《11》

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"Espera" suplicó Jimin, sintiendo el sabor de la sangre aún en sus labios. "No te vayas. ¡Puedo explicártelo!"

"¡No te acerques a mí!" gritó Yoongi, pálido como la nieve.

"Yoongi... Por favor..." Jimin alzó una mano, desesperado.

"Eres... ¡un vampiro!" Yoongi lo dijo con incredulidad, su voz quebrada por la mezcla de miedo y desconcierto.

¿Qué podía decir Jimin? Ninguna de las habilidades que había adquirido para ocultar la verdad le servía ahora. Yoongi sabía lo que él era y no había forma de seguir ocultándolo.

Yoongi continuó retrocediendo, tropezando con las tejas de pizarra mientras agitaba los brazos para mantener el equilibrio. Su torpeza era inusual; Yoongi, siempre tan preciso y calculador, parecía ahora andar a ciegas, como si el terror lo hubiera cegado por completo.

Jimin sintió un impulso desgarrador de ir tras él, de impedir que cayera y se lastimara. Pero más que nada, sentía la necesidad desesperada de explicarse, de hacer que Yoongi entendiera. Sin embargo, sabía que si intentaba acercarse, Yoongi solo huiría más rápido. Huiría de él.

Temblando, Jimin se dejó caer sobre el tejado, observando impotente cómo Yoongi se alejaba. No se atrevió a mirarlo, ni siquiera cuando Yoongi estaba a solo unos pasos de la torre norte, donde se encontraba su dormitorio. Jimin apretó sus brazos contra sus rodillas y las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas, dejándolo sumido en un dolor que nunca había conocido.

Jamás en su vida se había sentido tan asustado, ni siquiera cuando lo había mordido aquella noche en el Baile de otoño. ¿Acaso Yoongi ya había atado cabos y comprendido que fue Jimin quien le causó la herida en el cuello? Si no lo había hecho aún, no tardaría mucho en darse cuenta.

Jimin se sentía perdido. ¿Qué debía hacer? ¿Contárselo todo a sus padres de inmediato? Sabía que estarían furiosos. Y también sabía que tendrían que tomar medidas respecto a Yoongi. Pero Jimin no tenía idea de qué destino le aguardaba a un humano que descubriera el secreto de Medianoche. La incertidumbre lo aterraba.

¿Contárselo a Soomin, la directora de la escuela? No, ni hablar. Jimin descartó la idea en un instante. La señora Soomin sería implacable.

Podía despertar a Jiwon y pedirle consejo. Sin embargo, Jimin sabía que Jiwon probablemente solo se encogería de hombros, tal vez le sugeriría algo trivial y volvería a dormirse sin preocuparse en absoluto.

Jimin estaba completamente solo.

Ahora que el secreto había dejado de serlo, Jimin sabía que muchas personas estaban en peligro. Aunque era probable que Yoongi no se lo contara a nadie por miedo a que lo tacharan de loco, el simple hecho de que supiera la verdad lo atormentaba. Si decidiera compartir lo que había visto, nadie le creería fácilmente... ¿o sí? El riesgo, aunque pequeño, seguía existiendo y todo era culpa de Jimin.

Tenía que encontrar una forma de arreglarlo, algo que pudiera hacer para enmendar el desastre.

"Hablaré con Yoongi" se dijo a sí mismo. "Será lo primero que haga por la mañana... No, tiene examen." Era extraño tener que preocuparse por algo tan trivial como un examen en medio de todo el caos, pero la realidad seguía adelante, aunque su mundo se desmoronara. "Iré a buscarlo después. No querrá hablar conmigo, pero no va a ponerse a gritar en el pasillo sobre vampiros. Si logro hablar con él, podré explicárselo... Si se me ocurre qué decirle."

Pero entonces, ¿qué? Jimin le había mentido durante tanto tiempo, le había hecho daño, lo había traicionado de la peor manera. Tal vez lo mejor para Yoongi sería alejarse de él lo máximo posible, olvidar que alguna vez existió en su vida. Esa idea le partía el corazón.

Medianoche. 1✔️ ¬YoonMin¬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora