutora lo miró, sonriendo levemente.
-¿Qué tal os lo habéis pasado en el parque?-preguntó Kazutora, mientras revisaba algo en la encimera.
-Bien...-respondió Baji, intentando sonar relajado-Tu hija es un torbellino
Su madre, que había estado observando la interacción, intervino de repente
-Hijo...¿podrías ir al supermercado? Me faltan algunos ingredientes para la comida-le pidió, entregándole una pequeña lista-No tardarás nada.
Baji asintió, agradecido de tener una excusa para salir de la casa, aunque solo fuera un momento.
-Claro, no hay problema- respondió, tomando la lista y las llaves de su coche.
Salió de la casa y, mientras caminaba hacia el coche, sintió el aire fresco en su rostro, aliviando momentáneamente el peso en su pecho. Encendió la radio al arrancar y dejó que la música llenara el silencio mientras se dirigía al supermercado, intentando distraerse de los pensamientos que lo acosaban.
Al llegar, agarró un carrito y miró la lista que su madre le había dado. El supermercado estaba relativamente tranquilo, la mayoría de la gente ya había hecho sus compras antes de que la tormenta se acercara. Baji caminó por los pasillos, echando las cosas en el carrito una por una, sus pensamientos vagando entre el presente y el pasado.
Mientras tomaba una bolsa de papas del frigorífico, algo lo hizo girarse bruscamente, chocando su hombro con el de otra persona. La bolsa casi se le cayó de las manos, pero logró sostenerla justo a tiempo.
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El Arte De Amar [Fuyubaji]
Romance-Las ALMAS se reconocen por su vibración, no por su apariencia...