⋌ ⁺ 🔪 ⌑ GOLPEAME Y DIME QUE SOY TUYA ♩ ₊
ー☆ㅤ❛ el diablo existe, y no es un gran monstruo con cuernos y una cola, realmente puede lucir hermoso, porque es un angel caído, y solía ser el favorito de dios. ❜ㅤ࣪ ִֶָ
(ㅤ੭୧ nicholas c. fa...
⫘⫘⫘⫘⫘⫘⫘⫘⫘⫘⫘ ¡SHADES OF COOL! ¡SHADES OF COOL! ¡SHADES OF COOL! 📰˖ ࣪Ꮺ 𝗮 NAC 𝗳𝗮𝗻𝗳𝗶𝗰𝘁𝗶𝗼𝗻 ִֶָ‹ ꒦꒷ ˖
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━━━ Ah, ¡S-si, ahí! ━━━ Gimoteó Madeleine ruidosamente, apenas podía articular bien los vocablos que escapaban de su boca. Estaba siendo consumida lentamente por el placer. Sentía que se quemaba internamente. ━━━ ¡Mhm...! ━━━ Lloriqueó, en un jadeo inundado de goce y satisfacción.
. . . ⇢ ˏˋ ❛ he beats me black and blue but he fucks me so good and i can't get enough. ❜
Su mente era un torbellino de emociones que la mareaban como si estuviese subida en una jodida montaña rusa, incluyendo esa típica y tradicional sensación de querer vomitar. Se sentía tan indigna, poca cosa, cómo una completa tonta, incredula y descerebrada. Pero se la estaba pasando... Increíble, realmente increíble y no pensaba en parar para mantener una fachada de autoestima y amor propio inexistentes.
La red de sensaciones que la envolvían la llevaban a la deriva, la abrumaban.
Sintió un cosquilleo en su vientre bajo cuando sus paredes laterales se contrayeron en la hombria de su novio, provocando en consecuencia que las embestidas de Nicholas se volvieran más rápidas y rudas. El hombre parecía volverse insanamente loco cada vez que la oía mencionar su nombre entre jadeos entrecortados, manifestandolo en la dureza con la que la tomaba y la hacía completamente propia.
Si tan solo no se hubiera comportado tan encantador y dulce en la mañana probablemente no se encontrarían en esta situación. Pero era un patrón constante que se repetía como un disco rayado. Hartante para otros, rutinario para ellos.
Golpes, pedido de disculpas, flores (preferentemente rosas rojas), curar sus heridas con sumo cuidado y sexo de reconciliación.
Madeleine era consiente de cuan enfermizo y absurdo sonaba aquello, por eso le avergonzaba estar envuelta nuevamente en aquel círculo vicioso que parecía no querer tener un final. Recordaba cuan dificultoso se le hacía en el pasado justificar estás situaciones, aún cuando sólo eran pequeñas marcas de simples empujones o sacudidas forzosas por enojos fugaces, porque la violencia con la que se manejaba su novio no había sido siempre tan obvia, evidente y visible, había ido escalando con el paso del tiempo, comenzando con insultos y ordenes, hasta llegar a donde estaban parados hoy.
Sus padres odiaban a Nicholas como compañero de vida de su hija, les disgustaba como la trataba y su carencia de modales con aires de niño rico y mimado. Lo aborrecían con cada fibra de su ser. Cuando ella decidió confesarles emocionada cual mocosa con juguete nuevo que finalmente se mudarian juntos a Los Angeles, por la cercanía del trabajo de Nick, para facilitar y acortar los viajes para las grabaciones del azabache ellos simplemente se volvieron locos negándose rotundamente a la idea. Esa fue la última conversación que mantuvo con ellos, la cual en realidad fue una discusión tormentosa en la que ella, gritando de forma cruel y despiadada les prometió que jamás en su vida volvería a dirigirles la palabra porque estaban muertos para ella a partir de ese día.