CAPÍTULO 1

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La casa estaba en silencio. Iván estaba en su habitación, tirado en la cama, mirando al techo blanco del que la lámpara de color morado colgaba. No sabía qué hacer. Llevaba un año entero sin hacer un casting desde que la última pelicula de The Maze Runner había terminado. Iván no era muy quisquilloso a la hora de elegir un papel que interpretar, pero es que no había nada.

Todos eran papeles para personas de más de treinta años, para personas que pasaban los cincuenta e incluso para niños pequeños. Pero no había ningún papel bueno o que no resultara polémico para alguien de su edad.

Por quinta vez en el día, suspiró. Sin tan solo estuviera en Estados Unidos con su hermano... Allí había muchas más oportunidades de trabajo. Más series, más películas, más oportunidades y mejores papeles. Su hermano se había marchado allí al cumplir la mayoría de edad para impulsar su carrera como actor e Iván se había quedado en España con sus padres para no dejarlos solos y poder cuidarlos, a pesar de que ellos le habían repetido miles de veces que estaban bien solos.

Sus padres era un personas relativamente jovenes, tenían cuarenta y ocho años, y eran unos de los actores más conocidos y exitosos de España. Pero actualmente estaban igual que su hijo: sin trabajo.

Iván bajó las escaleras corriendo cuando su madre, que venía de hacer la compra para ver una película juntos, acababa de cerrar la puerta. Le quitó dos de las tres bolsas que llevaba en las manos y las llevó hasta el salón por ella.

-¿Has comprado comida china? -preguntó él, mirando el contenido de las bolsas con la frente arrugada.

-Sí, ¿por?

Iván se encogió de hombros y sacó las cajitas de fideos.

-Solo compras chino cuando hay algo que celebrar.

-De eso quería hablar contigo -su madre se sentó en el sofá junto a él e Iván la miró con curiosidad. Su cumpleaños no era hasta mañana, así que ¿Qué tenían que celebrar? -. Te va a encantar la noticia, estoy segura.

-Ahora sí que estoy asustado -él contestó. Su madre se rió mientras él se inclinaba hacia delante para coger una de las cajas de fideos.

-Hace una semana, puede que algo más, recibí un correo electrónico de Estados Unidos porque audicioné para una película -empezó a explicar.

-¿En inglés? -inquirió su hijo, arqueando las cejas por la sorpresa y llevándose los palillos de madera que pillaban varios fideos a la boca.

-Pues claro.

-Tú no sabes inglés, mamá.

-¿Quién te ha dicho eso? -preguntó ella falsamente ofendida. Estudié inglés en el colegio, en el instituto y luego en la universidad. Por no mencionar que uno de mis mejores amigos es estadounidense y nos llamamos todos los días.

-Estoy flipando -admitió su hijo con la boca entreabierta.

-Puede que mi inglés no suene tan bien cómo el tuyo y el de tu hermano, pero es inglés -se defendió, levantando las manos. Su madre se inclinó y sacó un rollito de primavera -. El caso es que he leído el correo más de tres veces para asegurarme de que lo que ponía era verdad y...

Iván se incorporó en el sofá, dejó caer los palos de madera dentro de la caja y se quedó mirando a su madre.

-No me digas que...

Su madre asintió con la cabeza repetidas veces y sonrió.

-¡Me lo han dado!

Iván soltó un grito de alegría y abrazó a su madre como pudo, intentando no volcar los fideos o mancharse la ropa con su rollito de primavera.

-¡No me lo puedo creer, mamá! ¡Eso es increíble! -le felicitó. Iván sonrió enormemente cuando se separaron -. ¿Se graba aquí en España?

-Eso es de lo que quería hablarte -su madre, de repente, se puso seria y se aclaró la garganta -. La película no se rueda aquí, sino en Estados Unidos

Iván de quedó unos largos segundos en silencio. Hacía varios minutos atrás él había estado pensando en cómo sería mudarse a Estados Unidos y expandir su carrera como actor, ¿y ahora la oportunidad se le presentaba en bandeja de plata? La suerte nunca había estado tan de su parte.

-Las grabaciones empiezan en octubre, pero había pensado que podría mudarme en unos días para empezar s acostumbrarme a hablar en inglés todo el día y al horario de comidas, que Dios sabe que es escandaloso-murmuró por lo bajo.

-Mamá, a ver, espera. -Iván dejó la caja de comida china sobre la mesa. -. ¿Mudarte a Estados Unidos? ¿Tú sola?

-Bueno, tú tienes tu carrera aquí. No quiero que...

-Mamá, sabes que llevo un año entero sin hacer ningún casting. No hay papeles para mí -Iván le recordó -. En Estados Unidos hay miles de oportunidades. Miles de roles que interpretar.

Además, sé hablar inglés a la perfección. Y sabes que me necesitas.

-¿Te necesito? -dijo ella, riéndose.

-¡No te rías! Sabes que no puedes vivir sin mi.


-Bueno, eso es verdad -admitió ella, ladeando la cabeza. Su madre había notado la desilusión en el tono de su hijo cuando le había preguntado si de verdad se iba a mudar sola. Iván llamaba a su hermano con mucha frecuencia y siempre, sin falta, le preguntaba cómo era todo en Estados Unidos. Sabía la ilusión que le hacía ir allí para algo más que un simple viaje de tres días y, mientras lo tenía ahí delante mirándole con esos ojos expectantes que le recordaban al amor de su vida, no podía simplemente decirle que no -. Está bien. Puedes venir.

-¡Sí! -Iván chilló y la abrazó con fuerza -. Gracias, gracias, gracias.

-De nada, cariño -contestó con ternura, acariciándole el pelo castaño -. Tenemos que ver cuánto antes dónde nos vamos a quedar y por cuánto tiempo.

-¿Dónde se graba la película? -preguntó él, con una idea en mente, rompiendo el abrazo.

-Creo que en Carolina -su madre torció el gesto-, pero no recuerdo si era en Carolina del Sur o del Norte.

Iván encendió su móvil y tecleó rápidamente para buscar cuál era el aeropuerto más cercano a Carolina en el que podían aterrizar. Todos los aviones que salían desde el aeropuerto de Tenerife hacia Estados Unidos los dejaban en el aeropuerto de Nueva York.

-En el aeropuerto solo hay vuelos para Nueva York-le dijo Iván a su madre sin despegar los ojos de la pantalla del móvil -. Nueva York y Carolina están relativamente cerca, habría que mirar el tema del transporte...

-¿Y si se lo decimos a tu hermano?

Iván levantó los ojos de inmediato y una sonrisa enorme se abrió paso en sus labios. No había nadie en el mundo a quien el español quisiera más que su hermano. Tomás era el mejor hermano mayor del mundo, pero además era su mejor amigo y su persona favorita. Iván y él no se veían en persona desde hacía cinco años y lo echaba muchísimo de menos.
-¿De verdad?

-Claro -su madre sonrió -. Sé que lo echas de menos y a tu hermano le hará muchísima ilusión volver a verte. Mándale un mensaje, pregúntale qué tiene que hacer mañana por la tarde.

-Las grabaciones son en octubre, ¿por qué nos vamos tan temprano? - preguntó Iván, confundido.

-Bueno, mañana es tu cumpleaños. ¿Qué mejor regalo que este?


FIN


SO AMERICAN 🌟 Drew StarkeyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora