7- Touya

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El pelinegro teñido camina tranquilo por los callejones oscuros de la ciudad, siguiendo el específico camino que aquel rubio le había indicado para así poder llegar a su tan ansiado destinó.

Había estado desaparecido durante demasiado tiempo, apenas se había comunicado con su hermano, que le escribía preocupado todas las semanas. Sus "misiones"-o más bien, objetivos-lo mantuvieron ocupado más tiempo del que creía necesitarían, un pequeño imprevisto, nada injustificable. O almenos así lo veía él.

Estaba emocionado por poder estar con Shoto de nuevo, también con el resto de sus amigos-esto incluyendo a Ochaco, con quien había formado un lazo amistoso bastante bueno-, sabía que quizás no sería tan bien bienvenido, pero esperaba que al menos le permitieran explicarse, especialmente el bicolor, podia ser peor que interrogatorio policial cuando quería obtener información.

Mientras su pase para el club e ingresa sin mucho problema, camina sin detenerse a ver a la gente a su alrededor, su mente solo tiene un objetivo: "la puerta trasera".

–Hola lindo– le saluda una morena un poco pasada de copas.

–Soy gay– la detiene antes de que la muchacha se lancé sobre él.

La chica queda con los ojos abiertos mientras el joven de cicatrices se aleja apresurado.

Logra llegar a su destino sin más problemas, sigue las precisas indicaciones que le dio su rubio.

¿Tanta seguridad para llegar a esta pocilga?

Se queja limpiando sus sucias rodillas, resultado de la escalada que acaba de realizar para subir hasta el supuesto departamento donde vivía su hermano y amiga.

Intenta abrir la ventana tal y como le indico su alado que lo hiciera, pero está se encontraba trabada desde el interior.

Mierda, lo que faltaba.

Pega su rostro al vidrio poniendo sus manos a los costados para poder ver el interior de la vivienda. Dentro estaba todo oscuro, lograba verse-gracias a la luz de la luna-lo que parecía la sala y una parte de la cocina, nada muy impresionante.

Se mueve un poco sin apartar su cara del vidrio intentando encontrar desde el interior otra forma de ingresar.

Tienen que tener otra ventana, una puerta sin seguro o algo.

Piensa queriendo no darse por vencido. Sus ojos se encuentran con lo que parecía ser la puerta principal del departamento, se mueve rápido buscando una forma de entrar en el gastado edificio, al conseguirlo y llegar dónde-el piensa-esta la puerta que busca toma el picaporte y abre la puerta.

Entra en la casa, y al primer paso que da un gran chillido se escucha seguido de la caída de un par de platos y objetos metálicos. Da un pequeño salto asustado por el alborotó.

Casi lo prendo fuego.

Y antes de que pudiera dar otro paso es golpeado y tirado al suelo con violencia.

Quizás debería haber tocado antes de entrar.

Es lo último que piensa antes de ser noqueado.

(...)

–¿Estas segura de que no lo mataste?

Empieza a despertarse, un dolor punzante en su cuello y algunas voces femeninas son lo primero que detecta en su entorno.

La poca luz en el lugar donde se encuentra le dificulta el poder diferenciar bien quienes son las personas a un costado suyo.

–¡Ya te dije que no!

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