Señorita miedo
Aún recuerdo el fatídico día...
La tímida luz de la mañana invadía la habitación, besaba el rostro de mi niña y jugaba en sus pestañas.
Las sábanas alborotadas y algunas prendas en el suelo me hicieron sonreír...—Buenos días, mi Reina. ¿Cómo amaneció?
—Bien, nana... Mi cabeza duele... —estiró los brazos y se quejó con fruición, los dejó caer de golpe sobre el colchón, al fin había despertado totalmente.
—Me alegra, mi niña... —volteé a buscar agua para limpiar su rostro, en lo que gritos desesperados me llamaron.
—¡Casandra! —se tocó frenéticamente el cuerpo, como buscando algo que le dijera que todo estaba bien —Casandra, Cansandra, ¡Casandra! —las lágrimas corrieron todavía sin razón para ella, se paró sin pudor alguno a contemplarce en el espejo, algo le habían quitado, marcas rojizas adornaban su pálida piel, sus piernas fallaron y cayó horrorizada al suelo —Patrick..., no... —dijo casi quebrandose la voz.
No hay peor perfidia qué la que se hace jurando amor.
Hace un año y once meses
Castillo de Khalias—¡Lirio Evadne Khalias Riva! —las ventanas retumbaban y la princesa fingía no escuchar a su padre —¡Lirio! — "¿Umm?" respondió vagamente crispando la paciencia del Rey.
Los desayunos en el castillo solían ser muy ruidosos. Las discusiones de los reyes solía ser en la mesa, frente al desinterés de sus cuatro hijos. Bastian, Fabio y Gema solían tener sus propias charlas esquivando los gritos de los Reyes, en cambio la menor de los Khalias prefería comer automáticamente, dejando su mente en blanco.
—Mi princesa, ¿ya escribiste la carta de disculpas a la Reina? —preguntó dulce el Rey.
—Aún no, pero, ya ha pasado un mes de eso, ¿Es necesario? —dijo frustrada.
—¡Claro que es necesario, estamos hablando de la heredera de uno de los Reinos más importantes del continente!
Para empeorar, si no lo notaste, insultaste a la ama del Reino más problemático y resentido... Quiero esa carta siendo enviada hoy mismo, Evadne —la dorada asintió y siguió comiendo.Lirio nunca le reclamaba al Rey, no gritaba, no respondía. No era la niña rebelde que le contestaba a su papá, ella solo se callaba y fingía no escucharlo.
Lo quería, y la mataba no amarlo como se ama a un padre.
Se sentía tan lejana a él, y sin fuerzas para acercarse.
Los abrazos del Rey eran ácidos para ella, tanto que Lirio cerraba fuertemente los ojos al recibirlos, como si un limón se hubiese exprimido en su gusto.—La Reina Ágata a veces es un tanto malintencionada —rió Liana —No te preocupes, hija. La princesa Bella es muy amable, apuesto que aceptará tus disculpas enseguida —Lirio le dedico una sonrisa de alivio a su mamá. Mercy se levantó de su silla se acercó a su hija y sus pesadas manos reposaron en sus hombros.
—Te amo, princesa — besó su frente.
—Yo también, papi... —dijo forzando su voz, tratando de convencerse a sí misma.
En su habitación, Lirio caminaba de un lado a otro, cada paso más pesado que el anterior. Buscaba palabras precisas y razones para disculparse "¿De qué?" "¿Realmente hice algo malo?". A su parecer, la heredera era quién debía disculparse.
Sus pensamientos se enredaban con sus sentimientos, y en un momento logró recordar el aroma a jazmín qué rodeaba a Bella, junto a ese aura de misterio y frialdad. Se detuvo.
Buscó una hoja de papel e hizo un espacio en su tocador apartando algunos cosméticos.
Resignada, tomó torpemente una pluma, la princesa no había acostumbrado a su mano a escribir de manera correcta, lo que hacia más pesado escribirle a la Florian."Querida Reina Bella"
Sonrió divertida, creyendo que era demasiada confianza hacia alguien que se había burlado de ella.
