Uno.

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Esos niños estan locos. Creo que realmente piensas que somos amigos. Lo cierto es que jamas hubiera aceptado si fuera cosa mia pero Roxana Hamont vive en esta casa, y tambien tengo que cuidarla...

Miro a los padres de aquel chico y Roxana guardar las cosas en el auto. Cerrando la cajuela de un portazo.

-¿Estas seguro que estaras bien, Eric?- pregunta el señor -Mi hijo va a invitar a sus amigos y necesitaran mano dura-

-Estare bien- dijo quitandole importancia con un gesto de la mano -Ademas solo sera un fin de semana, no se preocupen-

La señora me agradece dandome un abrazo. Tras de nosotros estan sus dos hijos, Roxana, una chica delgada y guapa y su hermanito, Alexander, que delgado y usa una playera roja que le queda grande. Se despiden de sus padres mientras yo miro la casa: una fortaleza de dos pisos y varios cuartos. De una de las paredes crecian enredaderas. De cerca parecia mari*uana. Los dos padres se despiden de sus hijos. De nuevo me dan las gracias y se suben a su auto.

Se despiden de mi con un gesto y se van por el camino curvo. Todas las casa de ese barrio son para gente rica ¿Quienes son los idiotas? ¿Yo? ¿O aquellos que me dejaron a cargo?

Pienso en mis planes de ligarme a Roxana. Al final vamos a la misma universidad. Ella es una chica de labotario y yo apenas entro a clase. Alguna forma debo de ligarmela. Primero que nada eliminando mis chistes pesados porque ella es de la que defiende y...

El hijo estaba junto a mi. Salto y me aparto.

-¿Que, mocoso?- digo sin pensarlo -Quiero que decir, hola... amiguito-

-Hola, me llamo Alexander- contesto el y me dio el puño. Lo mire de mala gana pero choque con el -Es un gusto conocerte ¿Cuantos años tienes?-

Le dije mi edad. El me dijo la suya. Le dijo que le gustaban mis tatuajes pero ya no respondi. Un solo gesto de amabilidad y no me dejara en paz. Conozco a ese chico. Va a la preparatoria cerca de mi universidad. Jamas hablabamos pero supongo que somos una especie de conocidos. El es el hermanito de la chica que todos quieren. Hablando de...

Roxana entraba a la casa.

-¡Espera!- dije, tome mi mochila y fui tras ella, Roxana dejo la puerta abierta y nos espero -Gracias. Con permiso, linda casa-

-Gracias- dijo ella -Subire a leer, en un rato salgo a ayudarte con la cena-

No dijo mas. Se alejo sin mirarme. En la universidad usaba una minifalda negra y grandes calcetas blancas. Era guapa y lo sabia pero no cedia ni el parpadeo. Todas sus amigas eran mujeres. Nada de amigos. Y si un profesor se acercaba mucho, lo reprendia.

Alexander entro y cerro la puerta.

-¿Quisieras hacer algo?- dijo -Tengo varios juegos, y la piscina siempre esta llena-

Aprete el puño en silencio. Tenia acceso libre en toda la casa (exceptuando la recamara de los padres y el cuarto de Roxana) asi que lo que menos queria era estar con un muchachito. Iba a girarme cuando el mensiono que tenian televisión por cable. Eso si me interesaba.

Terminamos viendo el canal del horror. El en su sofa y yo en el mio. Podria jurar que le gustaba verme de reojo. A las seis en punto bajo Roxana a ayudarnos con la cena. Pero en un momento a solas ella dijo que mañana, es decir sabado saldria con unas amigas. Y que yo debia de darle permiso y no decirle a sus padres. Me veia en una encrucijada.

-Esta bien- respondi -Creo que sobreviviras sola, es mas si quieres el domingo mandamos a tu hermanito a una pijama con un amigo para nivelarlo-

-No es necesario- dijo ella -El es timido-

Pero sonrio. Noto que yo no era toxico como los demas. Pusimos la mesa y cuando nos quedamos solos Alexander y yo, el se me acerco.

-Mañana mi hermana va a salir con sus amigas- dijo.

Asenti.

-No la voy a detener-

-Si, pero ¿Crees que yo pueda invitar a algun amigo?-

-Eso significaria que me dejaras en paz toda la noche-

-Eso creo-

-Bueno, pero nada de fiestas, si alguien organizara una fiesta sere yo pero no quiero a mis mejores amigos aqui, rompen todo lo que tocan-

-Gracias eres increible-

Me abrazo y yo lo aparte. Puso cara de perrito regañado pero como su hermana llegaba de lavarse las manos disimulo. Despues lo vi mandando mensajes con muchos emogis alegres. Me sonrio y me guiño el ojo.

La cena fue casi como si nos cayeramos  bien. Roxana hablaba con gracia y parecia siempre tener algo que decir y Alexander no era tan fastidioso como si lo era yo por ejemplo a esa misma edad. Y yo cuando dije una broma pesada rieron de verdad.

-No digas payasadas- dijo Roxana y me dio un golpe en el hombro.

Reimos y gustamos tv los tres. Alexander mirandome de poco en poco. Se supone que a las once deberia mandarlos a dormir pero no lo hice.



M*ldito Niñero (gay +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora