4:Acompaño a la bajita

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~Khert~

—¡Hemos vuelto!

¡AHHHHH!

De la nada aparecen por detrás mi vecina y su amiga disimuló el tremendo susto que me han dado.

¿Cómo es que no hicieron ruido?

—Hey ¿qué tal?—trato de actuar normal otra vez— ¿ya me extrañaron?

—Fíjate que no estuviéramos aquí si a Ash no le hubieras dado lástima, pareces un bicho en la basura—dice mientras trata de guardar la calma.

—No le hagas caso, si venimos aquí es para hacerte compañía—me mira sin darle importancia—¿podemos sentarnos?

—Sí está bien, no hay problema— les hago una señal para que bajen.

Cuando ya se ha acomodado jala a su amiga a hacerlo también.

—¿Por qué tenemos que sentarnos con él?—pregunta con mala cara.

Su amiga la ignora por completo.

—Cuéntanos Kest ¿de dónde eres?

¿Quién es Kest?

Ah cierto es mi nombre falso tonto.

—Vengo de Meshwett —respondo tranquilamente.

—¿De verdad? dicen que para allá es caluroso— se pone a pensar.

—La verdad es que sí, la mayor parte del tiempo es cálido, así que al venirme a vivir aquí sí ha sido un pequeño cambio.

—Y esto no es nada—dice mi vecina.

—¿A qué te refieres? preguntó con curiosidad.

En unos meses las temperaturas bajarán así que necesitas comprar ropa abrigadora— responde Ashley.

—Gracias lo tomaré en cuenta ¿y ustedes son amigas desde siempre?—pregunto acomodándome en mi lugar.

—Éramos vecinas de pequeñas así que nos íbamos juntas a la escuela, ahora somos muy buenas amigas, pero hace un año se mudó al piso donde está ahora— lo dice emocionada— pero qué casualidad que ahora son vecinos también.

—Lo dices como si fuera algo bueno—me mira con enojo.

—Sigo sin saber qué es lo que te enoja tanto— le sonrío sarcásticamente.

—Eres insoportable, presumido y egocéntrico.

—Tal vez porque tengo el derecho de serlo— la observo entre cerrando los ojos.

—¿Y eso por qué acaso eres de la realeza?—me echa mala cara.

¿Porque todo el mundo sospecha lo mismo de mí?

¿Cómo lo saben?

Aunque solo son suposiciones mías creo que soy muy obvio.

—Pues claro que no— observo el campo de arquería —ya no— susurro para mí mismo.

Me pone feliz que es la primera vez que convivo con personas que realmente me hablan por lo que soy, sin saber mi pasado, juzgarme o por beneficio personal.

Tendré que comportarme.

A pesar de que le caiga mal a mi vecina está aquí aguantándome, claro su amiga la obligó pero igual es agradable este sentimiento.

—Bien lo admito, soy un poco molesto y a veces meto la pata— respondo a regañadientes—pero soy bueno.

Veo que se miran entre ellas.

Y de la nada comienzan a reírse a carcajadas ¿qué les pasa acaso dije un chiste? es lo mejor que sé hacer como disculpa.

¿De qué se ríen?—respondo enojado al no saber lo gracioso—ya díganme.

—Se hace tarde, ya nos iremos— dice Ashley y se levanta mientras agarra aire.

Yo también me dispongo a levantarme y sacudirme los pantalones levanto mi arco y me lo cuelgo tras la espalda.

Bueno ahora que sabemos que eres bueno—vuelve a mirar a Kassie— ¿porque no de ahora en adelante se van juntos a su edificio? ya sabes, puede que se la roben.

Siento que no estoy entendiendo algo.

—Yo sin problema.

—Yo sí tengo problema.

—Deja de ser enojona, vamos, recuerda la vez que te robaron un pan.

—¡¿En serio roban por aquí?!

Espera ¿dijo un pan?

—Sí, así que es mejor que se vayan protegiendo el uno al otro— dijo mientras avanzábamos los tres fuera del campo.

—Bien— dijo mi vecina enojada.

—Adiosito— nos saludó Ashley despidiéndose de los dos.

Le devolvió el saludo moviendo la mano.

Comenzamos a caminar en dirección contraria hacia donde se fue Ashley.

Ahora que me doy cuenta.

Es realmente bajita.

—Oye vecina.

—Mm.

—¿Cuánto mides?

—¿En serio? por eso caes mal.

—Solo es curiosidad.

—No

—Sí

—No

—Sí

—No

—Sí

—No

—Mira, te diré cuánto mido yo y así me dices cuánto mides tú sería justo ¿trato?

La vi dar un largo suspiro.

Lo tomé como un sí.

—Bien, yo mido 1.89 ahora tú.

—1.55— susurro.

—Ehh.

—1.55.

—¿Cuánto?— me agaché un poco para escuchar mejor.

—¡UNO CINCUENTA Y CINCO!

—¡Ay pero no grites!

—¡Pues tú que no escuchas!

—Ya, ya supe cuánto mides.

Me da risa que con cualquier cosa se enoja, es muy fácil sacarla de quicio.

—¿De que se habían reído hace un momento?

—De nada.

—Ah que raro yo siempre me rio solo porque sí—dije con sarcasmo.

—Calla.

Como dije es muy fácil hacerla enojar.

Seguimos caminando hasta al fin llegar al edificio.

Subimos en silencio, acabamos de salir del elevador cuando apareció en nuestra visión un chico en la puerta de mi vecina.

—Kassie te había estado esperando— se veía impaciente—¿y quién es este?—estaba enojado.

—¿Mike?

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HOLA FUGITIVOS

¿Saben lo difícil que es reescribir mi libro?

Las pocas vistas que tuve ya no me pertenecen :(

Eso me pasa por no hacer bien uso de la cuenta.

Pero bueno

DINOSAURIO

BAY

Un Escape Imperfecto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora