¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Pasaron horas tratando de arreglar una locomotora abandonada en la estación de trenes.
Fue un trabajo exigente, que demandaba concentración, que finalmente rindió frutos cuando la locomotora encendió. Clint tal vez hubiera terminado mucho antes, si no hubiera luchado contra sus lágrimas sin dejar de trabajar, limpiándose la cara a cada instante que las lágrimas lograban salirse de sus ojos
Guiándose con un mapa que encontraron en la cabina de la locomotora, pusieron rumbo a Missouri, únicamente con un vagón vacío enganchado a la locomotora. Vagón donde Kate y la pequeña hija de Claire se sentaron a esperar llegar a su destino
El silencio era asfixiante, como una pesa atada al cuello que los quería jalar al fondo de un abismo.
Kate no podía dejar de llorar, teniendo en el pecho a la hija de Claire. Su único recuerdo, ya que ni siquiera tenían una foto con ella, nada más de ella que el recuerdo en sus mentes, y una parte de ella viviendo en la bebé que dormía después de haber llorado hasta que no pudo más
Clint salió de la locomotora, pasando al vagón de carga vacío.
El ver a Kate sola, callada y cabizbaja le recordó con mucha más fuerza la notable ausencia de Claire. Verla estar tan apagada era la prueba innegable de que Claire se había ido para siempre, y ahora sólo eran ellos con la bebé
— No… n-no hay que darle de comer a la bebé— susurró Kate apenas, sorbiendo su enrojecida nariz
Clint apretó los labios, viendo a la pequeña y frágil criatura que Claire les dejó. Era lo único que lo reconfortaba, ver que una parte de Claire seguía viva
— No tardaremos mucho en llegar. No pararemos hasta llegar a Missouri— respondió, viendo con tristeza la lágrima silenciosa que bajó lentamente por la mejilla de Kate, quien seguía contemplando a la bebé como si fuera la misma Claire
La veía con cariño, al igual que tristeza
Avanzó hacia la azabache y se arrodilló junto a ella, encontrándose con sus ojos destrozados.
La entendía perfectamente, Claire se había ganado un espacio en sus corazones, y simplemente aceptar que se había ido les causaba una una profunda agonía.
No podían creer lo cruel que era la vida por haber tratado así a alguien tan sonriente y maravillosa como Claire. Había sido como un ángel
»—N-ni siquiera le pudo poner nombre a su bebé…
Clint sin soportar verla sollozar así, la atrajo a su pecho, refugiandola en un afectuoso abrazo que compartía su duelo
