ᴺᵒᵛⁱᵒ ᶠᵃˡˢᵒ

452 64 14
                                    

—Estás, pero si bien estúpido —dijo Pansy, y su voz sonaba con esa mezcla perfecta entre ironía y compasión—. Más bien, lo que le sigue.

Bufé mientras me sentaba y me quitaba los tacones, esos malditos tacones que llevaban torturándome durante horas. Al menos ahora podía volver a mi forma habitual. Me bebí de un trago la poción para revertir el cambio, y la sensación familiar de volver a mi cuerpo real fue casi un alivio. Sentí cómo mis extremidades se alargaban y mi traje ajustado reemplazaba el vestido incómodo. Por fin, ser Draco de nuevo.

—¿Y qué querías que hiciera? —solté, mi voz volviendo a su tono natural mientras me pasaba una mano por el cabello ahora rubio y corto—. Le rompí la nariz por accidente.

—Eso es lo más chistoso —dijo Blaise, con una risita mientras devoraba una bolsa de papas en el sofá. Como siempre, comiendo.

Lo miré con una mueca de asco. ¿Cómo podía estar tan tranquilo? ¿Es que no entendía la magnitud de lo que había pasado? Me dejé caer en el sillón y cubrí mi rostro con las manos, queriendo desaparecer entre los cojines.

20 horas antes...

Me separé de Harry tan rápido que casi me caigo de espaldas, pero lo que realmente me dejó temblando fue la sensación de sus labios sobre los míos. ¿Sus labios?. La idea me golpeó como un rayo. No era posible que acabara de besar a Harry Potter. SUS labios, esos labios que siempre parecían tan... normales. Pero ahora, sentía que me quemaban la piel.

Harry seguía mirándome como si fuera un idiota, con esa expresión de sorpresa en su rostro, como si no entendiera lo que acababa de pasar. Por Salazar, ¿por qué está mirándome así? ¿Por qué parece... embobado?. Lo vi parpadear lentamente, sus ojos aún perdidos en mí, y tuve que recordarme que respirar era necesario.

Jadeé, y entonces la voz de mi padre resonó desde el pasillo.

—¿Draco?

El pánico me invadió en un segundo. No, no, no, esto no está pasando. Me agaché instintivamente, como si con eso pudiera hacerme invisible, y entonces escuché un ruido sordo. Miré hacia abajo. Harry estaba tirado en el suelo, completamente inconsciente.

—¡Merlín! —susurré, mi corazón latiendo con fuerza. Lo moví suavemente, tratando de despertarlo—. Potter... Potter, ¡despierta! ¡No es momento de que te hagas el muerto!

Pero no había respuesta. Sólo el silencio... y sangre. Oh, no, otra vez no. Su nariz estaba sangrando como la vez que lo golpeé con la sandalia. ¿Cuántas veces más iba a romperle la cara sin querer?

Actualidad...

Suspiré, hundiéndome en el sofá. Había firmado ese estúpido contrato y ahora estaba atrapado. Una relación falsa con Potter, claro, suena tan fácil en teoría. Pero en la práctica, estaba todo desmoronándose. Encima de todo, ahora tenía que aprenderme una biografía completa de "Adara Bridgerton", mi supuesta identidad femenina, como si fuera una obra de teatro que iba a protagonizar.

—Oye, nunca nos contaste el chisme de Francia —dijo Pansy, rompiendo el hilo de mis pensamientos. Ella se acercó con un interés evidente mientras hojeaba la hoja de vida de "mi" personaje.

—Sí, es cierto —añadió Blaise entre bocados—. Ya nunca nos contaste del tremendo bombón que viste en aquella tienda de juguetes.

Bufé. Este nunca deja de comer, ¿o qué?

Moví la varita, conjurando un café para mí. Necesitaba cafeína para soportar a estos dos.

—¿Qué puedo decir? —empecé con un toque de ironía, pero el recuerdo me hizo sonreír—. No le vi la cara, pero se veía muy tierno. Tenía un traje negro de cuero, y una bufanda que casi parecía un osito.

𝐿𝑜𝓋𝑒 𝒢𝒶𝓂𝑒 (𝐻𝒜𝑅𝒞𝒪)Where stories live. Discover now