A medida que el grupo continuaba trabajando en su proyecto, Israel comenzó a notar algo especial en su relación con Alex. La conexión que habían formado a través de la creatividad y el apoyo mutuo se convirtió en algo más profundo. Israel admiraba no solo la pasión de Alex por la fotografía, sino también su fortaleza y vulnerabilidad al compartir su historia.
Con el tiempo, Israel se dio cuenta de que sus sentimientos hacia Alex estaban creciendo. Cada vez que pasaban tiempo juntos, ya fuera en las sesiones de trabajo o en momentos más informales, su corazón latía más rápido. Sin embargo, Israel también sabía que Alex estaba lidiando con la pérdida de Nicol, y no quería apresurarlo ni complicar las cosas.
Un día, mientras estaban en el parque filmando algunas escenas para su cortometraje, Israel decidió que era el momento de ser honesto con sus sentimientos. Se sentaron en un banco, rodeados de árboles y risas, y Israel, con un nudo en el estómago, le dijo a Alex:
—Alex, hay algo que necesito compartir contigo. He estado sintiendo algo más que amistad, y no quería ocultarlo más.
Alex lo miró sorprendido, sintiendo una mezcla de sorpresa y confusión. Apreciaba la sinceridad de Israel, pero también sabía que aún estaba en un proceso de sanación. Después de un momento de reflexión, Alex respondió:
—Israel, valoro mucho nuestra amistad y todo lo que hemos compartido. Estoy en un lugar complicado, y no quiero que esto afecte lo que hemos construido juntos.
Israel asintió, comprendiendo la situación. Aunque era doloroso, sabía que era importante respetar los sentimientos de Alex. Decidieron seguir adelante como amigos, pero con un nuevo entendimiento de su conexión.
A lo largo del tiempo, ambos aprendieron a navegar sus emociones, y la amistad se volvió aún más fuerte. Israel siguió apoyando a Alex en su proceso de sanación, y aunque sus sentimientos seguían ahí, también entendió que la paciencia y el respeto eran fundamentales.
