Desde el momento en que Lizzy puso un pie en el Hangar, Rey lo supo: ella iba a ser el amor de su vida, su única obsesión. Siempre había sido el tipo de chico egocéntrico, seguro de que nada ni nadie podría hacer tambalear su vida perfectamente cont...
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❝¿Y Vos Quien Sos?✨❞ ♡
El Hangar estaba rebosante de energía y luz, un verdadero refugio de alegría donde la música y la amistad florecían. Lizzy se encontraba en el centro de atención, rodeada de admiradores que no podían evitar sentirse cautivados por su presencia. Su dulzura y amabilidad eran un imán para quienes la rodeaban, y su talento brillaba como un faro en la oscuridad. Las nuevas amistades que había forjado, como Margarita y Daisy, quienes había conocido en el Hangar, complementaban a sus amigas de toda la vida: Eugenia, Candela y Rochi, que la conocían desde hace años. Emma, Isabella y Filippa, que había traído desde su infancia en Italia, formaban un círculo especial que se unía a través de la música y el amor.
El aura mágica de Lizzy no era solo su voz; era la manera en que iluminaba cada rincón del Hangar. Sus notas musicales tenían el poder de sanar corazones y hacer sonreír a las almas más tristes. Con cada paso que daba, parecía llevar consigo una chispa de felicidad, como si el simple hecho de existir hiciera que el mundo fuera un lugar más hermoso. Su risa melodiosa se entrelazaba con la música en el aire, convirtiendo cada momento en un recuerdo preciado.
En medio de esta atmósfera de amor y apoyo, Lizzy se sintió especialmente conectada a sus hermanos. Nina, con su talento artístico, capturaba la esencia de la vida en cada trazo de su pincel, creando obras que hablaban más allá de las palabras. La pintura y la escritura de Nina estaban impregnadas de su mundo mágico, lleno de colores vibrantes y emociones profundas. Por su parte, Theo, el príncipe de las guitarras, combinaba su estilo rockero con una dulzura innata que hacía que todas las chicas suspiraran. A pesar de ser un chico encantador y romántico, tenía la costumbre de ignorar el efecto que su música causaba en las chicas, especialmente en Margarita y Daisy, quienes lo miraban con admiración.
Mientras Lizzy se movía por el Hangar, su mirada se encontró con Margarita, quien le sonrió con complicidad. Desde que se conocieron, habían creado un lazo especial, como si la música las hubiera unido en una danza de armonía. Daisy, con su energía desbordante, se unió a ellas, trayendo consigo una chispa de alegría que iluminaba aún más el ambiente. Las tres chicas, junto a sus amigas de toda la vida, formaban un grupo vibrante y diverso, cada una aportando su magia única al Hangar.
"¡Mira quién ha llegado!" exclamó Eugenia, señalando a sus hermanos. Todos se dieron la vuelta para ver a Nina y Theo entrar al Hangar. Nina llevaba un cuaderno de dibujo bajo el brazo, mientras que Theo, con su guitarra colgando de su hombro, sonreía con confianza.
—¡Eres un verdadero rockstar! —le gritó Candela a Theo, mientras el resto del grupo se reía y aplaudía. Lizzy sonrió, sintiendo un cálido nudo en su corazón por el amor y la camaradería que la rodeaba.
—Lizzy, realmente eres muy talentosa y habilidosa —le dijo Theo en tono juguetón mientras se acercaba. Ella se echó a reír, disfrutando de la atención.
