Capítulo 4: Pésima Amiga

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Para cuando Xander terminó de contarnos que era lo que ocurría y cómo podíamos pelear contra los Errantes, según él nos dijo que los llamaban, ya había comenzado a caer la noche. Les preguntamos a los hermanos si habían comido algo y nos dijeron que sí, pero que había sido temprano en la mañana, por lo que decidimos dejarles la mitad que quedaba del pan con pasas y la mitad que yo había dejado del agua que habíamos encontrado mamá y yo. Al principio se negaron, pero luego nos agradecieron y lo aceptaron ante nuestra insistencia. Quedamos completamente en silencio mientras ellos comían y ese silencio me hizo acordarme de algo, o más bien, de alguien. ¡Rayos! ¿Cómo me pude haber olvidado de Meggan? ¡Dios! Pero, ¿Qué clase de amiga soy? Me inunda una ola de preocupación al recordar que Xander dijo que no había comunicación de ninguna manera y al darme cuenta de que dejé mi celular en casa. La tristeza me invade al formarse las preguntas en mi mente. ¿Estará bien? ¿Habrá podido escapar a tiempo o es que acaso aún se encontraba encerrada en su casa muerta de miedo? No tengo ni idea. Ojalá que este bien, por favor. Aiden se da cuenta de mi expresión al ver que solo unos minutos antes estaba bien, y ahora me encuentro con la cabeza gacha y con las manos agarrando de mi cabello. Alzo la vista al sentir como se acerca a mí y, para mi sorpresa, se sienta a mi lado. Mamá y Xander nos miraron por un momento, pero luego comenzaron a hablar entre ellos, olvidándose de nosotros.
-¿Estás bien? ¿Te pasa algo?-preguntó Aiden sacándome de mis pensamientos.
-Sí. Es solo que me acabo de dar cuenta de lo pésima amiga que soy.-dije mirando a la nada. Aiden frunce el ceño no entendiendo mis palabras y me cuestiona:
-¿A qué te refieres?-replica en tono confundido.
-A mi mejor amiga, Meggan. Ayer fuimos a la heladería que está por aquí cerca y quedamos en vernos hoy en la escuela, como siempre, pero eso no sucedió. Cuando desperté, sólo pensé en mi madre y, al darme cuenta de lo que estaba pasando, huí con mamá y me olvidé de ella. Ahora ni si quiera se si se encuentra bien, sabrá Dios y aún está encerrada en su casa.-Aiden me miraba con rostro de comprensión y, al decir eso último, me viene una idea a la mente.
-Oh. Lo siento mucho. Con todo lo que sucedió, le pudo haber pasado a cualquiera, no por eso eres una mala amiga. Sólo te dejaste llevar por tus instintos.-dijo tratando de animarme, pero no funcionó.
-Iré a buscarla.-dije en tono serio y poniéndome de pie.
-¿¡Qué?! ¡No puedes hacer eso! Afortunadamente llegaste hasta aquí viva, no arriesgarás tu vida caminando por ahí de noche sólo por buscar a tu amiga.-respondió Aiden poniéndose de pie de un salto. Inmediatamente, Xander y mamá se dieron cuenta de que algo estaba ocurriendo y caminaron hasta nosotros.
-¿Que pasa, hija?-preguntó mamá con una mezcla de confusión y preocupación en sus ojos. Xander se limitó a quedarse en silencio, esperando junto a mamá una respuesta.
-Meggan, mamá. Con todo lo que pasó esta mañana, me olvidé de Meggan.-mamá se sorprendió, pues también la había olvidado. Xander frunció el ceño y no pudo evitar preguntar:
-¿Quién es Meggan?-dijo mirándome y luego mirando a su hermano con expresión confundida.
-Su mejor amiga.-contestó Aiden adelantándose a mis palabras.
-¿Y? ¿Porqué tanta algarabía?-dijo con indiferencia. Sentí como la rabia comenzaba a subirse por mis pies.
-¡¿Cómo que porqué tanta algarabía, estúpido?!-replique casi gritando. Noté como se le abrieron los ojos como platos.-¡Es mi mejor amiga, y yo me fui! ¡Pasé por su casa sin ni si quiera mirar para verificar si estaba allí! ¡Me dejé llevar por el pánico y me fui, olvidándome de ella, como si no me importara lo que le suceda!-dije con sentimiento, con la cara roja por el coraje y con las lagrimas amenazando con salir de mis ojos.

Todos se quedaron callados, sin saber que decir. Simplemente me miraban con asombro y comprensión. Sin darme cuenta, mamá ya estaba a mi lado, abrazándome y secando las lagrimas que ya habían logrado escapar de mis ojos.
-Es por eso...-dije separándome de mi madre-...que iré a buscarla.
-¿¡Qué?!-dijeron mamá y Xander al unísono.
-¿Acaso estás loca?-preguntó mamá.-No dejaré que salgas a la calle con esas cosas por ahí rondando y mucho menos de noche.
-Eso fue lo que le dije, pero aún así no me quiere hacer caso.-dijo Aiden.
-¡Ni lo pienses!-replicó Xander.-¿Es que no te acuerdas de lo que dije hace poco más de dos horas? Con un solo rasguño de un errante, te vuelves uno de ellos.
-Lo sé, lo recuerdo muy bien, Xander.-dije con arrogancia, ya un poco más calmada.-Pero entiéndanme, por favor. ¡Es mi mejor amiga! Necesito saber si aún está en su casa, si la puedo traer conmigo y enfrentarnos a estos juntas. ¡Es como mi hermana! Su casa queda a unos pocos kilómetros de aquí, no veo porque no me quieren dejar ir.-contesté a modo de súplica. Xander se acercó hasta quedar justo en frente de mí y de mamá y puso su mano sobre mi hombro un poco nervioso, quizás pensando si debería hacerlo o como yo reaccionaría, pero al ver que no reaccioné, solo lo miré esperando sus palabras, se relajó un poco y entonces me dijo con ternura:
-Lo sabemos. Sabemos que te preocupa mucho tu amiga y te pido una disculpa por reaccionar tan indiferente ante una situación que te importa tanto. Te entendemos, pero no podemos permitir que te pase algo allá afuera sólo por que te sientes culpable al no haberte acordado de ella en la situación en la que estamos.-hizo una pausa. Miré a Aiden y a mamá, que se encontraban a mi lado, y los dos asintieron apoyando a las palabras de Xander. Cuando volví a poner mi atención en el hermano mayor, continuó hablando.-Es obvio que quieras ir a buscarla, pero ahora no puede ser. Además, siento mucho lo que te voy a decir, pero tampoco es justo que arriesgues tu vida en ir a buscar a una persona que probablemente esté muerta o convertida en uno de ellos.

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