Parte 11: entonces hay que salir más

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Bórrala antes de que la vea Arteaga jajaja

Me envió mi hermano. Era cierto que a veces Gerardo era medio enojón, pero sólo era una foto, no hacíamos nada malo. Unos cuantos segundos después de que leyera el mensaje, me llegó una notificación ¨A Gerardoarteaga7 le ha gustado tu historia¨, después respondió a mi primer historia, que era el video.

¿Así o más perfecta? <3

En cambio, a la segunda historia no reaccionó ni me respondió, lo cual me puso algo nerviosa. No me metí al chat porque, si lo hacía, al instante Gera me diría que pasaba por mí, así que me hice tonta y apagué el celular nuevamente.

-¿Quieres ir a desayunar, Tn? -preguntó Marcelo algo apenado, volteando hacia otro lado.

El güero era demasiado tímido, eso me parecía tierno la mayor parte del tiempo, ya que Diego, Gerardo y los demás hombres con quienes me juntaba mucho eran o intentaban ser lo contrario. Le sonreí y asentí con la cabeza, él notó de reojo ese movimiento.

-¿A dónde vamos? -pregunté sonriendo.

Propuso un lugar y, antes de comenzar el trayecto, regresamos a mi casa para bañarme rápido, porque me sentía muy cochina de haberme esforzado tanto practicando fut. Aunque sentí bastante pena al notar que Marcelo estaba como si nada, ya sé que el motivo era que él hacía demasiado ejercicio diariamente y yo no, pero era justo eso lo que me hacía sentir avergonzada. Quizá debería comenzar a hacer más actividad física.

Corrí al baño e hice lo posible por terminar rápido, para así no dejarlo esperando tanto tiempo. 

DIEGO LÁINEZ

Bajé de mi habitación para ver si me preparaba algo de desayunar cuando me encontré con Marcelo sentado en mi sala, mirando el celular. Lo miré algo confundido y luego reí.

-Hola, Marcelo -saludé alegre-. ¿Tn ya se escapó para no entrenar o qué?

Él rio y negó con la cabeza.

-Se está bañando.

-Ahhh, ok. ¿Quieres agua o algo?

Él volvió a negar y estuvimos un rato más platicando. Realmente me caía bien, aunque no entendía porqué la estaba esperando, así que decidí preguntarle, Marcelo se sonrojó y bajó la mirada. Qué chico tan raro.

-Pues vamos a ir a desayunar -respondió aún sin mirarme.

-¿Apoco a ti también te gusta mi hermana? -pregunté riendo mientras le daba un leve codazo para echarle carrilla.

Él me miró alarmado y rápidamente negó con la cabeza.

-Ay, no... Nada más es porque no hemos desayunado -me explicó Marcelo.

-¿Entonces puedo ir? -pregunté de broma.

-Sí, si quieres -dijo no tan convencido, aunque demasiado apenado.

Me reí y le di una palmada en el hombro.

-Es broma, Marcelo. Ustedes váyanse a donde quieran, nada más me la devuelves temprano ehhhhhh -bromeé riendo.

Él asintió con las mejillas como tomate.

TN

Regresé y me encontré con Marcelo mirando el suelo algo pensativo, también Diego se asomó por la puerta de la cocina cuando me escuchó acercarme, luego le dio una mordida a un pan y se me quedó mirando.

-Provecho, hermanito -dije riendo.

-Gracias. No te doy -dijo sacándome la lengua.

Reí y rodé los ojos. A veces parece que Diego está más chiquito que yo.

-Ya nos vamos, feito. Hasta al rato -le dije a mi hermano, acercándome para darle un abrazo.

-Cuídate, feita. Que no te roben -respondió mi hermano con una sonrisa.

Flores y yo comenzamos el trayecto hacia el restaurante. Nos la estábamos pasando muy bien. Marcelo era algo serio, pero yo hablo hasta por los codos, así que no me costó mucho iniciar conversación. Aunque debo admitir que sí hubo momentos en los que yo estaba hablando como loquita y él sólo reía o asentía, lo cual me hizo sentir como esas niñas chiquitas enfadosas que quieren contarle su día a su mamá y no se callan como en dos horas.

-Yo ya hablé mucho, siento que te voy a aturdir. Mejor cuéntame algo de ti -dije algo apenada, pero sonriendo.

Marcelo rio y negó con la cabeza.

-No me aturdes, todo lo contrario: me gusta escuchar las cosas que me cuentas -dijo devolviéndome la sonrisa.

-Gracias, Marcelo -dije algo conmovida-. Pero igual quiero saber cosas de ti.

-No sé qué contarte. Mi vida es muy aburrida -dijo con humildad.

-¿Aburrida? -pregunté asombrada-. No seas modesto, Marcelo.

Él rio y negó con la cabeza.

-Pues tengo una vida normal.

-Eres futbolista, haces mucho ejercicio, estás guapo, tienes dinero y un bonito peinado. Eso no suena a una persona normal -dije sin pensar.

MARCELO FLORES

Me puse nervioso al escuchar tantos cumplidos, aunque sé que lo decía solamente para animarme, no porque de verdad lo creyera.

-Es que no salgo mucho. Nada más con Tatiana, algunas veces con los del club y a los streams que me invitas -dije algo apenado.

-Entonces hay que salir más, yo tampoco hago mucho. Puro hacer streams y molestar a mi hermano.

Recuerdo que, durante los entrenamientos, Diego había comentado que Tn estaba saliendo mucho con Arteaga, pero no era mi asunto, no iba a preguntarle si ella no quería contar.

Llegamos al restaurante y pedimos de comer. La plática se interrumpía de vez en cuando, ya que se acercaban personas a pedirnos fotos. No nos molestaba, pero nos hacía perder el hilo de la conversación.

TN 

Justo cuando pensábamos que ya no nos iban a interrumpir más personas, comenzó a sonar mi celular: era Gerardo.

-¿Bueno? -dije algo nerviosa, no quería tener que irme de con Marcelo.

Mala Mía (Marcelo Flores)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora