Entre Lobos y Zorros

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El sonido de piel con piel inundaba la habitación. Con una mano sostenía su muslo en alto y con la otra rodeaba su cintura, presionando el vientre bajo. Ambos se deleitaban en los jadeos y gemidos del otro.
Las sensaciones que revoloteaban como avecillas no eran nuevas, pero en esta ocasión, se podía sentir algo diferente, mas urgente, cargado de intención.
Se convertía en una lucha latente de poder, a la cual ninguno estaba dispuesto a sucumbir. 

Mirio clavaba sus dedos tratando de memorizar desesperadamente cada surco, cada curva.
Rogaba en sus adentros que aquel mensaje silencioso pudiera ser aceptado y comprendido, porque algo le decia que despues de ese encuentro, si no lograba convencerla, ella seguiria adelante, y quizas nunca podria recuperarla. 

- No puedo perderte - dijo entre jadeos, besando la piel de su hombro perlada de sudor - ...Por favor...

Un beso fue la pieza final del vals, y la carga de agonía alojada en su pecho no parecía disolverse. Se preguntaba si aquellas palabras bastarían para disuadirla.
En ultima instancia, aunque la decisión no le pertenecía, él permanecería a su lado, ya fuera a su espalda entre las sombras, o tomados de la mano, luchando por no dejar caer al imperio. 

Ella, por su parte, no respondió de inmediato. Sus ojos miraban al vacío mientras trataba de recuperar el aliento, como si su mente ya estuviera lejos de su alcance, trazando lineas y moviendo piezas a su gusto. 

Finalmente sus labios se cerraron en una delgada linea y una sombra cubrió sus ojos. - Preséntate a la delegación de Night Eye, estarás bajo su comando en el festival. - Aquel veneno entre sus entrañas envolvió las palabras que salían de su boca. Surcaron el aire hasta atravesar el ya dolido corazon del muchacho, invocando de nuevo la soledad que llenaba su vida entre las paredes del palacio, a pesar de anhelar que ese toque delicado, no soltara su mano.

El joven sentía el peso del fracaso queriendo derrumbarlo.
La tristeza y el enojo se anidaron en su estomago, cada palabra que pronunciaba resonaba con el eco de su propia impotencia, haciéndolo sentirse un intruso en su vida.

Comprendió que su deseo de salvarla y protegerla, había sido condenado hace mucho a ser relegado en un rincón oscuro de su corazon. 

- Entiendo, Emperador. - Mientras se alejaba, su mente traía recuerdos del tiempo que pasaron juntos.
Desde las tardes de te, cuando no eran mas altos que los arbustos y podían escabullirse para disfrutar un tiempo a solas.
Hasta los campos con flores en primavera, donde se dio cuenta que sus ojos la miraban con delicia. Y no evito preguntarse: En que momento perdió la oportunidad de ser algo mas en su vida?

Y desgraciadamente, se dio cuenta que nunca tuvo una. Para alguien como el, ser su guardián debía ser suficiente. 

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.

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El sol se alzaba en el horizonte, bañando en oro las cordilleras lejanas. Los últimos retoques para el gran festival habían sido terminados antes del alba.

Los niños corrían emocionados y las madres los regañaban por casi arruinar sus vestidos, aunque a uno que otro le parecía la situación mas tediosa de sus vidas...

- Kota, dejate el cinturón. 

- Pero me esta asfixiando!

El pequeño sobrino de la guardia le hacia ponerse nerviosa. No era un mal chico, sino que solo tenia un poco de rencor por los dioses, ya que les atribuía el hecho de no salvar a ambos de sus padres, quienes fallecieron en un atentado contra civiles.

Sin embargo era bastante maduro y aunque claramente estaba fastidiado por haber tenido que levantarse temprano, no había cedido su lugar entre los otros niños con ofrendas para el templo, así que claramente estaba emocionado por tener esa atención de parte de todos los que asistirían rogando por la benevolencia de las deidades.
A su lado, dos hermanos de rubias cabelleras trataban de verse lo mejor posible. 

- Yaawnn!

- Katsuma, tapate la boca!

- Perdon hermana.

"Valla novatos" penso al ver que eran máximo, hijos de algun mercader. Contrario a el, que sus padres fueron soldados reconocidos. "Ojala estuvieran aqui"

Las caravanas estaban en posición, los guardias esperaban atentos a cualquier movimiento. Y al sonar del gong, la multitud grito con entusiasmo. El festival había comenzado.

- Parece que todo va bien hasta ahora - dijo alegremente el peliverde.

- Sip! - el rubio a su lado sonreía sin sentir alegría. Tan ensimismado estaba que apenas si prestaba atención a lo que Midoriya le comentaba. 

La ceremonia se llevo a cabo, y la noche llego aparentemente sin ningún imprevisto.
Izuku y Mirio regresaban luego de una ardua ronda de patrullaje, y los pensamientos del rubio fueron interrumpidos cuando una figura plateada choco contra el joven a su cuidado. 

- Estas bien? - pregunto Izuku al sentir los temblores de la niña. Pero al levantar la cabeza, ambos sintieron un escalofrío recorrer su espalda. Poco sabían que en otra parte, no muy lejos de ahí, Shino Sosaki junto con un mercader, gritaban el nombre de sus niños desesperadamente. 



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Seeeeee Mas Mirioooooo Wuuuuuu

Tengo más capítulos que me emociona publicar.

"Surrender... or Redemption" parte 1 y 2  son unos de ellos. Me emociona escribir aunque no se ni como va a terminar la historia, solo espero que les esté gustando.
Tengo algunos ships que quisiera incluir pero aun no me llega la inspiración.

También les invito al resto de mis historias, Claw Noir de MLB, está como protagonista de la más reciente.

Así que estén atentos y compartan en sus redes, serían de mucho apoyo!!!

Recuerden dejar voto ⭐⭐⭐ y comentario de su parte favorita💭💭!!!

XOXOXO Los amitooooooo <3

La Reina quiere ConsorteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora