Mi jefe (KIM NAMJOON Y TÚ)

Primera Noche PT.1

NARRA NAMJOON.

El día de trabajo había terminado y la oficina comenzó a vaciarse. Me sentía más ligero que de costumbre, un aire de anticipación llenaba el ambiente mientras pensaba en la noche que tenía por delante. La sonrisa de TN seguía danzando en mi mente desde el picnic, y el eco de las risas de Hajoon todavía resonaba en mis oídos. Era un día especial, y decidí que quería compartirlo con Jade.

Mientras recogía mis cosas, le lancé una mirada a TN, quien organizaba algunos documentos en su escritorio. Su concentración era admirable, pero había algo en su forma de moverse que siempre me llamaba la atención.

-TN, ¿quieres venir a casa esta noche? -pregunté, sintiendo un ligero nerviosismo en mi estómago- Hajoon está con su abuela y tengo la noche libre.

Al escuchar mi propuesta, se giró hacia mí, sus ojos iluminándose de inmediato.

-Claro, Nam. Me encantaría -respondió con una sonrisa que hacía que mi corazón se acelerara.

Me sentí aliviado y emocionado a la vez. Era la oportunidad perfecta para pasar más tiempo con ella y dejar que la conexión que habíamos forjado floreciera.

Mientras salíamos de la oficina, la tarde se transformaba lentamente en noche. La brisa suave acariciaba nuestros rostros, y la luz del sol se desvanecía en un hermoso atardecer. Mientras conducía hacia mi mansión, disfruté de la compañía de TN, quien hablaba sobre su día y compartía algunas anécdotas divertidas de su infancia.

Cuando llegamos a mi casa, la entrada era majestuosa, con luces que iluminaban el camino. Me sentía un poco nervioso al invitarla a mi hogar.

-Bienvenida -dije mientras abría la puerta, intentando que mi voz sonara más confiada de lo que realmente me sentía.

TN miró a su alrededor, asombrada por la amplitud y el diseño elegante de la mansión.

-Linda casa... Bueno, mansión -comentó, con una sonrisa de admiración.

Su reacción me llenó de satisfacción. Era reconfortante saber que podía compartir mi mundo con alguien tan especial. La conduje a la sala, donde el ambiente era cálido y acogedor. Me aseguré de que todo estuviera en orden, aunque en el fondo sabía que lo más importante era disfrutar de su compañía.

-¿Te gustaría algo de beber? Tengo vino, té, o lo que prefieras -le ofrecí, tratando de ser un buen anfitrión.

-Un poco de vino estaría bien, gracias -respondió, mientras se acomodaba en el sofá, luciendo relajada y feliz.

Me dirigí a la cocina para servir las copas, sintiendo cómo la emoción crecía dentro de mí. Mientras vertía el vino, no podía evitar pensar en lo que significaba tener a TN en mi casa. Era un paso más en nuestra relación, y aunque la idea de estar juntos me emocionaba, también sentía la responsabilidad de crear un ambiente cómodo y cálido para ella.

Cuando regresé, le entregué la copa y nos sentamos juntos en el sofá. Comenzamos a charlar sobre temas triviales, riendo y disfrutando de la compañía del otro. La atmósfera era perfecta, y mientras el vino fluía, me di cuenta de que, en esa noche, todo parecía posible. Era el inicio de una velada que prometía ser especial.

La noche avanzaba con una suavidad encantadora, y la luz tenue del salón creaba un ambiente íntimo entre nosotros. La conversación fluía con naturalidad, cada risa compartida y cada mirada cómplice parecían acercarnos más y más. Me gustaba ver cómo TN se movía con confianza en mi espacio, como si realmente perteneciera aquí, a mi lado. La conexión que compartíamos era palpable, y no podía evitar sentir que había algo más en el aire, algo que nos llamaba a dar un paso adelante.

-Namjoon -dijo TN, su voz un susurro suave que hizo que mi corazón latiera con más fuerza- Quiero ser honesta contigo.

La seriedad en su tono me hizo mirar fijamente a sus ojos.

-Yo... estoy enamorada de ti -confesó, su mirada firme y sincera- No me arrepiento de nada de lo que hemos vivido juntos. Para mí, eres el hombre perfecto.

Las palabras de TN resonaron en mi mente como un eco. Mi corazón se aceleró al escucharla. La sinceridad de su confesión me dejó sin aliento, y sentí que el mundo alrededor de nosotros se desvanecía.

-TN, yo... -empecé a decir, pero las emociones se agolpaban en mi pecho, y la verdad que llevaba guardada también necesitaba salir, a pesar de mis esfuerzos por enamorarla, jamas le dice directamente "te amo"

-También te amo -solté finalmente, mi voz un poco temblorosa por la intensidad del momento

Con un poco de nerviosismo y miedo, me acerqué más a ella, mi corazón latiendo desbocado en mi pecho. Sus ojos brillaban, y el espacio entre nosotros parecía arder con una energía palpable.

TN se inclinó un poco hacia mí, y sin pensarlo más, la besé suavemente. Nuestros labios se encontraron en un toque ligero pero lleno de ternura y amor puro. La calidez de su boca sobre la mía fue electrificante, como si todas las estrellas del universo se alinearan en ese momento.

El beso se hizo más profundo, y sentí cómo la conexión que compartíamos se intensificaba, como si cada uno de nosotros absorbiera el amor que había estado esperando durante tanto tiempo. Era un momento mágico, un instante que quería guardar para siempre en mi memoria.

Me separe de ella, apoyando nuestras frentes y mirándola, mi mirada se oscureció, al verla tan linda... El alcohol ya estaba haciendo efecto en ambos, pues su mirada estaba llena de deseo reprimido.

Aún con el sabor del beso en mis labios, sentí cómo la adrenalina corría por mis venas. La conexión entre TN y yo había alcanzado un nivel que superaba todo lo que había imaginado. Mientras me alejaba un poco, todavía mantenía sus manos entre las mías, y nuestras miradas estaban cargadas de una emoción que no podía describir con palabras.

Sin pensarlo dos veces, la levanté suavemente y la coloqué en mi regazo. La sorpresa en su rostro me hizo sonreír. TN soltó una pequeña risa, sus mejillas sonrojadas, pero no se apartó; al contrario, se acomodó más cómodamente, y su cercanía solo aumentó la electricidad en el aire.

Ella tomo mi rostro entre sus manos y me beso con necesidad, sus brazos envuelven mi cuello y sus piernas están alrededor de mi cintura... Ahora... No podemos parar