OPACAROFILIA- JUANJO Y MARTIN

XII. EL DESTELLO (Parte 1)

Juanjo

"hola, sé que dije yo de vernos pero la verdad todavía soy nuevo por aquí y no me conozco nada...te toca proponer plan :)"

Buenos días a ti también, Martin.

Este mensaje fue lo primero que vio Juanjo en su móvil justo después de darle al botón de apagar la alarma en su móvil.

"Lo primero que todo, buenos días, maleducado.
"Lo segundo, ¿estás libre a las 5?"

Martin respondió rápidamente.

"tengo clase de baile, termino a las 6, ¿te va bien a las 7? así me da tiempo a llegar y ducharme."

"me tendré que poner guapo, no? ;)"

Juanjo sonrió a la pantalla.

"Martin..."

"Y sí, me va bien a la 7. Te espero en tu portal."

"perdona, la costumbre"

"perfecto!:)"

Le mandó otro mensaje más.

"por qué escribes todo con puntos y mayúsculas?? me da toc"

"¿Perdón por escribir bien? Mi vena filóloga no me permite escribir de otra manera, menos a desconocidos..."

"ouch eso ha dolido...osea que cuando empieces a escribirme como una persona normal significará que ya somos amigos???:)"

"Puede ser, veremos si te lo ganas..."

"pondré todo mi esfuerzo en ello, nos vemos a las 7:)"

"Dices de mi manera de escribir pero tú parece que no sabes escribir un mensaje sin poner esas caritas al final"

"exacto:)"

"Hasta esta tarde, Martin."

Juanjo decicidió dejar ahí la conversación y se preparó para su mañana en la universidad.

Estaba pensando en donde llevarle a su primera quedada de...¿amigos?

Sí. Quedada de amigos.

Tenía que ser un sitio bonito para impresionarle, pero que no fuera demasiado para no hacerlo ver como una cita...

Siguió pensando, hasta que cayó.

Conoció a Martin viendo un atardecer, y sabe por las veces que ha visto al chico observándolo, que le debe gustar tanto como a él.

Bueno, eso es imposible. Pero algo seguro.

Podría llevarle a su mirador favorito, pero creyó que sería demasiado hasta para su intensidad, más sin conocer al chico del todo y estando a modo alerta, aunque ahora se le viera con buenas intenciones.

Definitivamente al mirador no. Ya lo llevaría en otra ocasión.

¿Habrá otra ocasión?

La idea de seguir conociendo a Martin pasó como un destello por la cabeza de Juanjo, pero este movió su cabeza volviendo a la realidad e intentando obviar ese último pensamiento.

Miro el reloj para darse cuenta de que iba tarde, así que echó una última mirada al espejo antes de marchar rumbo a la larga mañana que le esperaba en la universidad. Le tocaban las clases de literatura inglesa y norteamericana