PROLOGO
En la aldea de Konohagakure no sato se festejaba la derrota del Kuiby a manos del Yondaime Hokage, pero para un pequeño de 7 años este día era todo lo contrario, a pesar de ser este el día de su cumpleaños él era perseguido por aldeanos y shinobis de todos los rangos para propinarle todo el daño que pudieran pensando que ese pequeño era la reencarnación del demonio, por esta razón el pequeño Naruto se encontraba escondido en su pequeño apartamento el cual se lo había dado el Sandaime Hokage Hirusen Sarutobi ya que él era de los pocos que medio se preocupaban por el pequeño, pero al estar bajo la constante presión del consejo era muy poco lo que podía hacer ya que no solo estaban las agresiones físicas al pequeño sino que la mayoría de los comercios no le vendían nada o en su defecto elevaban los precios de manera que el pequeño no pudiera comprar lo mínimo para sobrevivir, solo en un pequeño puesto de ramen era bien recibido por los dueños Teuchi y Ayame ya que a pesar de saber su condición estos podían reconocer entre el prisionero y el carcelero, pero para desgracia de Naruto solo una persona más era la que lo protegía, una anbu con mascara de gato y cabello purpura que se había hecho su amiga y lo cuidaba cuando estaba en la aldea ya que apenas había llegado al rango de anbu, a ella le fue encargada su vigilancia como una de sus primeras asignaciones ya que bajo el cuidado de inu este había recibido muchos ataques por lo que la asignaron como su guardián, también era reconocida porque a pesar de tener solo 14 años sus habilidades eran sorprendentes, pero para desgracia de Naruto ese día se encontraba regresando de una misión por lo que el pelirrubio se encontraba solo.
En la plaza principal de la aldea se encontraba el Sandaime dando su discurso sobre la derrota del Kiubi a manos del Yondaime Hokage, mientras en un pequeño parque se encontraban varios aldeanos y ninjas desde chunin a jounin planeando un ataque para poder librarse al fin de Naruto y terminar el trabajo que inicio el Yondaime, así llego la noche y aprovechando los fuegos artificiales varios ninja y aldeanos atacaron el departamento de Naruto incendiándolo, afortunadamente Naruto había hecho una pequeña salida para emergencias con la ayuda de Neko ya que ella estaba preocupada de lo que le pudieran hacer a Naruto, pero para su desgracia los shinobis se habían anticipado a esta posibilidad dejando a los civiles alrededor del edificio, al verlo los aldeanos les avisaron a los ninjas y estos comenzaron con la persecución arrinconándolo en un callejón, desde la entrada de este comenzaron a arrojarle piedras , botellas , kunais y shurikens al ver al pequeño tirado en el piso comenzaron a darle una golpiza rompiéndole muchos huesos y dañando severamente varios de sus órganos internos al verlo en un charco de sangre un jounin se le acercó para darle el golpe final aludiendo que así vengaría a su sensei, tenía el cabello plateado con su cara escondida con una máscara y su ojo izquierdo debajo de su banda ninja pero antes de poder darle el golpe final un relámpago lo golpeo lanzándolo varios metros atrás, de las sombras apareció un lobo negro con mechones plateados, ojos de color plata y una gema negra en la frente, detrás de él se encontraba un muchacho de unos 15 años 1.70 de estatura, piel morena, cabello negro largo hasta la cintura amarrado en una coleta y dos mechones cayendo a los lados de su rostro, tenía los ojos negros vestía pantalones negros con varios bolsillos, una playera negra de cuello de tortuga y manga larga, botas negras de combate, una gabardina negra y guantes con los dedos descubiertos y en la parte del dorso de los guantes llevaba unas gemas moradas con un una estrella con varias inscripciones en ellas, el muchacho al ver al niño tirado en un charco de sangre, le pidió al lobo que lo revisara ya que él se encargaría de sus agresores, el lobo se acercó a Naruto y una luz azul rodeo al niño después de un par de minutos el lobo le informo que la situación del pequeño era critica ya que tenía muchos huesos rotos y sus órganos internos estaban en pésimas condiciones y lo peor de todo era que había perdido mucha sangre, a lo que el muchacho solo cerro los puños con fuerza y se quedó mirando a la turba enfurecida.