9- Búsqueda y Encuentro

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"detrás de la barra hay mochi y fresas"

Lo habían logrado. Decifraron el mensaje oculto gracias a Kaminari, por más irreal que sonase.

El rubio sentado como indio en la cama leía toda la información como si pudiese entender algo de todo lo que decía, esperando pacientemente a que sus tres amigos terminarán de hablar.

— ¿Que hacemos?— susurro para sus compañeros el pelirrojo.

Denki les había propuesto su ayuda con la investigación, afirmando que les sería de gran ayuda en el equipo. Sin embargo, los jóvenes héroes ya involucrados dudaban en si sería buena idea o no permitirle al eléctrico ayudar. La boca floja de su compañero podría ponerlos en peligro, pero después de todo sabía lo suficiente como para exponerlos sin estar necesariamente involucrado en la búsqueda.

— Lo mejor es permitírselo — afirmó Iida.

— Es un bocón, es mejor tenerlo cerca y vigilado — murmuro Katsuki mirando de reojo al otro rubio. No le agradaba la idea de involucrar a más personas en su búsqueda.

Se miraron un momento, asegurando que todos estaban de acuerdo, asintieron y fueron hacia donde estaba el de quik eléctrico.

— ¿Y? — pregunto curioso al ver la forma en la que sus amigos lo observan.

— Llegas a decir algo te juro que te aniquiló con mis propias manos, bastardo — escupió Bakugo amenazante.

Denki lo vio confundido. Miro hacia los otros dos chicos que estaban detrás del cenizo buscando una respuesta más fácil de entender.

— ¡Bienvenido Den!

A Kaminari le brillaron los ojos en cuanto escucho las palabras de su pelirrojo amigo. Salto de su lugar y se lanzo hacia los tres presentes con emoción, tirándolos al suelo.

— ¡Les prometo que no se arrepentirán! — Grito abrazando con fuerza a los chicos.

El cenizo se separó del abrazo en cuanto el rubio aflojó mínimamente su agarre. Con el ceño fruncido y no tan convencido de la decisión tomada observó como el nuevo integrante empezaba a hacer miles de preguntas.

(...)

Habían pasado dos semanas y media de eso. Estaban a tres días de regresar a clases y durante todas las micro vacaciones que tuvieron no hicieron más que andar de bar en bar. Si alguien los hubiese visto seguro diría que eran unos fiesteros como todos los adolescentes de su edad, pero lo que hacia el grupo era mucho más complejo que solo divertirse. Revisaban de pies a cabeza cada uno de los lugares que visitaban, tanto el interior como el exterior.

— Este tampoco tiene nada — Dijo Kaminari cuando volvieron a encontrarse.

— ¿Cuántos lugares visitamos ya? Muero de sueño — Kirishima se estiró y dio un bostezó.

Se había hecho costumbre pasar toda la noche deambulando por las calles de la ciudad, inspeccionando los bares y casinos de pies a cabeza, casi no dormían y se mantenían despiertos gracias a las grandes dosis poco saludables de cafeína que consumían.

— Fuimos a un total de siete bares y tres casinos hoy — informo Tenya acomodando sus lentes mientras tachaba el nombre del lugar tan sombrío que habían revisado recientemente de la larga lista que tenían.

— ¿Cuántos nos faltan?— pregunto Kaminari acercándose al delegado para comprobar el avance que tenían.

— Muchos idiota, sigamos.

Empezaron a caminar en dirección del  bar más cercano para revisarlo. El lugar estaba en unas calles medio escondidas, resguardado por un guardia corpulento y calvo que mantenía su rostro de pocos amigos sin moverse de su lugar.

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