Día 6. Mudanza

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Se detuvo a mitad del recibidor cuando estaba a punto de llegar a la puerta, con su última maleta entre las manos se permitió dar un último vistazo al que había sido su hogar desde que nació.

El departamento de su madre no era muy grande, pero toda su vida había sido suficiente para darle un hogar cálido y montones de recuerdos felices, por eso resultaba triste tener que decirle adiós.

Antes de salir quiso despedirse de su madre, fue hasta la cocina, donde suponía que estaba, pues antes había estado cocinando la cena.

Se detuvo en el umbral al ver la escena; su prometido, Katsuki Bakugo consolaba a su madre con un abrazo.

—Cuídalo mucho Katsuki —dijo su madre entre lágrimas—. Y prometan que vendrán a visitarme.

—Lo haremos tía…, y no te preocupes yo lo cuidaré más que a mi vida.

Cuando se separaron ella se apresuró a limpiar sus lágrimas, aunque todos sabían que era una mujer sentimental, Izuku había heredado eso de ella.

—¿Izuku?, perdón cariño solo estoy emocionada por ti… —dijo Inko al darse cuenta que su hijo ya los había descubierto.

Katsuki se apresuró a quitarle la maleta que cargaba, eso le daba espacio para despedirse. Con las manos libres Izuku se apresuró a envolver a su madre en un abrazo; estaban a punto de separarse después de haber pasado una vida juntos.

Una semana atrás Katsuki le había propuesto matrimonio, él aceptó sin dudas, pues lo amaba; más tarde esa misma noche le entregó la llave de una gran casa dónde planeaba que comenzarán su nueva vida, eso los había llevado hasta ese momento, iban a mudarse mientras planeaban la boda.

—Estoy muy feliz por ti cariño —murmuró Inko con la voz quebrada.

—Gracias mamá, te prometo que vendremos…, no te dejaré sola.

Inko se separó para enfrentarlo.

—Vas a tener una vida muy feliz con un hombre que te ama, no podría pedir nada mejor para ti. Espero con ansias el día de su boda, mi niño.

Izuku estaba a punto de ser él quien derramará lágrimas, su prometido lo sabía, por eso se apresuró a envolverlo en un abrazo cálido.

—Quisiéramos que nos acompañará a cenar cuando hayamos puesto la casa en orden —invitó Katsuki.

—Me encantaría…

—Te avisaré y vendré por ti —se unió Izuku.

—Les llevaré un gran postre —respondió Inko.

Ella se apresuró a envolver a los hombres con un abrazo maternal, sintiéndose tanto orgullosa como feliz y al mismo tiempo nostálgica, su pequeñito se había convertido en un hombre al que muy pronto iba a entregar en el altar, su bebé iba a comenzar una nueva vida, iba a casarse, tendría su propia familia.

—Váyanse antes de que la noche los alcance —dijo con la voz temblando.

Sabía que si la despedida se alargaba más terminaría convirtiéndose en un mar de lágrimas. Su hijo también lo sabía, por eso, tras un abrazo y un beso en la frente de su madre se despidió por última vez.

Ella los acompañó a la puerta, agitando la mano en señal de despedida mientras veía el auto de Katsuki desaparecer en la lejanía. Era triste, después de veinticinco años volvería a pasar la noche sola, mientras que su hijo comenzaba una nueva etapa portando un anillo de matrimonio.

No pudo hacer más que rezar a los dioses para que ese matrimonio fuera duradero. Aunque no podía pedir más, su hijo ya llevaba en el rostro la sonrisa más brillante de su vida, y su corazón estaba en manos de un hombre que le entregaría el mundo si tan solo lo pidiera.

Flufftober [KatsuDeku |2024]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora