06|Soñar no cuesta nada.

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Ellie Maxwell.

Terminé colocándome un labial rojo carmesí en mis labios, luego, me eché mi perfume favorito, para después verme al espejo.

—¿Crees qué me veo mejor? —Pregunté.

Traía puesto un minivestido plateado ajustado de un solo hombro con un acabado metálico o charol, que le da un aspecto brillante. El diseño es corto y ceñido a mi cuerpo, resaltando mi silueta, y la tela reflectante lo hacia llamativo, ideal para eventos nocturnos o fiestas y unos tacones altos de doce centímetros color negro.

—Pienso que te ves demasiado... hermosa. —Dijo con una sonrisa nerviosa.

—Gracias. —Respondí.

Los dos salimos de mi casa, para después subirnos en el taxi que pedí.

—Podíamos habernos ido en mi auto. —Dice quejándose.
—Si vamos a tomar, ninguno va a manejar, mejor tomamos un taxi, así prevenimos accidentes. —Contesté.

—Vamos a Bootsy Bellows, en Sunset Boulevard. —El taxista asintió y aceleró.

Minutos pasaron y llegamos.

Nicholas le pagó al taxista y se fué, para después dar la vuelta y abrirme la puerta, sacándome tomada de la mano.

—Cuidado, no estoy acostumbrada a llevar tacones. —Respondí tambaleándome.

Dimos nuestras tarjetas de identificación al vigilante y pasamos.

Dios, que discoteca tan estética.

Había reggaeton de los años 2000s sonando por toda la disco, se me hizo raro ya que había escuchado que solo ponían música electrónica o hip hop.

—¡Amo estas canciones! —Dije emocionada.
—¿Acaso está sonando Daddy Yankee? —Preguntó extrañado.

—¡No! Es Tito el Bambino, su canción, flow natural. —Dije mientras me movía de un lado a otro.

Lo tomé de la mano y lo llevé a un lado de la discoteca, comenzando a bailar frente a él. Nicholas solo se movía de un lado a otro, sin saber como bailar.
Me puse de espaldas y comencé a mover mi cintura pegada hacía él, hasta siento que coloca sus manos en mi cadera, bajando su tacto hasta mi entrepierna.

—Si ellos supieran que a mí me modelas. Desde que llegaste a mí mi vida no es igual.
Desde que llegaste a mí mi vida no es igual...
Ay amor, dame amor, no te vayas. —Canté emocionada.

[ 22 : 08 P.M ]

Colocaron 2pac después de que me desarmara bailando reggaeton, ¿qué no tomé en esta discoteca? Lo más probable es que no me falte ni una marca de cerveza para probar.

Ambitionz Az a Ridah es una de mis canciones favoritas, por supuesto que estaba gritándole la letra a Nicholas en la cara.

—¡Vamos a tomar unas botellas, después bailamos! —Dijo en mi oído, yo asentí y nos fuimos a la barra.

—Dame cuatro botellas de vodka, específicamente smirnoff. —Ordenó Nicholas arrastrando sus palabras.

Crucé mis piernas mientras esperaba que entregaran las cervezas, lo que alzó un poco mi vestido.

—Hola, muñeca, ¿cuánto te doy por una noche? —Preguntó un hombre susurrandome al oído.

—Ew, no... que asco. —Digo alejándome de su horrible aliento.

—¿Qué pasa? —Preguntó Nicholas.

—Me está molestando. —Señalé al tipo.

—¿Acaso no sabes qué es mía? —Él se levantó y puso su mano en mi cintura.

𝑆𝑖𝑒𝑚𝑝𝑟𝑒 𝑡𝑢, 𝑛𝑢𝑛𝑐𝑎 𝑦𝑜. [𝖭𝗂𝖼𝗁𝗈𝗅𝖺𝗌 𝖢𝗁𝖺𝗏𝖾𝗓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora