Red flags - kylia

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Durante mucho tiempo no me importó como me sentía, capaz porque me repetían tanto que era "valiente" y "fuerte" que yo misma quería creérmelo.

Pero cuando llegas a esas recaídas que te obligan a no levantarte de cama, ni siquiera quererte arreglar para el día, te das cuenta, que ese maldito agujero negro..te está consumiendo, ahí es donde tú decides qué hacer. Aunque las fuerzas no te den más.

Mi ego me grito en la cara que, era hora de pedir ayuda, también mi corazón.
Círculo de Apoyo Psicológico, algo que vi en Tiktok, podía probar que tal. No estaría mal sacar todo y burlarme de mis propios traumas ¿no?

El viernes a las 7:30 mi alarma sonó.
Fumé un cigarro tratando de evitar mis pensamientos, me di una ducha y me aliste, trataba de estar presentable.
Cuando llegué a ese lugar parecía acogedor, aunque mis fosas estaban sufriendo por el olor a hospital, lo que no me traía muy buenos recuerdos.
Las paredes estaban pintadas de un verde bajito, y habían sillas en círculo, todavía no había nadie sentado.

Avance un poco más y ahora olía a café, la mezcla de aromas por alguna extraña razón me hizo sentir más segura.
Pero en el fondo, tenía un nudo en la cabeza, la cual me gritaba que no pertenecía a ese lugar con cada paso que daba.

Una señora muy feliz me saludó de manera rápida, pero me dijo que me sentara donde quería, claro, en ese círculo.
Apenas lo hice empezaron a llegar más personas, hasta el punto donde ya no quedaban sillas.

—Hola a todos, y bienvenidos al Círculo de Apoyo Psicológico. Mi nombre es Valeria, y soy la coordinadora de este grupo. Estoy aquí para acompañarles en su viaje hacia la sanación y el autoconocimiento, hoy es el primer día y-

Entonces mi mente se desconectó de todo lo que la mujer decía.

Un recuerdo invadió mis pensamientos.
—"Tu eres fuerte Kylie"— dijo mi mamá llorando. Me dolía verla con el labio partido y la cara llena de heridas, pero aun así..ella trataba de calmarme con caricias en la cabeza.

Suspire, dejando que esos recuerdos se vayan con el aire que dejaba salir.
—Entonces, empezaremos con él porque están acá, no se sientan presionados, solo algo breve.

Así empezaron a decir sus problemas, hasta que le tocó a la chica que estaba sentada a mi lado. La cual no había notado antes.

—Hola, soy Malia. Estoy aquí porque tengo Trastorno de Estrés Postraumático. He pasado por cosas que no puedo olvidar. A menudo me despierto en medio de pesadillas y, me siento perdida. Quiero aprender a manejar mis miedos y encontrar una forma de vivir sin que mi pasado me defina..

Todo aplaudieron y ahora sus miradas estaban en mi, incluyendo a la rizada que acababa de hablar.

—Yo soy Kylie. Estoy aquí porque... he estado lidiando con pensamientos suicidas y autolesiones. Tambien tengo ataques de ira que no me dejan en paz..Sentí que tenía que buscar ayuda antes de que fuera demasiado tarde..otra vez..

La primera en aplaudir fue la chica de al
lado, mirándome directamente. Lo que me ponía algo incómoda.

—Gracias a todos por poder hablarlo, como es nuestra primera reunión, solo haremos un ejercicio más. Necesito que se emparejen con alguien que no conozcan y hablen sobre un momento que haya marcado sus vidas— chasqueo sus dedos rápidamente.

Suspire tratando de maldecirme.

—¿Quieres ser mi pareja?— Malia habló

—Claro— respondí en un bostezo.

Ella trajo su silla al frente mío. Para luego sentarse.

—¿Puedes empezar tu?— Parecía nerviosa, jugaba con sus mangas y evitaba mi contacto visual.

—Está bien...— tomé aire y dejé que mis pensamientos me invadieran. —La primera vez que vi cómo mi papá maltrataba a mi mamá, me quedé paralizada. Recuerdo que estaba escondida detrás de la puerta, sintiendo que el corazón me latía tan rápido que creía que se me iba a salir del pecho. Ella lloraba, y él gritaba. No sabía qué hacer... Solo podía escuchar y desear que todo se detuviera. Pero ese fue el inicio de mucho...también el momento que hizo que mi mente cambiara.

—Lo siento tanto....— Ahora si me veía directamente, parecía más confiada. —Yo..Bueno..a mis 12 sufrí de abuso sexual por parte de un profesor y eso...se quedó en mi cabeza, mi mente empezó a funcionar de distinta manera y mis padres se dieron cuenta, a mis 15 ya tenía el diagnóstico de estrés postraumático y todo el mundo me miraba con pena, en el colegio, en la academia de música a la cual iba, mi familia...apenas salí del colegio deje de socializar.—Lo decía tan calmada que parecía que no quería que yo sea una de las personas que la veía con pena.

—Se que todos acá lo dicen, pero eres fuerte...— Me acerqué un poco a ella, dejando que mis codos se apoyen en mis rodillas. Su rostro era realmente dulce. Tenía ojos grandes, una bonita nariz y unos labios carnosos, todo en tierno.

—¿Cuántos años tienes? —pregunté,
rompiendo un poco la tensión.

Ella rió un poco con la inesperada pregunta.
—Diecinueve— sonrió, haciendo que sus ojos se achinen.

—Yo veintidós, estamos tan jóvenes y tan cagadas.

Ella asintió, y un silencio cómodo se estableció entre nosotras. Podía sentir la conexión fluir, como si nuestras historias compartidas nos unieran de una manera inexplicable.

—A veces me pregunto si alguna vez podremos dejar todo esto atrás— dijo Malia, mirando hacia el suelo, su expresión oscureciéndose.

—Lo dudo. Pero tal vez podamos aprender a vivir con ello, eso es lo que siempre dicen— respondí.

Malia levantó la vista, y en su mirada vi un destello de esperanza. —¿Vendrás el miércoles?

—Tengo que estar acá los 3 días que sean las reuniones durante 5 meses..entonces si.

—Entonces, te esperare Kylie.

Aquella rizada se paró y simplemente se fue.

Una chispa de emoción salió de mi.

Que rara primera sesión.