En medio de preparativos, y de una calma tan preocupante como tranquilizadora, llegó el esperado día de la huida. Faltaba cerca de una hora para verse en el sitio acordado, cuando Namjoon caminaba rumbo a la oficina de Seokjin. Tenía un mal presentimiento a flor de piel desde que había sido llamado. El momento había sido demasiado perfecto para ser una coincidencia, por no mencionar que Tae y Jimin habían avisado recibir trabajo extra de último minuto, según para ajustar unos datos en la solicitudes de minerales.
—Sospechoso —susurró, ya de pie frente a la puerta.
Apretó el revolver en su cintura —habían acordado ir armados— y tocó para anunciar su entrada, esperaba no tener que usarlo, no con Jin. Se le indicó que entrara y en pocos pasos estuvo frente a frente con el hombre más poderoso de Gastrea, por el que había comenzado a sentir emociones indebidas, en el momento más erróneo.
—Pensé que no vendrías —dijo Seokjin, su cuerpo apoyado con aparente despreocupación en el buró, pero listo para reaccionar.
—¿Por qué no lo haría?
—No quería creer que me estabas mintiendo descaradamente, pero veo que me equivoqué. —Sacó ágilmente una pistola y apuntó a Namjoon—. ¿Qué es lo que no te satisface? ¿Por qué haces todo esto? ¿Por qué me traicionas? ¡Creí que podía confiar en ti, maldita sea!
Con todas esas interrogantes, y teniendo en cuenta su actitud, estaba de más decir que Jin lo sabía todo. Si Yoongi los había vendido por un estatus aún mejor, o no habían sido lo suficientemente cuidadosos, era algo que a estas alturas no tenía importancia, pues no cambiaba nada. No sabía el objetivo de Seokjin al llamarlo, pero parecía haber honestidad en medio de tantos engaños, así que decidió responder con la verdad.
—Lo más difícil de esta decisión, ha sido tenerte del lado contrario. Pensé que podríamos llegar a ser algo. —Nam tenía las manos levantadas a los lados, intentando mostrarse inofensivo, era raro ver a Jin fuera de sus cabales—. Pero sabes lo que pasa en esta ciudad, es imposible que no lo sepas. Lo permites y lo apruebas, incluso teniendo orígenes humildes tú también, ¿cómo quieres que me ponga de tu lado?
—¡No seas ridículo! ¿Vas a venirme con la charla moralista de que no es correcto, si no hay felicidad e igualdad para todos? ¡Esa es la cúspide de la arrogancia! —Respiró profundo para calmarse—. Todos no somos iguales, no podemos serlo, la sociedad no lo permite. Para garantizar la prosperidad, alguien tiene que hacer el trabajo sucio. Me tocó a mí.
»Vengo de abajo y sé lo difícil que es ascender. Todo lo hice para intentar proteger a los más débiles... Era tan inocente. ¿Qué obtuve a cambio? Peticiones inconcebibles y absurdas de esos mismos a los que traté de defender, porque era "mi obligación". —Hizo las comillas con su mano libre—. ¿Qué les hace creer que merecen todo, cuando no son más que unos inútiles? ¿Qué mejor que darles utilidad como fuente de energía para el futuro? Por eso Gastrea es mi lugar.
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Gastrea ❀ 𝐣𝐤𝐦 ~ 𝔽𝕚𝕟𝕒𝕝𝕚𝕫𝕒𝕕𝕒
FanfictionLos seres humanos se ven irremediablemente atraídos por lo que consideran perfecto. La luz de la utopía les resulta demasiado hipnotizante, hasta el punto de olvidar que, mientras mayor es el fulgor, más fácilmente oculta la gran sombra que deja a s...