Lunes por la mañana
Eran las 9:55 de la mañana y Horacio se levantó de su mesa para dirigirse al despacho de Viktor tal y como habían quedado el fin de semana pasado. Justo cuando estaba apagando el monitor de su ordenador y recogiendo un poco el papeleo de su mesa, sus compañeros lo observaron extrañados.
—¿Ya recoges Horacio? Creo que aún faltan unas seis horas para terminar la jornada laboral eh—dijo Monnier bromeando.
—Lo sé—respondió Horacio sonriente—. Es que el señor Volkov me ha citado ahora a las 10:00 para hablar sobre unos asuntos en su despacho.
—Entonces adelante —respondió Alanna.
—Suerte —dijo Brown—. El otro día el jefe me echó una bronca terrible por un error que cometí con uno de los informes. Espero que hoy lo pilles de mejor humor.
—Espero que sí —respondió Horacio con una tímida sonrisa.
—¿Y esa bolsa? —preguntó Nina curiosa al ver que Horacio llevaba una bolsa en las manos.
—No es nada. Bueno me voy —respondió Horacio algo nervioso intentando desviar la atención y así evitar responder. Nina lo dejó pasar, sin embargo, Monnier no pudo evitar fijar su mirada en ella—. En un rato nos vemos chicos, deseadme suerte.
Una vez delante de la puerta del despacho de Viktor, Horacio permaneció inmóvil durante unos segundos, pues sentía unos nervios que no podía comprender. A pesar de todo lo que ya habían hecho juntos seguía poniéndose nervioso cada vez que volvía a ver a Viktor. Era una sensación difícil de explicar. A los pocos segundos se relajó y llamó a la puerta con ilusión. Sin esperar siquiera la confirmación de Viktor, Horacio entró.
Nada más entrar al despacho, Viktor lo miró algo sorprendido. Por la expresión en su rostro parecía como si no esperase la visita de Horacio en ese momento, casi como si se hubiese olvidado de que habían quedado.
—Horacio...—dijo Viktor con un tono de voz algo agotado.
—¿Ocurre algo? —preguntó Horacio extrañado ante la reacción de Viktor—. Creí que me ibas a recibir con algo más de emoción.
—Horacio, creo que vamos a tener que dejar nuestra...reunión...para otro momento —dijo Viktor.
—¿Cómo que otro momento? Después de la foto y el mensaje del otro día no me digas que ahora me vas a dejar a dos velas —respondió Horacio algo indignado.
—No es eso, pero han surgido algunos imprevistos y debo atender a unos clientes de manera urgente.
—Joder...
—Lo siento...—empezó a decir Viktor mirando al reloj que tenía en su muñeca y luego a su agenda—. Hoy tengo el día lleno de reuniones...
—No te preocupes, el trabajo va primero. Ya tendremos nuestra 'reunión' otro día —dijo Horacio con una sonrisa intentando ser comprensivo. Viktor lo miró agradecido, luego, se levantó sonriente para acercarse a él.
—Mi última reunión termina a las 19:30. No puedo pedirte que te quedes hasta tan tarde trabajando, sé que tu jornada termina a las 17:00. Pero...—empezó a decir Viktor mientras cogía la mano de Horacio para acariciarla—, si quieres podrías esperarme y venir al final del día a mi despacho.
—De acuerdo —respondió Horacio sin tener que pensárselo ni un segundo. Viktor sonrió algo sorprendido.
—¿Seguro? De verdad que si tienes otros compromisos lo podemos dejar para otro día. Me sabe mal tenerte trabajando hasta tarde.
—Creo que la espera valdrá la pena —respondió Horacio mirando fijamente a los ojos de Viktor—. Además, así todos los compañeros ya se habrán marchado a casa.
ESTÁS LEYENDO
Bajo la Luz de la Oficina
FanfictionUn jueves por la noche Horacio sale de fiesta con sus amigos para celebrar que tiene un nuevo trabajo. En el bar conoce a Viktor, un hombre con quien acaba pasando la noche. La mañana siguiente cuando Horacio llega a su nuevo trabajo descubre que el...