Descartó el papel y empezó de nuevo.
Sus pensamientos tomaron el control y fluyeron las palabras."Khalias, 12 de marzo de 1858
Estimada Princesa Heredera Bella Florian.
Bajo la insistencia de mi padre, el Rey Mercy, me dirijo a usted para ofrecerle mis disculpas por los inconvenientes causados en la sagrada reunión de nuestros Reinos.Lamento haberla defendido, si hubiese sabido que eso le iba a desagradar, no habría intervenido.
Y si es por el pequeño incidente de su jardín, lamento haber entrado, no tenía el conocimiento que ese lugar tan bello y místico perteneciese únicamente usted.Es mi primera vez viajando fuera de mi Reino, y Florian me ha parecido más que encantador, lástima que apenas su padre deje el cargo, el maravilloso Reino caiga en sus manos. Ya que probablemente levantará muros alrededor y se burlará de los problemas que aquejan a Reinos cómo Valtias y Navi. Tal y cómo me ha hecho ver que es usted.
Es una lástima que su belleza y porte sea acompañado por egoísmo y mezquinas maneras de tratar.
Agradezco su comprensión y amabilidad.
Atentamente, Lirio Evadne Khalias Riva"
Sonrió satisfecha, sintiéndose justiciera con sus palabras tan duras hacia la heredera. Admiró sus rojizos dedos y suspiró.
Mientras buscaba un sobre, encontró una de sus fotografías, sonriente, inocente y despreocupada.
Guardo la carta en el sobre, después de pensarlo un momento, decidió poner su fotografía junto al mensaje, y antes de deslizarla en el sobre, tomó su pluma y escribió en la parte posterior del cartón."Debería sentirse culpable de borrar mi sonrisa, cuando yo se la regale con mucho gusto."
Rápidamente selló el sobre antes de arrepentirse.
—¡Meli! —llamó a su sirvienta, y estiró la carta hasta ella — Por favor envíe esta carta al palacio de Florian, y le hace saber a mi padre que cumplí lo que me ordenó. Gracias, Meli.
Lirio había pasado esas últimas tardes entre brochas y pinturas, acariciando torpemente el lienzo con las cerdas de su pincel. No era buena haciendolo, pero se aferraba a su cabellete y acuarelas como única manera de escape.
La Khalias creía haber nacido sin talento, y eso la debastaba.
Adoraba cantar, pero sus notas siempre desafinaban; le gustaba bailar, aunque sintiese cada movimiento como falso, y en cierto punto, siempre tropezaba; la pintura le fascinaba, las acuarelas le resultaban maravillosas al tocar el papel, pero tampoco se consideraba buena haciendolo.Era devastador para ella, que amando el arte, este no le correspondiera de la misma forma.
Se prometía que el día en que encontrara su don, esa chispa con la que todos cuentan, ella lo abrazaría y sostendría cerca a su pecho, por más anodino qué fuese su talento.«Marzo, 1858
Recordar los tratos de la princesa...
Odié ser obligada a disculparme, aún me es ajeno el error que cometí, pero me queda claro, siempre comete el error el que menos es y menos tiene.La "Gran" Princesa del hermoso Florian, jamás se disculparía con una simple princesa menor. Sin poder más que el ser mujer y ser elegida por alguien con poder de verdad.
¿Cómo un ser tan bello es tan impío?
Tiene una hermosa y blanca piel, su cabello es sedoso, tiene dos ojos rasgados, cafés. Es preciosa.
Con mucha razón el Príncipe Patrick se enamoró de ella, parece haber sido bendecida y esculpida por los artistas más talentosos.Mi prima Sara se equivocó totalmente con ella, no es la divertida y vivaz mujer de la cual tanto me contó. Fue decepcionante.
Diario de Lirio.»
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Promesa de Reina
RomancePromesa de Reina. Cuatro Reinos hermanos, una promesa, traiciones, miedo y el corazón de dos princesas. Bella Florian, la fría y calculadora princesa heredera del Reino de Florian. Criada para agradar al mundo y traicionarse a sí misma. Hermosa como...