Libres en las sombras de la noche

Brujería

En la noche estrellada, donde el misterio se teje,
las brujas susurran secretos que el viento protege.
Con manos de luna y ojos de fuego,
invocan los espíritus que danzan en el juego.

Cáliz de cristal, hierbas en el aire,
cada palabra es un hechizo, cada gesto un estandarte.
La risa se mezcla con el canto de los cuervos,
mientras sombras se agitan en caminos eternos.

Bajo el manto oscuro, en círculos trazados,
se conjuran los sueños y deseos olvidados.
Las velas parpadean, iluminando los rostros,
de aquellas que conocen los secretos sin rostros.

Con un giro de muñeca y un toque sutil,
las fuerzas de la noche despiertan en su perfil.
El fuego chisporrotea, la magia se despliega,
y en cada invocación, la realidad se niega.

Las estrellas son testigos del arte ancestral,
de la brujería antigua que desafía lo mortal.
Con un susurro suave, la esencia se transforma,
y el amor o el dolor en su caldero se forman.

Así las brujas danzan al son del destino,
tejiendo con sus manos lo oscuro y divino.
En cada conjuro hay poder y pasión,
la brujería es vida, es magia en acción.