BRYCE
Mis manos se deslizan por el cuerpo de América. Mi polla se endurece con los sonidos guturales que brotan de su garganta, la misma que terminó llena de mi semilla hace un par de días. Su coño, rosado y depilado como el de una actriz porno, recibe la cabeza de mi miembro en su abertura, enloqueciendo al ver cómo va desapareciendo mientras ella chilla de dolor.
—Bryce —dice mi nombre de un modo que me provoca—. Duele…
Empujo todo lo que tengo hasta el fondo, la expando y ella grita.
—Te duele, eres una maldita, pero me encantas.
Tenso el cuerpo; verla llena de mí hace que emerja el machismo que habita en mi interior y que no sabía que existía. Siempre he sido un caballero, y cuando conocí a Alene, lo fui aún más, pero América es distinta. Ella me toma por sorpresa; es rebelde y única.
—Duele mucho.
—Quiero que te duela más.
Aumento la velocidad de los empujes hasta que ella grita mi nombre, lo que me hace perder la cabeza por completo. Es entonces que despierto.
Mi pecho sube y baja al ritmo de un corazón frenético. El dolor de cabeza llega con el golpe de realidad que me avasalla y me hace recordar las piezas del rompecabezas que poco a poco toma forma. La alarma del despertador hace que la lance contra la pared, justo cuando la puerta de mi departamento se abre.
La figura hostil y siniestra de Rupert aparece, como siempre. Su traje es impecable, su actitud es despectiva, y su mirada… bueno, es esa que te asesina e intimida, menos a mí.
—¿Sabes qué hora es? —habla rompiendo el silencio.
—Sí —espeto con firmeza.
—¿Y no sabes que hoy tenías una junta de trabajo con los socios en Tokio? —insiste.
Me pongo de pie y voy a la cocina por un vaso de agua fría.
—Te encargaste de eso, ¿no?
—Como siempre, limpio tus mierdas. ¿Cómo se te ocurre ser un maldito irresponsable? Solo tenías que hacer la videollamada de media hora.
—No se supone que ibas a aparecer en mi luna de miel.
—No, pero ¿y la novia? No la veo por ninguna parte. Ah, cierto, que te has casado con la incorrecta por una venganza.
Tenso el cuerpo; esa palabra me tiene mal desde que me enteré de todo. América dijo que es porque mi padre mató a su madre. No lo creo. Mi padre amaba a mi madre; ambos eran la pareja ejemplar a seguir, y aunque tenían sus diferencias, mi padre jamás hubiera matado a una mujer.
La imagen que tengo de él no voy a dejar que tres locos me la quiten; es lo único que me queda.
—Investiga —demando.
—No es necesario que me lo pidas. Desde que me contaste lo ocurrido, he ordenado a nuestros mejores detectives que busquen todo sobre los Sullivan.
Asiento en silencio.
—Por otra parte —arguye—, puedes quitarles las acciones que invirtieron en la empresa, y eso solo es el comienzo. Dame luz verde y yo mismo los aplastaré.
Me duele el pecho; es como si me hubieran arrancado el corazón. Yo amaba a Alene. Creí que había encontrado a la mujer de mi vida. Estaba equivocado, una vez más. Una mujer me ha traicionado. Esta vez no voy a permitir que me pisoteen; van a pagar caro lo que me han hecho.
—Encárgate de todo —finalizo.
Él asiente y, al poco rato, se marcha. La cruda hace que mi cabeza estalle; todo me da vueltas. La noche en que me acosté con América es una de las cosas que tengo presentes: su sangre virginal manchando toda mi polla, corriendo en una mezcla con mi semen por sus muslos.
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Esposa De Trofeo #1 © [COMPLETA]✅
Lãng mạnEra un día lluvioso. Ella solo quería acabar con el tortuoso contacto de Bryce, un cotizado millonario que se casó con ella y que no estaba dispuesto a dejarla ir sin antes pagar por la traición que le había hecho, obligándola a rendirse ante el m...