Aoi Matsuri

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葵祭

Festival de la Malva Real

...

Dame una historia

Que entretenga a los dioses

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Las personas pueden ser muy animadas cuando se lo proponen. Un par de meses atrás ya se percibían atisbos de la celebración, no se diga cuando realmente llego.
Lazos, flores, amuletos fulgurantes, telas brillantes e incienso en los aires. Todo por la llegada del Aoi Matsuri, un festejo que se llevo a cabo por ordenes de un emperador, luego que llegara una gran destrucción al país.
A partir de entonces, cada primavera se preparaba un ritual para pedir el favor de las deidades, trayendo con sigo emoción al corazon humano. 

Desde las aldeas mas lejanas, hasta el ultimo rincón del palacio, no había lugar donde hiciese falta colores vibrantes.
Las mujeres vestían kimonos junihitoe, de hasta doce capas de seda, llenos de estampados y matices sin igual.
Los hombres preparaban y pulían tanto trajes como espadas.
Los nobles hacían pedidos de joyas, alimentos y sobre todo de las mas refinadas ofrendas para el templo. 

Y hablando del palacio, princesa y sacerdotisas escuchaban paciente y atentamente las instrucciones de la mujer mas importante del imperio. Quien a su vez, no muy de acuerdo y ya algo fastidiada, oía al paje repetir por enésima vez, el listado de personas que participarían en la procesión, solo para que ella hiciera algunos "arreglos" a los nombres de dicho documento, ya que consideraba que sus elecciones eran mas "adecuadas", a diferencia de lo que su padre había estipulado.
Claro, de esto el Alto Consorte se enteraría hasta el mero dia, pero eso era algo para preocuparse luego.

- Majestad, el Alto consorte insistió...

- A Shota le encanta fastidiarme la vida... Has los cambios, ya me encargo del viejo luego. Ahora, me probare el atuendo una sola vez, hagan los ajustes porque no voy a perder tiempo quitando y poniendo capa sobre capa... 

Yaoyorozu sabia que situaciones drásticas, como lo era estar parada cinco horas, sino mas, y  estática en una misma posición, requería de medidas dulces para cambiar el humor de la reina - Majestad, si me permite... - acercándose mostró un pequeño cesto que contenía variedad de semillas y pequeñísimos aperitivos para que no mancharan las preciadas telas. 

- ...Si, me vendria bien uno... Gracias a los dioses que te tengo Momo.

Dicha actividad constaba de una procesión con dos grupos, el Honretsu y el Saio-Dai Retsu.
El primero constaba en su mayoría de mensajeros imperiales, oficiales, guerreros y guardias de altos funcionarios. Seguido de las ofrendas, equinos y bueyes consagrados para el ritual.
Y por supuesto, obviamente no podía hacer falta el Símbolo de la Paz, y su Zuijin, o asistente, quien en este caso seria su aprendiz secreto, el joven Izuku. 

Seguida a este, el cortejo de la Saoi-Dai era aun mas llamativo. Ya que la Emperador aun no tenia vástagos, el honor fue concedido a la princesa Momo Yaoyorozu, quien seria acompañada de Nejire Hado y la sacerdotisa Ryuko Tatsuma, fungiendo como la Munanori-Onna. 

Pasadas siete horas de adecuar, amoldar, encajar, ceñir y apretar, decidió tomar un descanso, necesitaba aire, y cambiar la activad irritante de posar para la modista, por algo en lo que era buena. 

- Majestad, el joven Togata ha llegado.

Entrando a la estancia con paso firme, se inclina ante ella y habla con tanta etiqueta que las doncellas suspiran embelesadas - Dicen que mi señor tiene un encargo que debo cumplir.

Girándose hacia el, con una sonrisa ladina, hizo ademan para que el resto se retirara y les dejara charlar en privado. 

- Ni aún estando solos bajas la guardia, no, Togata... Siempre tan dedicado y comprometido a sus labores... - bajo del estrado sutilmente, acercándose al soldado que mantenía una postura firme y sus brazos cruzados tras la espalda - Pero dime, es el encargo lo que te preocupa, o hay algo mas que te inquieta cuando me enfrentas?

Sus orbes azules, tan brillantes y sinceros, se mantuvieron firmes sobre ella - No me inquietas tu... Me inquieta lo que has decidido. - palabras directas y sobre todo amargas, como si en ellas pusiera la carga de sus penas - Ya no se si soy parte de tu vida o simplemente un peón mas en tu tablero de juego.

Aquellos ojos se afilaron, y su respuesta también - Tu, no entiendes lo que es gobernar. Tenerlo todo en la palma de tus manos... y al mismo tiempo, nada.

Acercándose aun mas, su respiración pesaba contra la suya - Tu ambición te consume, no creas que no lo he visto, no soy tonto, mucho menos me creas ingenuo. No estoy aquí por el imperio...

- Por mi, dices? Si tan solo fueras capaz de ver lo que yo, quizás te abrías rendido hace tiempo. Entre estos muros, vacilar es igual que darse por vencido. Si no estas dispuesto a aceptar eso, entonces puse demasiada fe en ti...

- Vacilar?... Te equivocas - susurro con voz grave pero cargada de convicción - Si para ti es eso, entonces si, he vacilado... Pero no me he rendido. No contigo. Eres mas que el corazon del reino, eres mas que solo la dueña de este imperio. Y aunque estés dispuesta a perderlo todo en una apuesta por ello, yo no estoy dispuesto a perderte...

La tensión se sentía en el aire, con suavidad el levanto su mentón casi pudiendo cortar con un hilo el espacio entre sus labios - No puedes pensar que voy a rendirme, porque no pienso hacerlo. Pero si no me quieres aquí contigo, entonces dímelo.

- ...

- Anda... dilo...

El beso fue fundido en deseo, ardiendo entre las llamas de dos almas que casi no podían sostener sus cuerpos. Las emociones se desbordan, sus piernas tiemblan, los cimientos y barreras amenazan con desplomarse bajo el tierno toque del rubio.

Algo en su mirada se quebraba, casi sin poder ocultarlo, aquella mujer hacia añicos su mundo. Al verla una mezcla de dolor y ternura inundaban su pecho.

Bajó la mirada no queriendo que él se sumergiera mas en su debilidad y su voz tembló levemente, casi inaudible - Porque...?

- Porque incluso si no lo entiendes... Yo ya te elegí. Y voy a estar aquí... Permíteme, estar aquí... - La suavidad con la que acaricio su mejilla contrastaba con la tensión que envolvia el momento. Sus labios probaron nuevamente los de ella, primero con duda, casi pidiendo permiso o perdón, pero pronto la incertidumbre se desvaneció, convirtiéndose en una llama intensa que acabó por disolver tan altos muros.



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Temporada cuatro Mis Genteeeeeeeeeeees!!!!!!!!!!!!!!

Tuve un ligero bloqueo pero ya de vuelta!! XD Me gusto buscar info sobre el festival, pero sobre todo explorar la dinamica entre ellos!!

Que les parece el nuevo estira y afloje con Mirio? Tenia ratos de no aparecer!!

Dejen sus comentarios. Cual fue su parte favorita? Tienen teorias de lo que pasara?

 No se olviden la estrellita. 

Beshosh y los Amitoooooo <3 XOXOXO

La Reina quiere ConsorteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora