Capitulo 25

3 2 0
                                    

- Bonita, yo no estab... - no lo dejé terminar -

- ¡No me diga Bonita! - no me gusta que me digan así cuando estoy enojada -

- Fea, pues - dijo riendo -

- Cállese más bien y hable

- cómo me voy a callar y voy a hablar al mismo tiempo - rió de nuevo -

- Diga pues. ¿Que estaba haciendo?

- a las 4 de la tarde - asentí - el lunes - asentí otra vez - estaba - asentí nuevamente - en la clínica contigo.

¡Es verdad! El a esa hora estaba conmigo en la clínica ¡Entonces esa desgraciada me mintió!

- Ay - lo miré avergonzada -

- ¿Ves? Puedes confiar en mí - me abrazó - ¿Quien te inventó tremenda falacia?

- La misma de siempre - rodé los ojos -

- Yo sé que ella te ha hecho mucho daño, bonita - hizo una pausa - digo, fea - le di un pequeño golpe - Mentiras mí amor, bueno. El caso es que deberías frenarla de alguna manera

- Ya lo he hecho y no sirve pa una mier...

- Cuidado con ese vocabulario - dijo riendo -

- Perdón, esa peliteñida me saca la rabia

- Pero ya pasó ¿A dónde ibas?

- A comprar unos materiales para hacer una maqueta

- ¿Te acompaño?

- Ahora sí puedes ir comigo

Nos dimos la mano y fuimos hasta la papelería

- Buenas, me das por favor - leí un papelito - cartón paja, fomi de todos los colores, bolitas de icopor y también un bloque, silicona y pintura también ese todos los colores.

La señora me entregó todo y luego fuimos a pedir un taxi. Yo me bajé en mí casa y el fue detras mío a despedirse. Luego fui a mí casa y recibí una llamada de mí mamá

- Holaaa

- Hola mí amor

- Ya Estoy en la casa mami

- Ah bueno, mí princesa, te dejé almuerzo en la cocina, te lo comes todito, debes subir de peso

- Yo ya almorcé, en el colegio

- no importa, te lo comes

- bueno mami, está bien. Te dejo porque tengo que almorzar y hacer tremenda maqueta

- juiciosa mí vida

- si señora

Colgué y empecé a comer, la verdad estaba delicioso, mí mamá cocina muy rico. Pero no podía evitar pensar en que iba a subir mucho de peso. Me daba lástima vomitar esa comida tan rica, entonces hice lo posible por no hacerlo, mañana no almorzaria, porque ya comí mucho hoy.

Llamé a isa para que viniera a hacer la maqueta, era en parejas y me tenía chisme. Cuando ella llegó, yo estaba terminando de almorzar

- Ay Mari - me abrazó -

- ¿Que? - dije von aún comida en la boca -

- Estás almorzando bien, que felicidad

- si, es que, ya entendí que, debo comer más - mentí, obvio no debía hacerlo -

- Me siento muy feliz por ti

Lavé los platos y fuimos a mí cuarto a iniciar esa maqueta. Aunque era fin de periodo, había profesores que dejaban todo para lo último.

Primeras Veces Donde viven las historias. Descúbrelo ahora