El sol aún no se había levantado por completo cuando las chicas de Dreamcatcher se reunieron en la sala de espera de su compañía. El cansancio era palpable en el ambiente, pero la energía y emoción por la promoción del nuevo disco mantenía a la mayoría de ellas de buen humor.
Excepto Yoohyeon.
Con el cuerpo entumecido y los ojos entrecerrados, la joven apenas podía mantener la cabeza alta. No había dormido nada. El recuerdo de la noche anterior, las manos de Jiu sobre su piel, los susurros y los besos robados en la oscuridad del estudio, seguían invadiendo cada rincón de su mente.
Frente a ella, la líder parecía tan perfecta como siempre, con su cabello peinado con cuidado, su rostro sereno, como si la noche anterior no hubiera dejado marca alguna en ella. Pero Yoohyeon sabía que detrás de esa fachada inquebrantable, Minji también estaba agotada. Era su forma de ser, siempre la más fuerte, la que mantenía la compostura.
—¿Estás bien, Namu? —preguntó Siyeon desde el otro lado de la mesa, inclinándose para observar mejor el rostro de su compañera.
—Sí... sí, solo un poco cansada —respondió con una sonrisa forzada, tratando de apartar la sensación de nervios que la recorría.
—Se nota —comentó Dami mientras se servía una taza de café—. Pareces haber luchado contra una tormenta y haber perdido.
Unas risas suaves inundaron la sala, pero Yoohyeon solo pudo sonreír de manera tensa. Jiu, que estaba sentada cerca de ella, levantó la vista del móvil brevemente, y sus miradas se encontraron por un segundo. Fue un intercambio rápido, pero en ese breve instante, Yoohyeon sintió como si el aire en sus pulmones desapareciera.
—Vamos, chicas —dijo Gahyun animadamente—. Hoy es un gran día, ¡tenemos que estar llenas de energía para el programa!
—Fácil decirlo cuando dormiste bien —bufó Yoohyeon en voz baja, pero lo suficientemente alto para que la mayor la escuchara.
Jiu sonrió apenas, ocultando el gesto detrás de su teléfono.
Las demás chicas se levantaron para prepararse para salir, y mientras la sala se vaciaba lentamente, Jiu se acercó a Yoohyeon, asegurándose de que nadie las viera demasiado cerca. Fingió revisar su cabello frente al espejo de la sala, y en un susurro casi inaudible, le dijo:
—¿Estás bien, hyeonie? —Sus dedos rozaron apenas rozaron su hombro al pasar, un toque tan leve que nadie más podría haberlo notado, pero fue suficiente para enviar una corriente eléctrica por todo el cuerpo de la más alta.
Yoohyeon asintió, pero en realidad no estaba segura. Se sentía dividida entre el deseo de estar cerca de ella y el temor constante de que alguien las descubriera. La intensidad de su relación, la pasión que compartían en la intimidad, chocaba con la frialdad que debían mantener en público. Y eso comenzaba a pesarle.
Al subirse al coche que las llevaría al estudio de grabación, Yoohyeon se sentó en la esquina, pegada a la ventana, intentando apartar los pensamientos. Sin embargo, la presencia de Jiu, a solo un asiento de distancia, la mantenía alerta. Su fragancia, su silencio contenido... todo en ella hacía que su piel hormigueara.
—Pareces muy callada hoy. —observó Handong desde su lugar, dándole un pequeño empujón con el hombro.
—Solo estoy... pensando —murmuró Yoohyeon, tratando de no mirar a Jiu, quien seguía concentrada en su teléfono como si todo estuviera bajo control.
—¡Eso si que es un milagro! —agregó Siyeon, bromeando, lo que provocó una serie de risitas entre las demás.
Yoohyeon intentó seguir la conversación, pero su mente estaba en otro lugar. El viaje al estudio transcurrió en un torbellino de risas y bromas entre las chicas, pero entre las dos más altas, había un abismo. Yoohyeon podía sentir la presión de la mentira apretando su pecho con cada minuto que pasaba.
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2 Rings
RomanceSer una idol significa vivir bajo la mirada de millones de ojos, donde cada gesto es observado, cada palabra analizada y cada emoción escondida. Para Jiu y Yoohyeon, integrantes del grupo Dreamcatcher, mantener una relación secreta es una carrera pe...