Pov Kylie.
A mis 15 años, me fui de casa, o más bien, me echaron. Pero me gustaba decirles a mis amigos de la secundaria que me había ido por cuenta propia. Sabía que no podría lidiar con la vergüenza de que supieran que no fue así. Inventar historias era más fácil que contar la verdad. La verdad dolía más de lo que quería aceptar.
Me fui a vivir con mi abuela materna, la única persona que parecía quererme de verdad, o al menos eso creía. Ella me cuidó por meses, me dio un techo y me ofreció algo de cariño, pero un día se fue. El último día que la vi respirar fue como si todo se apagara de golpe. Me dejó sus ahorros, todo lo que había guardado para "darme un futuro". Con ese dinero compré el pequeño departamento que, aunque no era nada bonito, era lo único que podía pagar.
Ese lugar se convirtió en mi refugio, lo decoré como pude, lo llené de plantas que eventualmente olvidaba regar y que, curiosamente, me recordaban a mí misma. Una constante lucha por mantenerse viva. No era perfecto, pero era mi espacio, el único lugar donde podía estar sola con mis pensamientos, aunque eso no siempre era lo mejor.
Encontré mi primer trabajo cuando tenía 17. Un lugar cualquiera, nada memorable. Sin embargo, fue ahí donde conocí a Morgan.
Ya la había visto en el colegio repentinas veces, pero no hablábamos. Hasta que coincidimos en el trabajo.Ella era todo lo que yo no podía ser: radiante, segura, siempre lista para enfrentar el mundo. Se volvió mi amiga sin que me lo esperara, como si hubiera visto algo en mí que nadie más había visto.
Morgan fue conmigo de trabajo en trabajo, incluso en los más difíciles. Finalmente, terminamos en el café donde he estado los últimos años, hasta que decidí renunciar hace unos dos días. Nadie lo entendió, menos Morgan. El día que le dije que me iba, también le regalé la mayoría de mis cosas: libros, discos, hasta mis plantas.
—¿Por qué me estás dando todo esto? —preguntó, riendo nerviosa, como siempre que no comprendía algo.
—Voy a viajar lejos —le mentí. Quería que se quedara tranquila, que creyera que todo estaba bien.
—¡Eso es genial! Me alegra tanto por ti. Te mereces un descanso, Kylie —dijo, abrazándome con una sonrisa tan amplia que casi dolía.
Sonreí. Era más fácil que explicarle la verdad. La verdad de que no estaba viajando a ningún lugar, de que la calma que buscaba no se encontraba en este mundo.
La primera vez que pensé en el suicidio fue en secundaria. El puente donde me encontré esa noche aún lo recuerdo con nitidez. Estaba decidida a saltar, a terminar con todo. Pero la vida es irónica a veces. Un par de policías me vieron antes de que pudiera hacerlo. Me detuvieron antes de dar el paso final. Les rogué que no dijeran nada. No quería convertirme en el tema de conversación en la escuela, no quería que mi vida, ya rota, fuera peor. Me hicieron prometer que iría a un gabinete de psicología del gobierno y lo hice, aunque nunca volví después de la primera sesión.
—¿Por qué faltaste una semana a clases? —me preguntó Morgan.
—Viajé —le mentí. La misma mentira de siempre. Morgan sabía que tenía problemas, pero nunca dejé que nadie supiera realmente lo que me pasaba. Ella solo veía la superficie, no las grietas que me atravesaban.
La única persona que conocía algo más era Malia, pero eso también había salido mal.
Malia. Dios, ¿cómo describir lo que siento por ella? La amé, con todo lo que me quedaba. Pensé que, por fin, había encontrado a alguien que me entendía, alguien que podía llenar ese vacío que sentía desde siempre. Pero el amor no es suficiente cuando ambos están rotos. Me di cuenta de que, aunque Malia me daba razones para seguir, también me hundía más en su propio mar de caos. Me ahogaba en sus problemas, en sus traumas. Y, aunque intentaba sostenerla, me di cuenta de que no podía nadar contra la corriente de sus miedos y los míos. Por mucho que la amara, sentía que ella no quería escucharme, que mis propios problemas se perdían en su tormenta.
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Red flags - kylia
Fanfiction⚠️Contenido delicado⚠️ Esta historia incluye temas sensibles como abuso, salud mental, autolesiones, sexo y pensamientos suicidas. "La primera vez que fui al grupo de apoyo y la vi, mi vida cambió. No fue inmediato, pero Kylie tenía una manera de h...