Sparkling Angel | Transformers One |

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Ciclos Lunares Antes...

Todavía podía recordarlo con demasiada claridad, aquel fatídico momento y la horrorosa noche en que el ruido lo hizo despertar de su recarga. Las luces del exterior y el intenso movimiento lo alertaron. Abandonó su cámara de recarga para ver que es lo que había pasado encontrándose con un tumulto en la entrada. Se abrió paso, incluso los mismos bots al verlo le daban el paso pero antes de entrar a la medbay fue detenido por una fémina que lo tomó del rostro. Sus ópticos amarillos yacían inquietos ante el ruido, el ver tantos bots rodeando la medbay mientras las puertas habían sido cerradas por dentro. El pánico se comenzó a apoderar de él pero fue la voz y las caricias de ella lo que lo trajeron a la realidad.

-Dante.-llamó ella, su dulce voz aún con deseos de llorar se mantuvo suave para trasmitir confianza.-Cariño, mírame.-

La miró. Ella era un ángel, la fémina que toda creación ama cuando sus ópticos se encienden. Aquella femme de ópticos amarillos y pintura celeste, aquella femme que le dijo que todo estaría bien a pesar de que el mundo se estaba desmoronando. Aquella femme a la que él llama "madre". La reina de aquel lugar al que se le llamaba Torre de Metal.

-Madre ¿Qué...?-Los ópticos del hijo volvieron a las puertas de la medbay. Ella volvió a llamarlo.

-Alguien atacó a tu padre.-

-¿Qué? No...no.-volvió la vista a las puertas.-Padre...-gruñó molesto.-Dame un escuadrón, madre, iré a buscar a quien se haya atrevido.-

-No.-ella negó firme.-El clan nos necesita, Dante. No podemos tomar venganza cuando estamos vulnerables. Yo...no puedo seguir al frente, tu padre va a necesitar una larga recuperación si es que la toxina comienza a hacer efecto en él.-

-¿Qué tratas de decirme?-

-Desde este momento te nombro rey de Torre de Metal.-

De cachorro siempre deseó ser adulto para poder ser rey, se imaginó que cuando el llegase al mando todo iba a cambiar, iban a temerle, sería el rey más respetado de esta generación, sería el rey que más se recordaría por sus hazañas pero ahora aquellos deseos ya no quería hacerlos. Ser rey era más que ponerse la capa, era proteger a su especie y abogar por ellos. Era quedarse en el clan y ordenar todo por el bien de la manada.

Ser rey era muy cansado.

Pero su madre le estaba cediendo el poder, todos yacían vulnerables por el estado en el que el consorte de la reina había llegado. Atacado por alguien y a la espera de un primer diagnostico sin saber si seria favorable, su madre estaría al pendiente de la exhaustiva recuperación de su conjux endura.

Dante asintió y su madre le dio un abrazo muy fuerte.

-Sé que lo harás muy bien, mi niño.-dijo la femme.-Lo llevas en los engranes.-

-Espero hacer lo mismo que hacías tú.-

-Lo harás mejor, confío en ti.-

...

Ser rey era un trabajo demasiado pesado.

Al ser presentado ante el clan como rey de Torre de Metal los deberes cayeron encima, principalmente el abastecimiento de energon. La reina del clan había hecho un trato con la ciudad más cercana: Iacon. Una parte seria entregada a un lugar en específico sin ondar mucho por temas de seguridad, al poco tiempo, el proveedor dio marcha atrás por "nuevas reglas". Conseguir energon se había hecho una tarea difícil pero pudieron hacerlo: se hizo un trato con una mina lejana.

El abastecimiento seguía siendo limitado pero mantenía al clan "bien".

Las reuniones con otros clanes que también se mantenían ocultos eran aburridas para el cyberwolf azul. Palabras, tratos, falsas promesas que solo eran para mantener una alianza. La misma regla: hay que mantenerse ocultos, que los bots no sepan de ellos pues entonces se comenzaría una cacería. Había más clanes, todos escondidos en lugares estratégicos, lejos de la vista de bots o alguna otra amenaza qué ellos desconocieran.