cuentos

- recuerdo -

2 hombres, 1 cuarto. Ninguno sabía como terminaron en aquella situación, pero se encontraban en ella de todas formas. Uno de los hombres, el más joven, miraba con intriga al mayor, quien al ser más experimentado tomó la iniciativa.

Bastó con un mero toque en su mejilla para que el menor se acelerara, sentir sus labios en los suyos para suspirar y estremecerse, pero a penas se sintió atrapado entre los brazos del mayor, su emoción se transformó en inseguridad hacia quien reclamó como su amor.

— No puedo...— El menor se separó de los labios del hombre mayor, quien sin previo aviso, clavó sus dientes en el cuello de su contrario. Llantos, suplicas, gritos, nada sirvió. Él mayor se estaba comiendo vivo al más joven, quien lentamente perdía la consciencia a medida que su pecho era desgarrado y sus sábanas se manchaban en un rojo carmesí.

De pronto, este se sobresalta y abre los ojos. Mismo escenario, solo se encuentra él, distinto horario. Media noche. Con los ojos llorosos y una agitada respiración, miró a la oscuridad de su habitación hasta lograr procesar por completo que era otra pesadilla, una que tenía noche tras noche desde hace ya hacía un tiempo, desde el momento en el que consiguió la cicatriz en su torso la cual presionaba con fuerza, un recuerdo de ese antiguo amor, de lo que le hizo.