Las galletas están listas

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Se había acabado, fueron más rápidos que nosotros y nos alcanzaron, uno de sus cañones dio a nuestro relé de potencia haciendo volar la nave en pedazos.

Alcancé a tomar mi casco antes de que la explosión me alcanzara, la onda de choque me aturdió por lo que pude asumir algunos minutos, pero el frío del espacio me hizo volver en mis sentidos, escombros por todas partes, cadáveres de mis amigos quemados o asfixiados flotando a mi alrededor, muy a lo lejos pude ver como esos malditos traidores se llevaban ambas cajas de la nave.

Seguía flotando a la deriva y mi única compañía era un gran Elefante de peluche al cual me aferraba con la poca fuerza que tenía.

Era un frío aterrador, no sentía mis piernas y cuando dejé de sentir los brazos solté al Elefante, juro que podía escuchar mi corazón latir más despacio *lub dub *lub dub *lub dub, mi casco me recordaba la temperatura de mi cuerpo y el oxígeno que me quedaba.

Ambos números quedaron grabados en mi subconsciente y juré tatuármelos si salía de esa, fueron 32°C y 2% de O2.

Estaba cansado, quería cerrar mis ojos, nada me motivaba a mantenerlos abiertos, hablaba conmigo mismo para no sentirme tan solo, tuve una buena vida, me arrepiento de no darle un último abrazo a mis hermanos, de no poder llegar a tiempo para mi mejor amigo, de no volver a lado de mi querida 89.

Espero que al menos...... encuentren mi cadáver.......... me incineren y me esparzan en mi constelación favorita............. vaya que hace mucho frío...................... debí hacerle caso a 43 y empacar un abrigo jaja............................................... ya no tengo oxígeno, eh?....................... me pregunto si 89 me estará esperando con una bandeja de galletas en "La órbita" ..................................... dios, los extraño a todos demasiado..................... (El audio del casco se cortó)

Un astronauta solitarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora