4. Aspiradora Manual

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Pese a que la mañana siguiente –después de salir corriendo ayer– Todoroki le dijo que lo que pasó era para su uso personal, Bakugou no se quedó tranquilo.

No podía usarlo para chantajearlo, puesto que lo intentó antes y se arrepintió.

Pero era la prueba de que si Bakugou decía algo respecto a que no fue consensuado, Todoroki podría refutarlo con el video.

Si el chico fue inteligente, grabó todo desde que Bakugou amenazó con ir a su habitación. Y justo ahí se veía como era él quien entraba y le pedía hacer ese tipo de cosas.

Bakugou estaba perdido. Entre la espada y la pared. Él mismo se había condenado pensando en su propio beneficio. Se merecía eso.

La vergüenza fue tanta que en 2 días no miró a Todoroki a la cara. Pero ya era tiempo de enfrentar a sus problemas. Iría de una vez a decirle que borrara el vídeo.

De hecho, ya estaba a medio camino. Subió las escaleras al quinto piso y fue pisando fuerte hasta que llegó a la puerta con el nombre "Todoroki Shouto" en ella.

Respiró hondo, se dio valor, tomó el picaporte y abrió de un portazo.

– ¡Escucha, imbécil! ¡Vas a borrar eso o si no yo...!

Bakugou no pudo terminar su amenaza cuando se percató de qué era lo que Todoroki estaba haciendo.

Tenía una mano dentro de los pantalones, la otra sostenía su celular y su cara estaba sonrojada.

La mirada en el rostro de Todoroki cuando lo vio fue una mezcla de irritación, vergüenza y fastidio.

– ¿Te mataría tocar la puerta?

– ¿Y a ti te mataría ponerle llave? – Contraatacó Bakugou – ¿Quién putas se la jala con la puerta abierta?

– Alguien que confía en que sus amigos toquen antes de pasar.

– ¡No somos amigos!

– No voy a discutir eso con la puerta abierta – Bakugou acató la indirecta de Todoroki y cerró.

– Escucha, pequeño bastardo dos caras – Siseó mientras se acercaba a donde Todoroki – Vas a borrar ese video y lo vas a hacer ahora.

– Déjame terminar antes – Todoroki ni siquiera se inmutó en sacar su mano de sus pantalones.

Bakugou lo miró con más rabia de la usual. Le cabreaba la indiferencia de Todoroki, sobre todo porque se estaba masturbando con dicho video, pues lo vio cuando se acercó.

Se puso firme, espalda recta, gesto de superioridad y cruzó los brazos.

– Bueno, estoy esperando – Golpeó el piso repetidas veces con su pie.

– No puedo hacerlo si estás mirando.

Bakugou resopló con su nariz como un gatito enojado. Sus mejillas se tiñeron de rosa pero su ceño fruncido nunca se esfumó. Pese a su vergüenza, supo lo que tenía qué hacer para salvar su reputación.

– Si hago que te corras, borras el maldito video – Eso no sonó a una pregunta.

Todoroki lo pensó. Ni siquiera fue una pregunta, fue una orden, pero tampoco quería desprenderse de tan bello material de masturbación. Pero volver a experimentar de nuevo las sensaciones en carne viva, era más tentador; así que aceptó.

– Bien.

Genial, ahora Bakugou tenía qué averiguar cómo hacer que Todoroki se corriera. La opción más viable era hacerle la paja él, por lo que fue eso precisamente lo que hizo cuando Todoroki se puso de pie.

Esto NO cambia nada... ¿O sí?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora