𝟎𝟒| 𝙱𝚊𝚝𝚊𝚕𝚕𝚊 𝚍𝚎 𝚅𝚘𝚕𝚞𝚗𝚝𝚊𝚍𝚎𝚜

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Sara avanzaba con pasos decididos, su corazón latiendo con fuerza mientras se acercaba a Tristán. La ira y la preocupación se reflejaban en sus ojos, creando un torbellino de emociones que apenas podía contener. Al llegar frente a él, su voz salió firme, casi temblorosa por la intensidad del momento

—¿Dónde está Tom?

Tristán, al percibir la tensión en el aire, dejó escapar una risa sarcástica. Sus ojos brillaban con una chispa de burla mientras respondía con un tono despreocupado

—¿Y por qué debería saberlo yo? ¿Acaso soy su niñera?

La burla en su voz hizo que la sangre de Sara hirviera aún más. Frunció el ceño, sus labios se apretaron en una fina línea de frustración. Cada fibra de su ser quería gritar, pero se obligó a mantener la calma, esperando que Tristán dejara de jugar y le diera una respuesta seria.

Tristán, notando su enojo, se inclinó hacia ella y, con una sonrisa juguetona, le pellizcó una mejilla.

—No te enojes, ratoncita.

Sara reaccionó al instante, apartando su mano con un manotazo.

—¡No me llames así! —exclamó, su voz llena de indignación—. ¿Dónde está Tom?

Tristán se encogió de hombros, su expresión se tornó un poco más seria, pero aún mantenía ese aire de burla.

—No vendrá a clases.

La frustración de Sara aumentó. Se pasó una mano por el cabello, tratando de mantener la compostura.

—¿Por qué no vendrá? Hoy tenemos que dar el tema con el profesor de física. ¿Ya lo olvidó o qué?

Tristán soltó una carcajada, disfrutando de la desesperación de Sara.

—Yo qué sé. ¿Por qué no le preguntas a él?

Sara sintió cómo la ira se intensificaba con cada palabra de Tristán. Su paciencia estaba al límite y su voz temblaba de frustración.

—¡He intentado buscarlo, pero no sé dónde vive! —exclamó, su tono cargado de desesperación.

Tristán, al ver que Sara realmente estaba muy enojada, cambió ligeramente su actitud. Con un suspiro

—Bueno, mira, será mejor que no vayas a la clase de física. De todas maneras, vas a reprobar. Será mucho el sueño.

Sara lo miró, confundida y triste, mientras Tristán volvía a reírse, disfrutando de la situación.

—¿Qué quieres decir con eso? —preguntó, su voz apenas un susurro.

Tristán se encogió de hombros y le dejó claro

—Le has interrumpido la clase al profesor. Ir a dar la clase no te va a salvar de nada. Estás reprobada haste la idea.

Las palabras de Tristán cayeron como un balde de agua fría sobre Sara. Al ver la preocupación en el rostro de Sara, Tristán decidió explicarse mejor. Su tono se suavizó un poco, aunque mantenía un aire de superioridad.

—Mira, ya te había dicho que el profesor es un monstruo. Le encanta hacer sufrir a sus alumnos. Por eso Tom estaba tan cabreado ayer. —Tristán hizo una pausa, observando la reacción de Sara—Él también reprobó porque los dos interrumpieron la clase.

𝗘𝗱𝗴𝗲 𝗢𝗳 𝗗𝗲𝘀𝗶𝗿𝗲; Tom KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora