Nunca imaginé que las palabras pudieran ser tanto mi refugio como mi prisión. Desde que tengo memoria, me he perdido en los versos y las melodías, donde cada nota y cada rima se convierte en un mundo al que puedo escapar.
Soy Liam, el chico invisibl...
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—Carter Liam—
Se supone que debería estar prestando atención a la clase de física, pero en lugar de eso estoy leyendo el fanfic de wattpad más homosexual, rancio y sin sentido que una niña de quince años sin supervisión parental pudo haber escrito en su corta y turbia vida.
Está bien, acepto que cuando tenía catorce fui el niño que escribía historias de Harry Styles y "T/N", pues el aburrimiento podía conmigo pero no con mi infravalorado e irreal talento para la escritura. Vale, un poquito egocéntrico de mi parte, solo estoy tratando de romper el hielo con ustedes.
Miré al pizarrón, observando los infinitos números y símbolos que nadie en la clase entenderá incluso haciendo magia negra. No puede ser, me distraje dos segundos y el anciano ese se hizo el cálculo matemático-físico más complicado del planeta Tierra y Marte.
Perfecto, Liam. Volverás a sacar un 9.5 en lugar de 10 en el examen y entrarás en depresión por una semana. No me culpen, dependo emocionalmente de mis calificaciones.
Y de ese fanfic, ojalá la niña ya termine sus exámenes para que vuelva a actualizar.
—Disculpe, profesor —dijo en voz baja una de las chicas de la clase —. ¿Qué es "Omega"?
«No puede ser»
¿Quién en su sano juicio no sabe lo que es "omega"? Es más que obvio que "omega" es una de las castas que se ubican más abajo en la jerarquía del omegaverse, los omegas son quienes procrean. Cultura básica, por favor.
—Es el símbolo que vamos a utilizar hoy para la ecuación. Esto lo debieron haber aprendido en secundaria —aclaró el profesor —. La última letra del alfabeto griego.
Ups, creo que me equivoqué de contexto.
No me culpen, en lo poco que me van conociendo supongo que se habrán dado cuenta de lo raro que soy.
Suspiré y apoyé mi espalda en el asiento, intentando centrarme de nuevo en la clase. El profesor seguía hablando sobre algo de frecuencias o algo así, pero yo ya le había perdido el hilo, así que desvié la mirada hacia mi cuaderno de notas donde un mar de garabatos —que supone eran ecuaciones— inundaba la hoja, junto a un par de corazones. En ese momento, una frase llegó a mi cerebro:
"Los omegas no huyen de su destino".
Maldita sea, incluso cuando trato de concentrarme, mi cerebro se desliza hacia estos temas. Tal vez debería desinstalar Wattpad por un tiempo, ¿no? Nah, ni loco. Eso sería como cortar una parte de mi. Una parte muy patética igual, pero ser patético es lo que me hace ser yo, Liam Carter.
—Liam, ¿qué te parece si resuelves el siguiente problema?
El profesor dijo mi nombre y sentí un escalofrío recorrer mi espalda. ¿Por qué a mi? Mis compañeros me miraron como si fuera a salvar el mundo en ese mismo momento. Yo en cambio no tenía idea de lo que estaba pasando.
