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El equipo 7 había entrado en una rutina monótona. Las misiones seguían siendo simples: encontrar mascotas, hacer entregas, y realizar tareas básicas para los aldeanos. Para Sasuke y Naruto, quienes anhelaban desafíos más grandes, era una fuente de frustración constante. Sakura, por su parte, intentaba mantener una actitud más positiva, aunque también deseaba misiones más emocionantes.
Kakashi observaba a su equipo con su habitual calma. Sabía que esta fase era importante para que se unieran como equipo, pero no podía evitar sorprenderse por ciertos desarrollos que jamás había anticipado. Dos en particular le llamaron la atención, ambos relacionados con su hijo: Naruto Hatake.
Sasuke veía a Naruto como su rival
Aunque Sasuke Uchiha siempre había sido visto como un prodigio, tanto por la aldea como por sus compañeros de academia, el joven Uchiha veía en Naruto algo diferente. En sus misiones y entrenamientos, Sasuke notaba la frialdad y la astucia de Naruto, cualidades que no veía en ningún otro genin. A pesar de que Naruto nunca había asistido a la academia ninja, su capacidad para leer el campo de batalla y formular estrategias lo colocaba en un nivel diferente.
Sasuke había comenzado a ver a Naruto como su rival, un oponente digno de superar. A menudo, cuando Naruto realizaba una acción impecable durante una misión, Sasuke lo observaba en silencio, evaluando cada movimiento, cada decisión, con la firme convicción de que algún día lo derrotaría.
Sin embargo, para Naruto, la situación era completamente diferente. Mientras Sasuke lo veía como un rival, Naruto no compartía ese sentimiento. En la mente de Naruto, su único rival verdadero, la única persona a la que jamás lograría superar, era su madre: Kurenai Yūhi. La habilidad de Kurenai en genjutsu y su perspicacia como ninja eran inalcanzables para Naruto. Incluso en sus entrenamientos más duros, nunca pudo evitar admirar la capacidad de su madre, lo que lo hacía sentir que superar a Sasuke o a cualquier otro no tenía importancia.
La sorpresa de Sakura
Pero lo que realmente desconcertaba a Kakashi no era la competencia unilateral entre Sasuke y Naruto. Lo que lo dejó boquiabierto fue descubrir que Sakura, la genin que siempre había mostrado un interés obvio por Sasuke, se había enamorado de su hijo. Kakashi, con su capacidad para observar los detalles más pequeños, lo notaba cada vez más claro. Las miradas furtivas de Sakura hacia Naruto, los momentos en los que intentaba acercarse a él con alguna excusa. Parecía que Sakura había cambiado su objeto de admiración, pero lo curioso era que Naruto no se daba cuenta en lo más mínimo.
Sakura lo invitaba a entrenar con ella o a dar paseos por la aldea, pero Naruto, siendo quien era, lo interpretaba como una solicitud para mejorar su entrenamiento. Cada vez que Sakura intentaba acercarse, Naruto aceptaba por una simple razón: no quería recibir el castigo de su padre. Recordaba demasiado bien la última vez que había sido castigado.
El incidente con la clienta
En una misión reciente, que parecía tan simple como cualquier otra, Naruto había cometido un error que le costó una buena reprimenda de Kakashi. El equipo 7 había sido enviado a escoltar a una mujer de clase alta por las afueras de la aldea. Desde el comienzo, la clienta se había mostrado insoportable, quejándose de todo y tratando a los genin como si fueran sirvientes personales.
